jueves, 30 de julio de 2015

LOS NUESTROS. (Publicado en D.Burgos el 22/03/15).

Que el Ejército español está de moda, no cabe ninguna duda, y que es una de las instituciones del Estado mejor valoradas, tampoco cabe duda. A ello han contribuido algunas políticas de Defensa que les han llevado a abrirse a la población civil, a salir de sus cuarteles, a ser una pieza clave en la asistencia en las emergencias, a anunciarse en los medios… 

Telecinco ha emitido la miniserie “Los nuestros” que, salvando los propios estigmas de esa cadena, ha contribuido a engrosar una fama bien merecida, dando a conocer en clave de ficción la realidad de los militares españoles destinados en misiones internacionales. La prueba del interés que ha suscitado el tema es la obtención de una cuota de pantalla cercana al 20%. 

La perspectiva desde la que se plantea el argumento de la serie no puede ser más cercana: un equipo de Operaciones Especiales es enviado a Mali para liberar a dos niños que habían sido secuestrados por yihadistas. La operación de rescate, como la vida misma, no resulta tan simple como se esperaba y algunos de los miembros de la patrulla fallecen en acto de servicio. 

Esta miniserie independientemente de los errores y fallos de raccord, que los tiene y algunos de gran calado (el corte de pelo a lo cherokee del teniente no tiene desperdicio) y que seguro que habrán saltado las alarmas de más de un militar, ha podido conseguir, por fin, trasladar a la población civil la realidad de la tarea de las Fuerzas Armadas que son desplazadas al extranjero para hacer valer su posición de Fuerzas Armadas por la paz. 

Pero, también posiblemente, habrá podido concienciar a aquellos menos versados que, esas misiones internacionales, no son un paseo militar ni un tiempo de esparcimiento. 
Valga como ilustración la que apunta el personaje del comandante Torres: “venden a la gente que es una misión de paz, que vamos a repartir vacunas, da igual donde sea…la realidad es que nos jugamos la vida y a veces nos matan”. Ciertamente es para pensarlo. 

En fin, estemos o no de acuerdo con el contenido de la serie, demos a cada uno lo suyo y reconozcamos en lo que Telecinco sí ha acertado: ellos son los nuestros.

domingo, 26 de julio de 2015

La suerte de PODEMOS

En la entrada del famoso Hotel Riviera de las Vegas (USA), hay una escultura de bronce con siete mujeres abrazadas y a las cuales deberán tocar, cariñosamente, el trasero, todos aquellos que deseen tener buena suerte en el juego. Dicha tradición se ha vuelto tan popular que los traseros están notablemente lustrados en comparación con el resto de la escultura. 

Cualquiera diría que los integrantes de PODEMOS y con ellos el Sr. Pablo Iglesias a la cabeza han pasado largos ratos tocando cariñosamente estas figuras, y ello por qué, a pesar de no tener una tendencia determinada, un programa determinado, una estructura de partido determinada, en fin, nada determinado, son unos suertudos. Parecería que no son una formación política si no fuese porque ya tienen sus propios corruptos.

Han conseguido estar en el candelero sin tener que hacer más que aparecer en la tele, hacer cuatro comentarios ocurrentes y soltar grandes proclamas sobre lo que debe ser el modelo de estado. Para ello han contado con el apoyo de la incuestionable mala gestión del PP, la valiosa ayuda de la indefinición del PSOE, el inestimable apoyo de la IU de Garzón o el incuestionable empujón del nacionalismo no comprometido con el nacionalismo de CIU. 

Con unas doctrinas sobre políticas públicas de lo más peregrino, han conseguido conquistar la adherencia de multitud de desencantados de todas esas formaciones políticas qué, (por lo menos en principio) parece que se han puesto de su lado. No olvidemos que con esos mimbres han conseguido 5 escaños en las pasadas elecciones europeas y unos muy buenos resultados en las elecciones municipales del pasado mayo. 

Sus ideólogos parten de un modelo de estado que no acaba de entenderse, o por lo menos no acaban de ponerse de acuerdo en él. No hace mucho, uno de sus dirigentes de Madrid llegó a decir que el estado debería devolver Ceuta y Melilla al pueblo marroquí.

Se han llenado la boca con comentarios de todo tipo qué, más que hacer que bajase su número de apoyos, aparentemente les ha subido. Los elegidos por los votos han empezado a hacer su trabajo y, de momento, lo único que se les ha oído es, más de, lo que ya sabíamos. Lo que sí es cierto, es que en estos primeros meses de gobiernos locales conoceremos como van a ser estos dirigentes, podremos observarles y si es necesario cuestionar sus actos y decisiones y, por supuesto, nos podremos hacer una idea de la magnitud de su capacidad de gobierno en una hipotética victoria en las elecciones generales. 

En fin, aunque vayamos en contra de lo dispuesto en el famoso dicho, esperemos que cuando se convoquen elecciones y venga Dios a repartir, lo que reparta sea justicia, porqué como reparta suerte estamos aviados. Amén.

martes, 21 de julio de 2015

MARIANO Y LOS SIETE MALES.

Los ‘siete males’, es una expresión indefinida, de origen incierto, que recoge males no académicos, pero que al parecer, podrían estar relacionados con las siete plagas bíblicas y lo de "males" sería una forma popular de calificar a esos castigos divinos. 

También es una explicación concurrente la que nos da la Biblia al efecto: Dios dijo a Moisés “He descendido a librarlos, existen siete males de los que ser librados…”. Previamente esos castigos divinos procedían de las malas obras de las personas qué, llevadas por sus más bajos instintos eran castigados con ellas. 

Salvando las diferencias, al PP le han caído unas plagas, y como consecuencia de éstas, al Presidente Rajoy le han caído todos los males posibles en el más corto espacio de tiempo.

Parecía que la situación no podía ser peor, con toda aquella crisis galopante que amedrentaba al país, cuando surgió el caso Bárcenas y compañía. Pero no fue el único, Gallardón y su Ley del aborto hicieron reflejo de que lo malo podía empeorar y que además los problemas nunca vienen solos y, como consecuencia, aparecieron el asuntillo de Esperanza y los No pactos del Sr. Sánchez y el PSOE.
Cuando parecía que ya nada podía ir peor floreció Podemos y finalmente las elecciones municipales del pasado mayo.

A esas alturas, cualquiera que mire la situación con optimismo, verá que seis no son siete y que la situación sólo se vuelve insostenible a partir del siete. Por eso a Mariano le ha salido el siete. Esta vez en la noticia reciente sobre la nueva tentativa del catalanismo soberanista y la enésima pretensión de modificar la Constitución.

El séptimo mal es de calado, ya que con unas elecciones generales en ristre y con una situación política, como menos, revuelta, el porvenir que le espera es tremendamente incierto.

En fin, al presidente le han caído los siete males, y nadie se imagina qué hará para arreglarlos, pero seguro que a estas alturas ya habrá invocado el apoyo necesario a las más altas instancias para salir lo más airoso posible. De momento supongo habrá empezado por el “y no nos dejes caer en la tentación, más líbranos del mal.”

lunes, 20 de julio de 2015

MARIANO RAJOY Y LA PROCASTINACIÓN.

Aunque parezca un verbo con poca solvencia -únicamente por falta de conocimiento- resulta que procastinar es un término que ha existido en el lenguaje español desde el principio de los tiempos, y ha sido además muy utilizado. Eso sí, con distintos nombres. Procrastinar es retrasar sin causa, dejar de hacer lo que realmente tenemos que hacer y, en su lugar, hacer lo que no habría por qué hacer. Se le ha venido a llamar diferir o dilatar, y se le ha tratado de diversas maneras, otorgándole carta de naturaleza constitucional al incluirlo en el artículo 24 de la Constitución prohibiendo las dilaciones indebidas. 


Todos conocemos a algún procastinador; aquel que por desidia o indolencia, deja para mañana lo que pueda hacer hoy, o aquel que dilata las meras relaciones interpersonales. Por eso, no es de extrañar que, también en la historia política, haya habido grandes procastinadores. Como olvidar al ex-presidente Zapatero con el asunto de crisis sí o crisis no. 



El presidente Rajoy había prometido bajar impuestos, subir pensiones, modificar el sistema de la educación y de la sanidad, que nunca se pactaría un abaratamiento del despido..., pero con su llegada al gobierno, se desdijo de lo que había anunciado en campaña. Sin entrar a valorar si era necesario, lo cierto que al presidente se le olvidó comentarnos el motivo por el cual se hacían aquellos cambios no estipulados en el programa electoral. Aun mas, lo que hizo fue todo lo contrario, esconderse en la Moncloa y dejar para el día siguiente una cuestión de la máxima prioridad como era la de tenernos informados, sin dilación alguna, evitando así ser un procastinador de tomo y lomo. Pero, podemos estar tranquilos. Parece que nuestro presidente ha encontrado la cura a la procastinación.

Ha sido a partir del derrumbe que ha sufrido su partido como consecuencia de los resultados de los comicios del 24 de mayo, cuando ha dicho que toda la organización y él, el primero, han fallado en cercanía, explicaciones y comunicación con los ciudadanos, y por eso, ha decidido que el partido debe dar la cara y salir de la sede -él, no-, y para dar ese paso ha enviado a una nueva generación que explique en la calle y en los medios y redes, todo aquello que le ha fallado a él. Cristina Cifuentes, Alberto Núñez Feijoo, Alfonso Alonso o el portavoz de campaña Pablo Casado, cara que seguro que acabará dando mucho que hablar, son los que tienen la cura para la procastinación que atenazaba a nuestro presidente, y han sido los nombrados para evitar que aquella se contagie al común de los votantes.

Parece que, por fin, Rajoy ha entendido al gran clásico romano Cicerón en su declaración de que, en la ejecución de los asuntos, la lentitud y la procrastinación son odiosas.

domingo, 12 de julio de 2015

PEDRO SANCHEZ Y LOS SÍMBOLOS NACIONALES.

Emulando a George C. Scott en la película sobre el general Patton, el candidato a la Moncloa por el PSOE, Pedro Sánchez, ha salido a la palestra política, presentándose como candidato de su partido a las elecciones generales del previsible próximo noviembre, apoyado por un fondo de una descomunal bandera española de más de 70 metros cuadrados y dando una arenga patriótica en la mejor línea del general. Sánchez necesitaba hacerse con los votantes que, sin dejar de ser de izquierdas, no dejan de ser españoles y con ello a favor de los símbolos nacionales. Es cierto que la comparación no podría ser más acertada, sino fuese porque estos símbolos son una cuestión de capital importancia que, además, entroncan directamente con la defensa nacional. 

El Sr. Sánchez, en una de sus intervenciones más floridas llegó a decir que el Ministerio de Defensa sobraba. Ciertamente, vino a matizar posteriormente que las Fuerzas Armadas se deberían dedicar al reparto de ayuda humanitaria, la reconstrucción de zonas de conflicto, la asistencia en catástrofes y grandes desastres naturales…, dejando claramente fuera de juego, la vital importancia que la defensa tiene para el acontecer de un país. Ahora, con todo su gobierno en la sombra, toda aquella exposición anterior, enlaza con los presuntos pactos que este partido tiene preparados desde que se planteó el asalto a la Moncloa como candidato a la presidencia del gobierno. 

El PSOE no ha vacilado en pactar con Podemos, con partidos nacionalistas de ámbito separatista e incluso con partidos tradicionalmente en contra de las instituciones del estado, que no se lucen precisamente por considerar que dichos símbolos les puedan representar. Por ello, en un hipotético escenario en el que PSOE y Podemos sumasen sus votos e iniciasen una legislatura conjunta al frente del Gobierno, no sería de extrañar que Podemos pudiese pretender estar a cargo del Ministerio de Defensa. Esta opción, que se ha dejado escapar desde los órganos centrales de Podemos, anticipa lo que puede llegar a ser una realidad. Pero no nos engañemos, los motivos no pueden ser más espurios. En Podemos se pretende una defensa sin operaciones bélicas, y con una concepción puramente defensiva del estado, que no se compadece en absoluto con lo dispuesto en el artículo 8 de la Constitución Española.

El Sr. Errejón, uno de los líderes de Podemos, se lo ha dejado claro al Sr. Sánchez “…o con nosotros o con España”, a lo que el Sr. Sánchez, después de la arenga con la bandera, habrá pensado lo que, con razón, decía el recordado maestro Groucho Marx: estos son mis principios. Si a usted no le gustan, tengo otros.

LOS COMENTARIOS MACHISTAS.

Volvemos a estar a vueltas con las declaraciones machistas formuladas en diferentes medios de comunicación por algunos de nuestros próceres políticos que, no calculando bien las consecuencias que eso pueda tener para su persona e incluso para su carrera política, se lanzan a hacer declaraciones que, como mínimo desafortunadas, ponen de manifiesto que todavía tenemos que avanzar mucho camino para llegar a ver a las mujeres como iguales.

Siguiendo la línea que antes habían dejado marcadas políticos de la talla de Manuel Fraga, Alfonso Guerra, Arias Cañete o León de la Riva, el alcalde Torres Hurtado, a la sazón alcalde de Granada, ha abierto de nuevo la caja de los truenos al hacer una declaraciones –de las que a esta fecha, ya se ha retractado- en las que, por hacer una gracia, confunde las churras con las merinas, y acaba soltando una burrada poco digna de un mandatario político y que ha puesto en el disparadero a las asociaciones de defensa de la mujer y a todas aquellas personas que esperan de sus dirigentes un comportamiento ejemplar, un comportamiento honorable. Efectivamente, aunque no acaben de creérselo, los ciudadanos esperamos de ellos, eso, y si cabe, mucho más, un plus de cojonudismo. 

Recientemente en uno de los programas de “La hora de José Mota” se veía una parodia de la película La chaqueta metálica del gran Kubrick, en la que alguien de una empresa de la construcción, reconvertido en jefe de un pelotón de reclutas, arengaba a sus albañiles sobre las condiciones que debería poseer un buen paleta para ascender a oficial. Una de ellas era el emitir el mejor silbido o piropo al pasar una chica. Fue bastante divertido, pero esto era eso, sólo una parodia. Los españoles hemos avanzado y hemos dejado atrás una etapa en la que la mujer se encontraba a años luz de los hombres. No poco ha costado. 

Hemos conseguido que la Constitución Española garantice evitar la discriminación por razón de sexo, o que la Ley regule la promoción de la paridad, pero aun así, las mujeres han tenido que pasar infinidad de situaciones discriminatorias de todo pelaje. 

No es de recibo hacer chistes sobre las mujeres, y mucho menos declaraciones que quizá no tengan el resultado esperado. Quizá nuestros políticos debían recordar aquel viejo aforismo “cuidado al usar las armas; las carga el diablo”.

sábado, 11 de julio de 2015

JOSÉ BONO, LOS MILITARES Y EL DERECHO A LA INFORMACIÓN.

Cuando hace ya casi quince años se celebraron las primarias a la elección de Secretario General del PSOE y José Bono perdió la partida por unos mínimos nueve votos con el luego presidente Rodríguez Zapatero, se marcó el inicio de lo que sería una subida espectacular de un político de, hasta entonces, marcado acento rural. Con ese resultado, posiblemente perdimos un buen estadista y quizá un buen presidente. A cambio ganamos un mal presidente. José Bono se presentó a esas primarias y, fuera por la presión de los años de Aznar o por la calentura de haber pertenecido a la vieja guardia socialista, los electores le dejaron con las ganas. Sin embargo, desde ese momento, ha sido Ministro de Defensa, Presidente del Congreso de los Diputados, tertuliano o asistente masivo a programas de televisión y ahora escritor.


Sobre esta última faceta, recientemente ha salido al mercado su segundo libro, centrado en su etapa como ministro de Defensa. El libro, de fácil lectura, en la línea abierta y coloquial de Bono, parece uno más del sinfín de obras escritas con que nos deleitan nuestros políticos cuando son apeados del pedestal de poder en que les hemos encumbrado, procediendo a relatar sus andanzas durante el tiempo que lo han tenido. 


Este libro, recoge con todo lujo de detalles, hechos y vicisitudes ocurridos durante el tiempo de su mandato como ministro y que afectan directamente, ya a la institución militar, ya a alguno de sus miembros. Efectivamente, el Sr. Bono hace un análisis de la Institución, con referencias sonadas a la actuación de altos cargos militares y a los motivos por los que fueron cesados. Utiliza, para ello, un marcado carácter amarillista, poco apropiado para el rigor que se le debe exigir a una institución del Estado, sirviendo como ejemplo cuando tilda de “bomba” al cese y posterior sanción al entonces general Mena. Por eso, no nos debe engañar sobre lo que se narra en su capitulado, ya que el sostén de la obra puede ser, perfectamente ficticio y manipulado, es decir, no apoyado más allá de sus propios intereses. 

Por otra parte, aunque la actuación de los mandos militares en su ámbito de actuación, pueda ser una cuestión que afecte al ámbito del derecho a la información, la cuestión disciplinaria no lo es, por lo que excede el terreno en que se puede mover un escritor. Así, aunque podamos estar hablando del autor de un libro, estilos como este, rozando el libelo, son poco apropiados para lo que debe ser una institución del Estado qué, aunque ahora no lo parezca, el Sr. Bono, lo es. 



Justa, finalmente, la dedicatoria que hace a las víctimas del Yakolev 42 y a sus familias, a las que se refiere diciendo que “siguen sufriendo porque no se les ha hecho justicia”. Eso es cierto, pero él ha tenido su momento y también se le ha pasado.

viernes, 10 de julio de 2015

ALBERT RIVERA Y LOS CIUDADANOS.

Cuando alguien con hijas se encuentra en la tesitura de recibir por primera vez al novio de una de ellas, seguro que se plantea las preguntas típicas propias de todo padre consecuente: ¿cómo será?, ¿será buena persona?, ¿será honrado y cabal?... Lógicamente, después de todas las posibles preguntas e intenciones del primer momento, se irá bajando las pretensiones, quedando finalmente la realidad pura y dura, y quedando para los padres el consuelo de que seguro que podía haber sido peor. 

Esto es lo que ocurre con Albert Rivera. Él es el novio que cualquier padre querría para sus hijas. Decente, formal, serio, consecuente, además de alto y guapo. Él ha conseguido por sí mismo, partiendo de una Comunidad Autónoma que realmente no le ha facilitado mucho las cosas, entrar en la política nacional con un discurso lógico y coherente con el que pretende, el afianzamiento de la democracia basado en la unidad nacional sin perder la personalidad de las Comunidades Autónomas. Él ha sido y es el responsable único de las averías que se le están haciendo al resto de los grupos políticos del panorama nacional. 

Con una tendencia clara, de centro derecha, ha conseguido restarle votos al PP, al PSOE, a UPyD y sobre todo a PODEMOS. Así ha sido, por medio de un discurso de carácter nacional, para los del PP –respetar la lista más votada-, por aumentar las políticas sociales, para los del PSOE -la información de las menores ante un aborto-, de aumentar sus propuestas de izquierdismo para los de IU -regularizar la prostitución o un debate sobre las drogas-, por pensar de igual manera que los de UPyD o por compartir- con cautela- el estado de cabreo permanente con el politiqueo vano y resto de corruptelas para los de PODEMOS. 

Ha dicho por activa y por pasiva que pactará con todo aquel que aporte algo al ciudadano, siempre que no esté en contra de su propio programa político. Aparentemente, parece que es un partido que no se doblegará ante el poder. Desde luego, parece lo qué cualquier votante indeciso desearía. 

Pero ay, todo lo bueno tiene inconvenientes y al igual que cualquier aspirante que se nos pudiese presentar en casa, Albert Rivera no viene sólo, sino que viene con toda una familia detrás. Y puesto que a él, sólo se le puede votar en aquella circunscripción por la que se presente, previsiblemente por Barcelona, deberíamos pretender y exigirle que toda esa familia que él aporte -sus compañeros de partido aspirantes a los puestos en las instituciones- fuesen, cómo mínimo, cómo él. 

Albert Rivera debería aprender de los errores de otros y filtrar perfectamente a los miembros de su partido que pretendan acompañarle en la aventura de tener aspiraciones de gobierno o de participar en la política activa de Ayuntamientos y Comunidades Autónomas. De no ser así, lo que ahora es un magnífico proyecto político puede pasar a convertirse en un bluf.

miércoles, 8 de julio de 2015

LOS POLÍTICOS Y LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA.

Aunque parezca que la única Ley habilitante es aquella que emana del poder legislativo y que afecta a todos los ciudadanos, existe otra ley –con minúscula- que es la que emana del interior de los partidos políticos y que afecta únicamente a los que comulgan con esa confesión. 

Esta ley no es otra cosa que la divagación que se pueda haber hecho anteriormente en el partido, sobre cuáles serán los grandes puntos sobre los que van a descansar sus políticas. Lógicamente, esta ley debería ser la norma a seguir en cualquier caso, independientemente del posible resultado posterior que pueda traer el recuento de votos. Pero, al contrario, es a partir de ese momento cuando todo lo que se había ofrecido al ciudadano, cambia, y los políticos, dejan de ofrecer aquello que antes ofrecían, para ofrecer una cosa nueva que, antes no estaba en su programa y a veces ni siquiera en su cabeza. 

Llegan los pactos por mantener el poder y los políticos se encuentran con que, están obligados a aceptar las nuevas soluciones que se les ofrecen desde el partido, con la única esperanza de mantenerse en el puesto. 

Pero, no temamos, todavía no se ha perdido todo. El artículo 16 de la Constitución -que garantiza la libertad religiosa, ideológica, de culto y con ello de conciencia-, mantiene un resquicio de esperanza para aquellos políticos que, no encontrándose conformes con aquellas nuevas soluciones que les ofrece su partido, puedan escapar de su abrazo. Se puede objetar. La objeción de conciencia es el rechazo al cumplimiento de determinadas normas por considerarse éstas contrarias a las creencias éticas de una persona. 

Efectivamente, sobre la misma sólida base sobre la que se sustentan los problemas de conciencia que puedan existir contra ciertas prácticas abortivas, contra determinados tratamientos médicos, etc., éste mismo precepto podría autorizar a aquellos políticos que no estando conformes con los pactos que se promueven desde su partido -la ley-, pudieran negarse a aceptar determinados acuerdos, o determinadas prácticas de aceptación del todo por mantener el poder. 

Contra las leyes fruto del aguijón de determinadas minorías o de mayorías ciegas que producen acuerdos al margen de convicciones éticas, cualquier político puede enfrentar una ética racional que haga que, como individuo, responda en primer lugar de la propia conciencia y los propios principios morales. El filósofo Friedrich Nietzsche ya lo adelantó: La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo.

LAS NUEVAS FÓRMULAS Y FORMAS EN POLÍTICA.




Por fin se han constituido en España los gobiernos de los 8122 ayuntamientos, a los cuales les hemos otorgado nuestro voto y como no podía ser de otra manera, todos los nuevos gobernantes han debido jurar o prometer su cargo en las condiciones marcadas en la Constitución y el resto de legislación habilitante. No obstante, sea por que no se conocen debidamente el texto o sea por qué sus señorías pasan olímpicamente de esos formulismos, hemos visto diferencias notables entre lo que debe ser y lo que es. La jura o promesa, lleva consigo la lealtad al Rey, el acatamiento de la Constitución y los estatutos de Autonomía…y lo contrario supone desprestigiar directamente los contenidos formales de tales nombramientos. Si uno de los nombrados jura el acatamiento de la Constitución “por imperativo legal”, otro promete por el mismo imperativo legal la lealtad al Rey, otro prescinde de la vara de mando de alcalde, otro jura su cargo con el puño en alto u otros finalizan sus nombramientos con un acoso a los elegidos de otros partidos o tendencias, debería ser necesario una actualización de las fórmulas a utilizar en esos actos para adecuarlas a los nuevos tiempos. Pero eso sí, explícitamente, que es como se deben hacer estas cosas. Lo contrario daría patente de corso a cualquiera para actuar en contra de la Ley.

Lo que sí se ha hecho, esta vez tácitamente, y así se ha visto, es la modificación de la indumentaria general de los nuevos parlamentarios municipales y autonómicos. Parece como si se hubieran puesto de acuerdo. Hemos visto muy pocas corbatas y muchos menos trajes. Hemos visto muchas camisetas con dibujos modernillos y mucha forma de adentrarse en las instituciones que no parece la más adecuada para dar la imagen de la función que se va a representar. La libertad de la persona debe ser tan amplia como sea menester, incluyendo en la misma la forma de vestir y de actuar, pero me resisto a aceptar que en una reunión a un cierto nivel, o la asistencia a una recepción de gala, nuestros nuevos representantes se pudiesen presentar allí con un vaquero y una camiseta. Parecería poco serio, poco pudoroso. Don Quijote le dice a Sancho que el pudor es un encanto que duplica los encantos de la hermosura. Por eso mismo, el mantenimiento de las formas –también éstas- es importante. Muy importante. Evitaremos así comparaciones entre personas, cuando lo único que se deben comparar son, en todo caso opiniones o ideas.

MILITARES Y CONSTITUCIÓN.

  Escucho en foros políticos y mentideros de tertulianos, glosas de las virtudes de la ministra de Defensa Margarita Robles. Algunos la su...