domingo, 12 de julio de 2015

PEDRO SANCHEZ Y LOS SÍMBOLOS NACIONALES.

Emulando a George C. Scott en la película sobre el general Patton, el candidato a la Moncloa por el PSOE, Pedro Sánchez, ha salido a la palestra política, presentándose como candidato de su partido a las elecciones generales del previsible próximo noviembre, apoyado por un fondo de una descomunal bandera española de más de 70 metros cuadrados y dando una arenga patriótica en la mejor línea del general. Sánchez necesitaba hacerse con los votantes que, sin dejar de ser de izquierdas, no dejan de ser españoles y con ello a favor de los símbolos nacionales. Es cierto que la comparación no podría ser más acertada, sino fuese porque estos símbolos son una cuestión de capital importancia que, además, entroncan directamente con la defensa nacional. 

El Sr. Sánchez, en una de sus intervenciones más floridas llegó a decir que el Ministerio de Defensa sobraba. Ciertamente, vino a matizar posteriormente que las Fuerzas Armadas se deberían dedicar al reparto de ayuda humanitaria, la reconstrucción de zonas de conflicto, la asistencia en catástrofes y grandes desastres naturales…, dejando claramente fuera de juego, la vital importancia que la defensa tiene para el acontecer de un país. Ahora, con todo su gobierno en la sombra, toda aquella exposición anterior, enlaza con los presuntos pactos que este partido tiene preparados desde que se planteó el asalto a la Moncloa como candidato a la presidencia del gobierno. 

El PSOE no ha vacilado en pactar con Podemos, con partidos nacionalistas de ámbito separatista e incluso con partidos tradicionalmente en contra de las instituciones del estado, que no se lucen precisamente por considerar que dichos símbolos les puedan representar. Por ello, en un hipotético escenario en el que PSOE y Podemos sumasen sus votos e iniciasen una legislatura conjunta al frente del Gobierno, no sería de extrañar que Podemos pudiese pretender estar a cargo del Ministerio de Defensa. Esta opción, que se ha dejado escapar desde los órganos centrales de Podemos, anticipa lo que puede llegar a ser una realidad. Pero no nos engañemos, los motivos no pueden ser más espurios. En Podemos se pretende una defensa sin operaciones bélicas, y con una concepción puramente defensiva del estado, que no se compadece en absoluto con lo dispuesto en el artículo 8 de la Constitución Española.

El Sr. Errejón, uno de los líderes de Podemos, se lo ha dejado claro al Sr. Sánchez “…o con nosotros o con España”, a lo que el Sr. Sánchez, después de la arenga con la bandera, habrá pensado lo que, con razón, decía el recordado maestro Groucho Marx: estos son mis principios. Si a usted no le gustan, tengo otros.

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