domingo, 30 de agosto de 2015

TANCREDISMO.

Don Tancredo era un torero español de finales del XIX que esperaba al toro a la salida de chiqueros, subido sobre un pedestal situado en mitad de la plaza. El mérito consistía en quedarse quieto, pues pensaba que al quedarse inmóvil, el toro creería que la figura era de mármol y no la embestiría, convencido de su dureza.

Emulando a Don Tancredo, el Sr. Mas ávido de continuar adelante con su secesionismo y no moverse un pelo en sus intenciones soberanistas, elevó consulta a “famosos” historiadores del más acendrado arraigo nacionalista, para que buscasen una historia y un pasado para Cataluña, de los que poder hacer uso en un hipotético resultado favorable a sus propósitos independentistas. Dirigidos por el Consejo de la Diplomacia Pública de Cataluña -cuya misión hasta ahora, consistía en vender Cataluña en el mundo-, han perpetrado una flagrante manipulación de la historia de Cataluña y de España. 

Sus expertos han dogmatizado con la existencia de los llamados “países catalanes”, asegurando que ya existían antes del Rey Fernando el Católico –ahora rebautizado como Fernando II de Cataluña- y a la que pertenecerían buena parte de Aragón, Valencia, Andorra, el Rosellón francés o parte de Cerdeña (Italia). Han pretendido demostrar que el idioma catalán, al igual que el vasco, procede de alguna lengua germánica, o incluso que el castellano proviene del catalán. Han catalanizado reyes de Aragón o de Valencia o han fichado para la causa a personajes como Miguel Servet o Cristóbal Colón, que han pasado a ser naturales de los “países”. En la historia más reciente, en la aprobación de la Constitución o del Estatuto de Autonomía, también llegan a conclusiones sorprendentes, por lo que el fin no puede ser menos creíble. Cosas veredes Sancho.

Esta tesis encaja dentro de lo previsible dentro de un proceso de este pelo, pero sus conclusiones se pierden como el humo por debajo de una puerta, por lo que deberán ser los auténticos historiadores, es decir, aquellos que no se encuentren tocados por el velo nacionalista, quienes den carta de credibilidad a tales asertos. 

Por su parte, aun conociendo tales despropósitos y el porvenir que les espera, el Sr. Mas se ha puesto de perfil y dejándose llevar por su tancredismo, los ha aceptado y se ha fumado un puro. Ahora esperará que las críticas pasen y la situación se arregle sola o en todo caso, sean otros los que frenen sus ansias soberanistas. El cuadro que se plantea es el del recordado Miguel Ligero en la película Nobleza Baturra, llevando de la mano a su burro por medio de las vías del tren, y ante el pitido del tren, Miguel respondía “pita, pita, que como no te apartes tú”.

EL ETERNO DEBATE PARLAMENTARIO.

Últimamente, cuando escuchamos las discusiones de nuestros políticos sobre lo que más conviene a nuestros intereses, no vemos claro si lo que pretenden decir es lo verdaderamente importante, o si es lo que quieren oír los de su cuerda, o si es lo que conviene decir en ese preciso momento. 

En estos días se ha debatido en el Parlamento, alto y agrio, sobre la procedencia de la presentación de los Presupuestos Generales del Estado justo antes de que acabe la legislatura y de la, siempre problemática, cuestión de las pensiones. 

A lo primero, los dos partidos mayoritarios –por ahora- se han tirado los trastos a la cabeza, alegando los unos que, la presentación y la aprobación de los presupuestos era una cuestión de responsabilidad, y respondiendo los otros que, con mucha posibilidad, no serán los que definitivamente se apliquen una vez que se constituya el nuevo Parlamento Nacional, por lo que sólo servirán para perder el tiempo en debates poco provechosos, pues, como han prometido, posiblemente no lleguen a ver la luz. 

A lo segundo, se los han vuelto a tirar, pero esta vez, alegando ambos lo mismo. La obligatoriedad e imperiosidad de que las pensiones se respeten y por supuesto se mantengan en las condiciones que se pactaron el Pacto de Toledo. 

No es cuestión de entrar en debate sobre cuál de las posturas será la correcta, pero lo que está claro es que ninguna postura absolutamente contradictoria es conveniente para los intereses generales. Dos partidos que se pelean por las cáscaras olvidándose que, dentro está la fruta, están ejerciendo una labor fútil para los ciudadanos a los que representan. Olvidar que en política, como en cualquier otra disciplina, los árboles no deben impedir la visión del bosque es fundamental para llegar a conclusiones acertadas. Es incuestionable que las pensiones deben ser respetadas y de donde proceda su financiación es una materia que no debe afectar a quien la reciba. 

Es evidente que los presupuestos deben ser aprobados en tiempo y forma como único medio para evitar lagunas legislativas que eviten muchos quebraderos de cabeza que han ocurrido en el pasado. Nadie quiere unos presupuestos prorrogados y gobernar a golpe de decretazo, ni mucho menos una situación en la que el pago de las pensiones peligre. 

Si los dos partidos mayoritarios estuvieran de acuerdo en eso, el resto sería accesorio no cabiendo planteamientos ni disquisiciones del cómo y mucho menos del porqué. Además, sería bueno que piensen que, en el supuesto menos favorable, se pueden encontrar con que ya no son los partidos mayoritariamente votados y que además no están en disposición de negociar nada o casi nada con los nuevos partidos surgidos en los últimos tiempos. 

Es hora de que los políticos se procuren un feed-back más propicio, logrando precisamente, para el justiciable, el resultado que éste se merece.

domingo, 23 de agosto de 2015

NO HACER APRECIO.

Hasta hace bien pocos días, nunca había oído hablar del Sr. Martín Garrido Rámis, autodefinido como cineasta. Hasta entonces nada había oído relativo a su persona. No había oído que fuese actor, director, o cualquiera otra actividad relacionada con el cine. No había oído hablar de sus éxitos como actor ni de las películas que habría dirigido. No obstante, y por si la autodefinición de cineasta tuviese más enjundia, me acerqué a la RAE que me ha ilustró sobre tal título: Persona que trabaja en la industria artística del cine, en función destacada

Bueno hubiera sido, entonces, que la primera noticia sobre su persona hubiera sido describiendo alguno de sus éxitos en la industria cinematográfica. Pero no, la primera lo ha sido por la lectura de un panfleto publicado en un medio de comunicación escrito, y que lleva el pomposo nombre de ¿Para qué sirve el Ejército español?

Este cineasta, definiéndose a sí mismo como una persona objetiva, se despacha a conciencia contra la institución militar por medio de una dudosa valoración basada en el desconocimiento más absoluto de la realidad que, muy a su pesar, le deja fuera de combate antes de tener que hacer un comentario o escribir una sola línea. 

Efectivamente, las aserciones que lanza, muchas y variadas, -algunas llegan a poner en tela de juicio la necesidad de la defensa nacional-, no necesitan más que una simple lectura para darse cuenta de que el autor se encuentra en un punto centrado entre la más profunda desinformación y algún tipo de pelusa por la institución que le provoca una envidieja colosal, por lo que sería bien fácil contrarrestarlas una por una, pero eso sería igual que hacer aprecio de las descalificaciones que arroja, dándoles un valor que no tienen.

Lamentablemente, el Ejército es una institución que no dispone de medios suficientes para hacer frente a manifestaciones de este pelo, debiendo limitarse a cumplir una labor callada y las más de las veces poco gratificante, pero es la que le ha sido asignada por nuestra Constitución. Debe estar a objetivos más altos que atender a cualquier tipo de maquinación que pueda salir de la cabeza de un iluminado que, no teniendo otros valores en los que destacar, hace gala de una presunta denuncia social para que, por fin, su nombre salga a la luz o a la opinión pública. 

Por ello y ante cualquier duda que pudiese quedarle sobre la relevancia de la institución o el porqué de su existencia, es de rigor recordarle que ya desde los tiempos del Epitoma rei militaris quedaron señalados los puntos sobre los que debe mantenerse la defensa de un país, y que han ido agregándose al argumentario de las generaciones futuras en la frase “el que desee la paz, que se prepare para la guerra”.

lunes, 17 de agosto de 2015

LAS REUNIONES DEL MINISTRO DE INTERIOR.

De todos es sabido que las grandes decisiones y designios de la vida pública nos están vedadas al común de los mortales. Pero muy a su pesar, de vez en cuando, por un motivo u otro, estas decisiones y designios trascienden a la opinión pública.
A veces oímos que tal o cual político se han reunido con tal o cual persona, sin que esto haya trascendido. Es muy posible. Una parte que se entiende muy importante de la vida pública son aquellas reuniones al más alto nivel que deben realizar los protagonistas…Aznar se reunió con Bush y compañía, Zapatero o Bono, lo hicieron con Pablo Iglesias, el exministro José Blanco se reunió con un representante, e incluso la familia Tejero se reunió no hace mucho a tomar una paella. Y lo que te rondaré, morena. Ahora y en pleno período vacacional ha vuelto a pasar.
El ministro del interior Jorge Fernández, se ha reunido en su despacho ministerial con Rodrigo Rato, exministro y expresidente del FMI. La noticia no podía ser más venial, si no fuese por qué, pese a quien pese, se encuentra imputado por la presunta comisión de varios delitos de carácter fiscal y está siendo objeto de una profunda investigación, amén de que ha debido abonar una importante fianza y aceptar que varios de sus bienes hayan quedado sujetos a embargo.
De la reunión no han trascendido mucho más que las propias declaraciones de Fernández Díaz y Rato. El primero ha dicho que no realizó gestión alguna en relación a la situación procesal de Rodrigo Rato y que la reunión fue a petición de Rato por una cuestión de carácter exclusivamente personal. El segundo ha dicho que se habló de lo que le está pasando. Diferencias notablemente sustanciales.
Está claro que sobre el fondo no sabremos nada hasta que alguien nos lo quiera contar, por lo que tendremos que esperar a que los interesados se dignen a ilustrarnos con alguna explicación que arroje luz sobre tal reunión, por lo que parece que, de nuevo, pasan a ser importantes las formas. Otra vez las formas. Aunque pueda parecer un formalismo libre de toda sospecha, que el ministro reciba a un antiguo colega en su sede ministerial, parece poco serio que lo haga con alguien que se encuentra en las circunstancias de Rodrigo Rato. Es innegable que deben existir medios suficientes para quitarle oficialidad a tal reunión y ponerla en el lugar que le pueda corresponder.
La inmediata ha sido que algunos partidos políticos, PSOE, Izquierda Plural, UPyD o Convergencia, y asociaciones de guardias civiles como AUGC o sindicatos policiales, han pedido la dimisión de Fernández Díaz. Esperemos que la comparecencia del ministro en el Congreso, nos saque de dudas.
Y mientras Mariano ha dicho que no va a haber nada de particular en este asunto. Otra vez procastinando.

domingo, 9 de agosto de 2015

EL LÍO DEL PSOE.

Con la famosa película de Luchino Visconti “El gatopardo” se vino a acuñar el término, que posteriormente ha tenido gran aceptación en política, "gatopardista", viniendo a llamarse así al político que inicia una transformación política revolucionaria pero que en la práctica sólo altera la parte superficial de las estructuras de poder, conservando intencionadamente el elemento esencial de estas estructuras.

Desde que fue encumbrado a la secretaría general del PSOE, Pedro Sánchez, viene actuando de manera gatopardista para hacerse con el poder, con todo el poder. En el pasado mes de febrero, dio un golpe de mano en el Partido Socialista de Madrid y expulsó de la dirección al secretario general, Tomás Gómez, anteriormente alcalde de Parla. 

Quizá porqué existía la posibilidad de que estallase un caso de corrupción por el asuntillo de las investigaciones del tranvía de Parla e incluso de la operación Púnica, y con ello el deterioro grave de la imagen pública del PSOE en Madrid. Quizá porqué Tomás Gómez se enfrentó a Zapatero por la cuestión de las primarias en la Comunidad de Madrid. Quizá porqué Zapatero apoyó a Pedro Sánchez como candidato a la Secretaría General del PSOE. Quizá porqué quería mandarle un recadito a Susana Díaz con el asunto de los ERE,s, Chaves y Griñán… Motivos no le faltaban.

Ahora, basándose en su propia declaración de principios morales, ha dicho que el PSOE está dirigido por la dirección federal y, sin despeinarse, con el lógico aval de la nueva ejecutiva del Partido Socialista de Madrid, ha cesado a Antonio Miguel Carmona, aspirante -que fue- a la alcaldía de Madrid, y que había sido elevado a esos altares por el apoyo que le había prestado precisamente Tomás Gómez. 

Los motivos, aun no siendo claros, parecen seguir el perfil de la nueva línea política del PSOE y su acercamiento a Podemos. Carmona había dejado claro que no permitiría que Carmena pisase las líneas rojas. 

Si Pedro Sánchez esperaba una respuesta tranquila y sosegada, se ha equivocado. Carmona ha dicho públicamente que, de fondo, hay una cuestión interna de división del partido y que en el PSOE y el PSOE de Madrid se debe buscar una nueva línea de personas que busquen el interés del partido y no el de las propias personas, por lo que Sánchez y su equipo deben dimitir, y que no descarta un asalto a la alcaldía. Han entrado en guerra.

Con este fenomenal lío, el problema se ha caído encima directamente a la alcaldesa actual Manuela Carmena que ha quedado a expensas de lo que pueda pasar en un posible pacto entre lo que queda del PSOE y el PP de Esperanza Aguirre que, como es público y notorio, ya ofreció en su momento la alcaldía a Carmona. 

No importa. Para conseguir más poder, Pedro Sánchez seguirá con su política de cambios, calcando lo que hace el personaje de Tancredi en El Gatopardo: “hay que cambiar todo para que nada cambie".

domingo, 2 de agosto de 2015

PABLO IGLESIAS Y LA FÁBULA DE MOUSELAND. Publicado en D.Burgos 07-06-15

Hace algún tiempo, cuando empezó a despuntar el fenómeno Podemos, Pablo Iglesias respondió a una pregunta en una entrevista de televisión, con una fábula sobre ratones, que había sido acuñada por el político socialdemócrata canadiense Thomas Douglas. En esta fábula conocida por "Mouseland(de muy recomendable lectura), su autor nos venía a decir que los ratones votaban una vez al gato blanco y otras veces al gato negro como sus propios políticos, pero nunca votaban a los propios ratones. Evidentemente, Pablo Iglesias quería identificar esta fábula con la situación política española.

El símil estaba claro. Los españoles habíamos votado una vez al PP y otra vez al PSOE (partidos gatos), para luego volver a la situación anterior votando al PP, y luego volviendo a votar al PSOE. Los motivos de semejantes cambios, al igual que en la fábula, no eran otros que las nuevas promesas (cambios de programa electoral) que nos hacían los gatos, para que votásemos a uno blanco o a uno negro. 

En la fábula, cuando los ratones se dieron cuenta que ninguno de los gatos a los que votaban cumplía sus expectativas, pasaron a una nueva técnica que consistía en votar a gatos mitad negro, mitad blanco. Luego pasaron a los gatos con manchas… 

Igualmente, los españoles, hemos dejado de votar a blancos o negros, para votar a nuevas tendencias que, dicen, nos van a hacer saborear las mieles de la democracia. Pero ay, estas nuevas tendencias no pueden gobernar ni hacer política por sí solas, por lo que para alcanzar las metas programadas, deben unirse a otros gatos ya existentes formando gatos con rayas, con lunares…. En fin, coaliciones. 

En estas estamos. Ubicando gatos de todos los tipos posibles, siendo posible cualquier mezcla o colorido con tal de mantener el poder. Ahora, habría que saber en qué clase de ratones está incluido Pablo Iglesias. Si por la propia coyuntura de su partido, entiende que es el nuevo mesías de los ratones, no parece muy ético que utilice las coaliciones –con casi todos los partidos- para conseguir el poder. Si así lo hace, entrará con buen pie en un mundo de gatos, donde los gatos hacen leyes para gatos para que sean los ratones quienes las cumplan. En fin, de vuelta a los gatos. 

El final de la fábula consiste en que, finalmente, los ratones deciden por votar a un ratón, pero los propios ratones les llamaron comunistas, por lo que ellos mismos volvieron a los gatos. Blancos y negros.

LOS SONDEOS PARTIDISTAS Y LA LEY DE MURPHY.

Ya están aquí los sondeos electorales qué, como si de un ferial se tratase, siempre vienen acompañando a la próxima convocatoria de elecciones. El sondeo investiga la opinión de una colectividad, mediante encuestas realizadas en pequeñas muestras, que se juzgan distintivas del conjunto a que pertenecen. 

Las empresas (privadas) que se preocupan de la confección de tales sondeos, son contratadas por alguno de los partidos participantes en las elecciones o por algún medio afín a ellos para que, con un marcado carácter independiente, elaboren un estudio lo más aproximado posible a la realidad a suceder dentro de un plazo más o menos largo. 

Recibidos los resultados, serán los partidos quienes se encargarán de adornar el resultado obtenido atrayéndolo a sus propios intereses, dejando claro que su tendencia será la más favorecida con ese resultado, o que su patrocinado será quien ganará, o tendrá más oportunidades de ganar las elecciones, o que por lo menos, no será uno de los perdedores. 

A nadie se le ocurriría publicar un sondeo en el que no se tuvieran unas mínimas expectativas de parecer que se gana, incluso, aun no apareciendo como ganador en el sondeo. Por eso, los sondeos siempre acaban siendo beneficiosos para aquel que los solicita. Véanse los sondeos públicos (CIS, CEO…) siempre dispuestos a favorecer al órgano en el poder.

Sin conocer todavía la fecha en que se celebrarán las elecciones (deben celebrarse antes del 20 de diciembre) se han publicado en este último mes, cerca de veinte encuestas con sondeos pre-electorales. 

Dependiendo de donde proceden, unas vaticinan que el PP arrasará y otras que perderá la mayoría que ahora le sostiene. 
Otras que el PSOE repunta y que Podemos se reduce, otras que Ciudadanos se desinfla u otras que Podemos sube ampliamente. 
Las hay que adelantan que el ganador de las elecciones será el Partido Popular a corta distancia del PSOE, o que CIUDADANOS se mantendrá como cuarta fuerza. 
Pero, qué casualidad, prácticamente en todos los casos, la suma de PP y C,s es similar a la suma de PSOE y Podemos, lo que nos da prácticamente el mismo resultado que el obtenido por todos estos partidos en las pasadas elecciones municipales del mes de mayo. Da igual. 

Lo cierto es que sean del tono que fueren, los partidos sabrán arrimar el resultado a su ascua y tomando buena nota de lo que el gran escritor Arthur Bloch recoge sobre los sondeos en su segundo libro sobre la Ley de Murphy, si las encuestas están a su favor, las harán públicas ostentosamente, pero si están abrumadoramente en su contra, las ridiculizarán restándoles importancia o harán hincapié en lo mudable que es la opinión pública.

MILITARES Y CONSTITUCIÓN.

  Escucho en foros políticos y mentideros de tertulianos, glosas de las virtudes de la ministra de Defensa Margarita Robles. Algunos la su...