domingo, 30 de abril de 2017

Las ideas de PODEMOS para Defensa.

Vuelve de nuevo a pulular por las redes un documento panfleto que pretende ser el regulador de las grandes líneas de defensa por las que se regiría PODEMOS sí -supuestamente- llegase al poder. Hasta ahora no ha sido más que uno de los globos sonda con que, esta formación, nos sorprende de vez en cuando para que así parezca que tiene a personal de muy alta cualificación preocupado en pensar cómo hacerle grandes favores al estado, y en este caso al Ejército y con ello a los militares.


Evidentemente, de dichos  panfletos, no se conocen más detalles que los que han podido trascender a la prensa o a las redes sociales, pero me imagino que, dadas las circunstancias, no pretenderá continuar con semejante desvarío.  
Por ello mismo, tales apreciaciones no tendrían mayor trascendencia si no fuese porque ya desde las últimas elecciones, no consiguió colocar a su mayor baluarte como diputado, por lo que ha perdido unos puntos muy importantes para poner en marcha cualquier propuesta.

Ahora bien, si algo hay que reconocerle al Sr. Iglesias y con ello a su consejo de asesores en Defensa (para ellos ministerio de Asuntos de Defensa y de Pacificación) es haber cumplido los pactos a que haya llegado con el no diputado Julio Rodríguez. Seguramente le habrá prometido ser ministro titular de esa cartera y además jefe supremo de dichas Fuerzas de Defensa e Intervención.

De una atenta lectura del documento, no me cabe más que pensar que lo que se pretende no es una renovación en el Ministerio, sino más bien una revolución en el Ministerio. No pretendo discutir en este artículo la validez o eficacia de dichas conclusiones, pero lo cierto es que cuando las cosas se sacan de su contexto espacial o temporal, lo único que se puede esperar es a alcanzar la papelera más cercana. 

No nos extrañe pues, la referencia más que velada a la guerra civil, a los tiempos en que la democracia se había puesto de perfil en este país. 

A estas fechas, parece como mínimo extemporáneo que en un documento de renovación de lo que sea, se eche mano de los que sufrieron las maldades de la dictadura o de los que vivieron la sublevación del 36. Han pasado ya ochenta años. Ya es hora de que dejemos en paz aquella dichosa guerra y nos dediquemos a mirar adelante. 
Con esos mimbres, no me sorprende, por tanto, que se trate de cuerpos anacrónicos a los Regulares o a la Caballería. Que se pretenda suprimir la Guardia Real, o la Guardia Civil por constituir un cuerpo de antecedentes represores y raíces franquistas. 
A poca memoria que quisieran aportar, recordarían que, por otros motivos menos espurios, la supresión, reducción e incluso la eliminación de unidades, cuerpos, armas…, ha sido una verdad que ha estado de moda durante mucho tiempo. En plena democracia, sobre todo en los tiempos de Felipe González, los planes Reto, Meta…etc. trajeron de cabeza a los militares de a pie durante mucho tiempo por la mera incertidumbre de no saber en qué unidad o destino se acabaría adscrito.

Todavía se recuerda con cierta gracia la división horizontal que se perpetró en el personal de suboficiales y tropa de artillería al dividir la artillería en campaña y antiaérea-costa o a los ingenieros en ingenieros y transmisiones. Ahora, ya no es tiempo de plantearse si aquellas modificaciones eran ineludibles o, siquiera necesarias. Pero, pasó y se asumió como se asume todo en el Ejército. Las cosas son asumidas por el mero paso del tiempo y por la propia adecuación que trae de serie el militar. Adecuación al medio, se llama.
Pero estas modificaciones que pretendería Podemos si llegase al poder, no son más que una boutade programada por alguien que sin unos profundos conocimientos en la materia, pretende desprenderse de todo lo que ha marcado una gran etapa en la reciente historia de nuestro país.

Por último, manda un aviso a navegantes, posiblemente desde las oficinas del hipotético ministro de Asuntos de Defensa y de Pacificación, para recordar a los Generales de Ejército, Almirante General y General del Aire que se anden con el bolo colgando y que miren lo que escriben, que luego ya vendrán al pan. 


No discutiré la necesariedad de la permanencia de esos empleos en la jerarquía de las FAS, pero puestos a estudiarse sus funciones o tareas, también podían haberse estudiado las del Sargento Primero.

martes, 25 de abril de 2017

EL TIZONA DE BURGOS Y LOS 3.7 MILLONES DE EUROS.

EL TIZONA DE BURGOS Y LOS 3.7 MILLONES DE EUROS.
Posiblemente cuando nació en los sesenta, no se imaginaba el Club Baloncesto Tizona las penurias y denominaciones que pasaría para conseguir poner en la cúspide del baloncesto español a un equipo de Burgos. Partiendo de falta de apoyo del tejido empresarial de la ciudad o de patrocinio municipal, tuvo el cuajo de ascender, por méritos propios, a la máxima categoría del baloncesto español durante tres años consecutivos, con bravura, pundonor y saber hacer.
Lamentablemente, otros méritos que nada tenían que ver con los deportivos le hicieron, no solo no ascender, sino qué en su momento, le hicieron desaparecer. Poco rigor administrativo, normas equivocadas de la temible ACB y un exceso de interés económico por parte de las altas instancias de ese deporte, amén de la falta de financiación. Un mínimo canon de 3.7 millones de euros tuvo la culpa. Ello y el hecho de no disponer de ellos.
Pero el Tizona, como equipo austero, sobrio, frugal, castellano en una palabra, supo cambiar jugadores por abogados e iniciar en la vía judicial una batalla que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha tenido a bien reconocerle, eliminando la aplicación del canon de ascenso y el Fondo de Ascensos y Descensos y sancionando a ese insidioso órgano succionador que es la ACB a poner a este club en la élite deportiva del baloncesto de la que, nunca debió salir. La justicia deportiva ha dado la razón a la justicia real. Esperemos que, de paso, den un repaso a las propias normas de funcionamiento de la Asociación, pero de momento nos vale.
Los demás equipos afectados por aquella rémora económica deberán continuar sus pasos y acceder a las vías necesarias para exigir la aplicación de este nuevo criterio a todos aquellos equipos afectados por la sangría económica por la que les quería hacer pasar la ACB.
Ahora nos preguntamos cómo quedará la situación del baloncesto burgalés sí, como todo el mundo espera, el San Pablo deportivamente asciende a la liga ACB desde la LEB Oro. O, más alto, cuantos equipos deberá tener la liga después de esta nueva situación en que ha quedado el baloncesto. Paciencia.
El milagro ya se ha producido. Pidamos a los poderes públicos implicación en esta delicia, con la mejora del aforo, acceso a instalaciones, embellecimiento del interior del polideportivo…, o aportando soluciones de verdad que ayuden a favorecer o promocionar ciertas iniciativas privadas. Al renacido Tizona, únicamente, que vuelva a darnos satisfacciones deportivas sin olvidar qué el listón lo habían dejado alto. Muy alto. 

martes, 18 de abril de 2017

Legionarios y borregos de peluche.

Esta Semana Santa nos hemos despertado con la noticia de que la oposición de buena parte de las Comunidades Autónomas y con ello del Estado han puesto el grito en el cielo porque una institución llamada Congregación de Mena llevó a unos Caballeros Legionarios a cantar su himno a unos niños con cáncer en el hospital materno infantil de Málaga.
Parece ser que la idea principal era llevarles unos borreguitos de peluche, símbolo visual del carnero de la Legión y animarles la mañana a estos niños, para lo que contaban con todas las autorizaciones y bendiciones, incluida como no podía ser de otra manera la propia de los padres que conocían de antemano el programa de actividades que se iban a  llevar a cabo, incluido el conocimiento de que se cantaría su himno a los niños.
Los legionarios, devotos del Cristo de la Buena Muerte, tienen como himno propio esta  coplilla “el novio de la muerte”, que todo el mundo conoce y que glosa el valor, coraje y valentía que se supone manifiesta en este personal legionario y que se entona al ritmo propio del paso de Legión.
Indudablemente las canciones no siempre generan el sentido de lo que se quiere decir,  por lo que quien planteó semejante evento quizá debería haberlo pensado un poco más reposadamente para evitar susceptibilidades. Pero de Perogrullo es, que si hablas con alguien, no puedes pretender que glose los beneficios y logros de los demás, sino que mostrará lo suyo. O como diría mi abuela: ¡Igual querían que los legionarios cantasen jotas o canciones infantiles! 
Aun así, y a pesar que nadie de las familias afectadas ha puesto el más mínimo inconveniente, han dado toda clase de explicaciones y disculpas que, por supuesto, no han sido admitidas. La oposición está indignada y se ha apresurado a contestar y hacer críticas de humor en twiter, parodiando la visita y remedando otras que se podían haber hecho.
La misma oposición que ahora contiende es la que no hace mucho pretendía retirar la misa dominical de la televisión, por lo que mucho me temo que la cosa no va tanto por haber facilitado la entrada de los legionarios en el hospital, sino más bien por un pataleo vinculado a los follones que ésta tiene con el veto a la Semana Santa que, dolorosamente para ellos sale airosa de cualquier oposición que por delante se le ponga, o porque quizá estén dolidos por no haber recibido su propio borreguito de peluche.


domingo, 16 de abril de 2017

Nunquam Minerva partea Palas. Capítulo cinco. El primer día de paseo. Primera parte.



Nos habían dicho que para poder salir de paseo había que pelarse debidamente y luego además que tendríamos que pasar revista. Cuando alguien te dice que hay que pasar revista se entiende que debería ser una revista. Allí no. La variedad era asombrosa. De pelo, de taquillas,  de mesillas, de armamento, de botas, de zapatos, de ropa de chándal, de limpieza y policía del local, de baños y aseos…Cualquiera podía ser. Pero eso sí. Era con un buen fin. Por fin teníamos por delante la primera salida al pueblo.

Ya los días anteriores a aquella primera salida de la Academia nos habían dicho: “ojito: el que quiera salir se lo tiene que ganar” y para ello los CASEP se habían apresurado a reforzar, si cabe, la disciplina y el buen hacer del alumnado en muchos casos a costa de la consabida nota. Las advertencias habían sido innumerables. Los preparativos para las temidas revistas no se hicieron esperar. 

Las colas en el peluquero se hicieron interminables. No es que, precisamente, aquel peluquero tuviera mucho cuidado en hacerte un peinado a la moda, en aquellos años de lo más hippy, más bien te ponía la mano en la cabeza y pasaba la maquinilla, cual segadora, por todo lo que sobresalía de la mano. Aun así valía la pena llevar la cabeza bien pelada con tal de poder ver de nuevo un mundo que muchas veces ya olvidábamos que existía. 

Por diferentes motivos: la cola, la falta de tiempo o por cierta amistad con el riesgo: volver a relacionarse con el sexo femenino lo valía, algunos hubo que en las propias dependencias de la Compañía habían dejado su pelo y con ello sus cabezas y orejas en manos de algunos primeros espadas que decían que sabían cortar el pelo con una hoja de afeitar. El resultado además de penoso era bochornoso, pero para el caso podía valer. Ya de por sí el pelo se llevaba a corto pero para aquella ocasión había que subirse los cuellos, término coloquial que venía a decir que el pelo empezaba en el cuello, aproximadamente a la altura de las orejas.

En lo más alto de la Academia casi lo más alto, se encontraba la delegación de Correos en la cual por el sencillo sistema de perder el rato de estancia en el casino, uno se podía dirigir allí a cobrar un giro si era posible o a retirar dinero de alguna cartilla que se pudiera tener en aquella entidad. Las colas, por supuesto, se hacían interminables esos días. Todo mundo quería tener dinerito fresco para gastárselo en el pueblo y tomarse aquel cubata tan esperado y recordado acompañado de cualquiera de las señoritas nativas pueblo que, galantemente estarían esperando por la recién salida al pueblo de los ansiados Caballeros. No habría bromuro que nos parase. 

Así que sacamos y estiramos bien el traje de bonito de entre los apretujones en que se encontraba dentro de la taquilla, bruñimos y limpiamos cinturones y zapatos y conseguimos, a poco, dejar los hierros de las cadeteras brillantes como faros de luz en la oscuridad. Ya estábamos preparados.

De esa manera comenzó la mañana en la que una tras otra pasamos todas las revistas posibles. De todo tipo: de armamento, de locales, de pelo, presencia, bonito, cadeteras, taquillas, cuero y chapas, calzado…, y con las cuales y consumados todos los filtros quedó eliminado el personal que en vez de salir a pasar la tarde en el pueblo pasaría la tarde en el estudio de arrestados. Por fin habíamos conseguido el ansiado permiso. 

Ahora había que poder desplazarse desde la Academia hasta el pueblo, cuatro mínimos kilómetros que podían hacerse una barrera insuperable sino se disponía de un coche, taxi etc. El autobús parecía una solución viable en cuanto que llegásemos a la parada antes de que se cubriesen los asientos. Una vez lleno se apagaban todas las posibilidades de bajar al pueblo que no fuesen por la cruda vía del paso ordinario, así que con prontitud y orden preparamos las diez pesetas que costaría el desplazamiento y nos dirigimos al camino del botiquín, donde nos estarían esperando. Otra opción era posible, aunque pasaba por disponer de una economía rutilante. Ni más ni menos que coger un taxi entre cuatro para lo cual previamente el servicio de taxis del pueblo, enterados ciertamente de la noticia de que casi mil alumnos teníamos derecho al paseo, inmediatamente había provisto de suministro viajero para subir a buscarnos y esperar hacer en un sábado la caja de toda la semana. 

El camino no había sido fácil pero habíamos llegado al pueblo.
Las cuatro de la tarde. Sol. Calor. Ventanas y puertas cerradas a cal y canto y ni un alma por la calle. Era fácil haberse imaginado un pueblo desierto en el que únicamente pululaban unos seres vestidos de verde y con cadeteras blancas…

sábado, 15 de abril de 2017

¡Mande firmes general!


Pocas veces hacer un panegírico o aportar una impresión personal supuso menos esfuerzo para los columnistas que nos dedicamos a glosar los parabienes y “paramales” de aquellos que se mueven en la actividad política, como es el caso de  Carme Chacón.
Cuando  me encontraba en plena ebullición de la escritura de mi novela “Cambio de paso”, una tarde me di un respiro para enfrentarme a escribir el prólogo. No fue difícil: cuando te pones a escribir una novela protagonizada por mujeres y militares a la fuerza te viene a la cabeza el nombre y milagros de esta mujer y a ella se lo dediqué. Pero había más.
Dentro del sombrío entorno de los entresijos socialistas, donde destacar es cosa poco menos que quimérica, la única manera no reconocida para ello en el partido, es la lealtad. En un partido donde la lealtad se paga con puestos, ella supo conseguir esa confianza que se necesitaba y que exigía la lidia de toros de casta de la talla de Zapatero, Rubalcaba e incluso Sánchez.
Con una juventud evidente, pero con un corazón que no daba para muchas alegrías, consiguió estar a su nivel, independientemente que en los últimos tiempos, no siguiese la cuerda de Rubalcaba -con quien se enfrentó en los cosos del partido- y posteriormente la de Sánchez –a quien negó su apoyo cuando éste fue defenestrado.
Defendió como pudo el nombramiento como ministra de Vivienda, pero fue un designio zapateril quien buscando un gran golpe efectista, y por haber sido de su pandilla en el momento de su elección como secretario general del PSOE, la colocó como ministra de Defensa, en el ámbito de la gran política
Los militares, después de haber pasado por el trance de la designación, en su día, de un civil para el MINISDEF, se encontraron con que por primera vez en siglos una mujer accedía a mandar este hirsuto colectivo sin otro bagaje que poco más de cincuenta kilos y un embarazo sietemesino. El público en general y sobre todo sus subordinados jerárquicos acogieron con escepticismo esta novedad, pero accedieron, como siempre, tranquilos y reposados las nuevas directrices. ¿Cómo lo hizo? No es el momento. ¿Lo hizo bien? Ahora no es el caso.

Lo cierto es que, políticas aparte, es de recibo reconocerle el valor para enfrentarse a unos toros negros y zainos cargados de estrellas y de medallas y sencillamente dirigirse a quien mandaba con dos palabras: “¡mande firmes!” ¡Ole y ole! Descansa en paz.

miércoles, 5 de abril de 2017

Trabajos parlamentarios.

Nuestros parlamentarios, siempre a la caza de una buena posición entre sus votantes o entre sus afines, continuamente se están tirando a algún surco que mengüe sus, ya de por sí, limitadas capacidades para ejercer la función para la que han sido elegidos.
De su dilatado esfuerzo por parecer que defienden las posturas de los ciudadanos de a pie nos hemos encontrado en estas últimas semanas con unas noticias que me han nublado la vista y me han hecho adquirir conciencia de que todavía tenemos entre nosotros a duros defensores de los derechos de los desprotegidos.
Es sabido de la grave situación por la que atraviesan los trabajadores de Coca Cola en Fuenlabrada. Para apoyo de esa gente, Unidos Podemos ha pedido que se retiren de la institución del Senado todos los productos que comercializa Coca-Cola, se prive de su publicidad y no se le permita utilizar eventos de autorización institucional mientras siga sin cumplir con las sentencias. Seguro que desde tan altas instancias debe haber otros medios de presión mucho más efectivos que pedir que se retiren, de la casa de todos, unas simples máquinas.
Hace unos pocos días y con ocasión de la condena al diputado de PDCat Francesc Homs de inhabilitación para ejercer cargo público, el Congreso de los Diputados dio  las órdenes oportunas para que ese diputado saliese del hemiciclo, ya que la condena le prohibía continuar manteniendo su estatus de diputado. Como no podía ser de otra manera, los diputados de ese grupo y afines, salieron del hemiciclo en protesta contra tan “antidemocrática” decisión.
Independientemente de que el contenido de la sentencia gustase más a unos que a otros, ya que nadie recibe con una sonrisa una sentencia de condena, de lo que sea, lo que no se podía esperar era que Podemos como “defensor de pleitos pobres” saliese igualmente en apoyo de tal exdiputado con una espantada que vació sus escaños, haciendo perder el tiempo al resto del Parlamento, que sí quedaron en su puesto de trabajo por considerar que el cumplimiento de una sentencia del TC. es de un nivel superior al cabreo que pueda tener el señor Homs.
Tras dos elecciones derrochadas y un dilatado espacio de tiempo de desgobierno, amén de un gasto increíble en deuda exterior, los parlamentarios aparentan tener poco que hacer o estar mal pagados como para permitirse estas boutades.

Desde este humilde foro me atrevo a recordar a aquellas señorías que el tiempo de besos entre parlamentarios o darle a la teta ha pasado a la historia. Que lo que se tercia es trabajar y dejarse de majaderías y simplezas. 

MILITARES Y CONSTITUCIÓN.

  Escucho en foros políticos y mentideros de tertulianos, glosas de las virtudes de la ministra de Defensa Margarita Robles. Algunos la su...