martes, 14 de mayo de 2019

El Día de la Mujer Trabajadora.



El pasado miércoles 8 de marzo se celebró el Día de la Mujer Trabajadora, conmemorando lo sucedido en una fábrica textil de Estados Unidos en 1911, donde murieron 129 mujeres y 17 hombres al incendiarse la nave en que trabajaban. Se cree que las telas sobre las que trabajaban eran de color violeta, por lo que el humo generado dio lugar al color morado que actualmente representa a ese movimiento. 
Para manifestar ese fin, los convocantes CC.OO y UGT, han querido aprovechar el rebufo del éxito obtenido con la convocatoria del año anterior, por lo que han convocado una huelga general llena de reivindicaciones sociales: igualdad, eliminación de la brecha salarial…etc. Para ello, los convocantes han utilizado como lema general de la convocatoria: “Si se paran las mujeres se para el mundo”. Cierto. La auténtica realidad. Pero para avalar tal afirmación no hacían falta proclamas contra los hombres ni mucho menos una huelga. Nadie en su sano juicio sería capaz de contradecir una verdad absoluta como esa, lo que demuestra el oportunismo de los sindicatos y demás convocantes de la convocatoria.
Los resultados han sido relevantes. Multitud de personas de ambos sexos apoyamos esas reivindicaciones marcando el gran nivel de aceptación que goza esa reclamación.
Para conocimiento de los sindicatos, la jornada transcurrió sin incidentes mayores si no fuese porque siempre tiene que haber cuatro cenutrios de los llamados “piquetes informativos” que llevados por su afán de j**** al personal se empeñaron en repetir su actitud del año pasado y, más temprano ahora, intentaron romper el derecho a trabajar a los no participantes en la huelga.
El fondo de esta demanda es dar a conocer la postura de las mujeres y conseguir que los gobiernos actúen en consecuencia para promover las condiciones para que la libertad y la igualdad entre los individuos y los grupos en que se integran sean reales y efectivos, evitando cualquier discriminación por razón de sexo, pero, si se plantea dentro del escenario de una huelga general, se politiza el resultado, marcando un sesgo favorable a quien la hubiera convocado. El apoyo social y la asistencia masiva, han demostrado que es innecesaria la ayuda de métodos externos, como pueda ser una huelga general.
La realidad dice que las desigualdades entre hombres y mujeres siguen existiendo y que
las condiciones para su solución son, todavía inciertas: mientras escribo, conozco la noticia de que este fin de semana otras tres mujeres han sido asesinadas por sus parejas. ¡Que dolor! Condenemos esos hechos y que la justicia haga el resto, pero, no olvidemos que los culpables son sólo ellos, por lo que si lo que se pretende es la igualación, no podemos criminalizar a todos los hombres por el mero hecho de ser varones.

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