Hoy es Nochebuena y, además, el día en que gastamos todo el
espíritu navideño que llevamos acumulado durante el año. La Nochebuena tiene ese carácter de amansadora
de fieras, regaladora de saludos, invitaciones, brindis y comidas y sobre todo de
donante de buenos deseos para que la noche sea todo lo que se espera de ella.
Esta fiesta, ya familiar, religiosa, lúdica o como cada uno
la entienda, tiene también un carácter distraído que nos hace olvidar ciertas
preocupaciones y nos concede el espíritu navideño que se adquiere poco después
de haber pasado el trago del sorteo de la lotería (salud, que es lo principal),
pero que no siempre compartimos con los demás. Hoy es el día en que celebramos la
fiesta olvidando los problemas acumulados durante el año ya sean entre nosotros
o con el resto de los que nos rodean. Y, por supuesto, a ello ayuda una buena
mesa repleta de viandas y buenas bebidas. Dice Ian Anderson, líder de Jethro Tull
en medio de su villancico de Navidad “Song of Christmas” qué el espíritu de la
Navidad no solo está en la calidad de las bebidas espirituosas (alcohólicas)
que se beben en estas fiestas.
También es una festividad para acordarse de los que se han
ido, de los que no están, de los que no pueden estar o de los que en un día
como hoy están cuidando de que podamos estar celebrando tan tremendo festejo.
Esos, que sólo los más allegados recuerdan, no son otros que “LOS NUESTROS”.
Policías, militares, guardias civiles, médicos, misioneros, bomberos… la lista
no cabría en este artículo. Podríamos acordarnos que son gente de bien y qué en
Somalia, Malí, Colombia, Afganistán… o donde estén, están ahí para cuidar que
las cosas sigan donde deben seguir. Ya se sabe que según el aforisma: “ex aequo
et bono”, cuándo se echa los lobos las ratas toman el poder y por eso, ellos
deben estar allí.
Para ellos, la Navidad deja de ser fiesta y pasa a ser ceremonia,
deja de ser espectáculo y pasa a celebración. Con su espíritu navideño, pasan estos
días lejos de sus casas favoreciéndonos con su trabajo, sacrificio y privaciones,
conociendo únicamente la fecha y hora de partida, pero desconocedores, en la
mayoría de los casos, del lugar donde van a pasar la noche o a que hora van a
volver a casa (y a la UME me refiero).
Buena ocasión para que, en medio de tanto brindis y whatsapp
como se esperan, levantemos nuestras copas por aquellos que desde lugares y en
situaciones absolutamente insospechadas nos protegen. Brindo por ellos. Feliz
Nochebuena y Navidad.