sábado, 28 de noviembre de 2020

EL EQUILIBRIO DEL TREN 24-11-20 DEFINIENDO OPOSICIÓN.

 


Mi querido D. José me ha vuelto a ilustrar con sus reflexiones que, como siempre, no tienen desperdicio posible, así que paso a reproducirlas:

“Últimamente rumio acerca de la conducta suicida, torticera e incluso inmoral de la gente que compone las instituciones que, suponemos, dirigen los designios del país. Me refiero a ese empecinamiento de los que ocupan un escaño ajeno al partido gobernante por dinamitar cualquier iniciativa de quien, en ese momento gobierna. No sé, quizá pudiera deberse a un matiz o una cuestión semántica. Me explico. Quien no está en el gobierno está en la oposición, así que moralmente está obligado (risas… por lo de moral) a actuar como tal; es decir: oponerse por sistema a todo lo que disponga quien gobierna, sin importar si actuará igualmente cuando pase al otro lado. No pasa nada. Lo importante es honrar la etiqueta de “oposición” y poner todo el empeño posible en destrozar cualquier propuesta del gobernante, independientemente de su sensatez, procedencia o, todo lo contrario.

El NO a las ocurrencias del gobierno de turno, debe procurarse con saña y de manera contumaz. Que se note el cumplimiento de su sacrosanto designio. No importa que haya cosas y ocurrencias a las que decir “sí”, que también habrá. Pero, esa es otra historia.

¿Y el color político? Ahí todos están de acuerdo (lo único en que muestran acuerdo). Da igual quién esté ahora en el gobierno o quién estuvo antes. Quien no gobierna se opone. ¡Porque sí! No es más que una etiqueta o coletilla propiamente dicha, sin afectarle cuestiones de idiosincrasia nacional, de temperamento meridional o carpetovetonismo. El paripé debe continuar.

Pero, ¿y sí los opositores fuesen simplemente Diputados, Equipo B, Segundo de a bordo, Alternativa, Congresista…, o incluso “Supervisión y Control”, como las estaciones de ITV (¡Oh, qué casualidad… estos también cobran por hacer un paripé!) No sé…, pero deberíamos molernos un poco los sesos para encontrar un término menos belicoso y pensar que estando en el mismo barco, necesitaríamos remar en una misma dirección y acompasadamente. Hacerlo en diferentes sentidos solo sirve para ir a ningún lado… o para estrellar la nave contra las rocas. Para eso casi es mejor la deriva directamente: saldría más barato y nos ahorraríamos bochornosos espectáculos.

Es evidente que no podemos estar de acuerdo en todo. Pero la actitud inicial debería ser buscar el consenso y el bien común. En el fondo todos sabemos qué está bien y qué mal, sólo se trata de ver la manera de enfocar lo mejor para todos y dirigir hacia ahí los esfuerzos. No hacia el escupitajo y la cara de perro.”

Como siempre D. José, una excelente teoría para una complicada puesta en escena.

sábado, 21 de noviembre de 2020

EL EQULIBRIO DEL TREN: 27/10/2020 MOCIÓN EN RUE DEL PERCEBE, 13.

 

Ya conocíamos el resultado, así que sólo cabía la duda sobre los apoyos que conseguiría Abascal. Dudábamos sobre sí el PP apoyaría esa moción. No estaba claro. Pero ya es sabido que las mociones de censura las carga el diablo y así lo hemos visto.

La moción de censura “constructiva” de Abascal solicitada con todas las garantías, no tenía viso alguno de prosperar, ni más recorrido que dar a conocer a su gente, coger cuota de pantalla y “share”, y explicar al público en general que Vox no es la derechona terrible que viene a quitar la piruleta a los niños o a inaugurar pantanos.

Eso sí. Recordarles que el Gobierno actual es lo peor o que su presidente había mentido a Europa, a España, a los españoles, a los votantes del PSOE…

Todos en el hemiciclo se veían dispuestos a arremeter contra aquel “ultra”, pero Abascal estaba tranquilo. Sabía que perdería la moción, pero, esperaba un apoyo de PP y Ciudadanos, que le haría salir airoso. Abascal calculó mal. No contó con que Iván aconsejaría al presidente: “hay que achuchar al PP para que voten en contra”.

Así ha sido y Casado representando al moroso del ático del edificio de Rue del Percebe 13, llevado por la centralización que le viene acosando durante los últimos tiempos, dio el discurso que marcará el resto de su caminar político: “Hasta aquí hemos llegado. Nosotros somos el centro y ustedes la “derechona” más recalcitrante y con ustedes no vamos a ninguna parte”. Nadie dude que hasta Abascal tiene su corazoncito. Quizá no tenía claros los apoyos, pero seguro que no esperaba esas palabras de desprecio.

Con esa maniobra marcando la diferencia con Vox, Casado no ha perdido nada y, sin embargo, Vox no ha ganado siquiera el pataleo de romper los apoyos otorgados al PP en Andalucía, Murcia o Madrid, pues pasarían al PSOE y su propia parroquia no se lo perdonaría.

Ahora bien: ¿Qué dirá la parroquia del PP sobre semejante jugada? Cambiar un apoyo de 52 votos por el centro político. O las preguntas que se estarán haciendo los inquilinos de Génova 13: ¿Pensamos igual que el gobierno? ¿Estamos en la misma línea que los partidos que votaron la destitución de Rajoy? ¿Hemos roto con Abascal, pero nos hemos abrazado al PSOE y resto de concurrencia? ¿Debemos preocuparnos?

Ver a Sánchez con sonrisa del tendero Don Senén de Rue del Percebe 13 vendiendo a Casado la reparación del Consejo General del Poder Judicial, que ya le venía obligado por Europa o ver a Iglesias con cara del sastre del segundo derecha aplaudiendo el buen hacer de Casado, más que alivio les habrá dejado bastante preocupados.

EL EQUILIBRIO DEL TREN. ¿EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS?

 

Por fin parece que vamos a tener presupuestos. Un gobierno que se 

precie no puede, perdón no debe, estar gobernando con unos presupuestos procedentes de la más rancia derecha y mucho menos durante más de tres años.

Necesitaba aprobar unos presupuestos progresistas que aumentasen el condumio del Ministerio de Igualdad o porque los Montoro´s eran unos presupuestos facha. Daba igual. Cualquiera sería motivo más que suficiente para manipular las acciones vislumbradas en el panorama democrático y aprobar los PGE de una vez por todas. Y eso es lo que se ha hecho. Ha habido que pactar hasta con el diablo para que saliesen adelante, pero saldrán. No importa que los apoyos hayan sido de grupos minoritarios o casi sin representación. Ya adelantó el reconocido autor Pedro S. en uno de los capítulos más interesantes de su reputada obra “Manual de resistencia”, que el fin justifica los medios. Máxima atribuida, por igual, a Maquiavelo y a Napoleón Bonaparte en “El príncipe”. Y ahora él. Fíjate tú. ¿De qué se trata? ¿De aprobar los Presupuestos Generales de un estado en el que no creen? No importa. Tira y apruébense.

Pero, ¿Y el coste real para el españolito de “a pie” por esos apoyos? Piden acercamiento de presos de cualquier colorido, presentar ante las Cortes una nueva Ley Educativa que consiga que el español deje de ser la lengua vehicular en Cataluña, la derogación de la educación concertada o la eliminación de las escuelas de Educación Especial… Piden olvidarse de rebeliones y recortar las sediciones, exteriorizar dolor de corazón por fallecimientos equivocados… Tranquilos. No es más que un intercambio de cromos. Ha conseguido los votos necesarios para pasar la criba del Hemiciclo, aun cuando haya soslayado a España y a los españoles.

Esos votos favorables, necesitados urgentemente de blanqueamiento, precisaban apoyos inmediatos así que, los ministros del ramo han pasado por taquilla y por las televisiones “progresistas” y mientras aprovechaban para tildar de fachas a la “derechona” por estar en contra de tales pactos, juraban y perjuraban sobre sus bondades democráticas, sin decir una palabra sobre su coste o montante político y económico. Como dijo Göbbels, “una mentira repetida mil veces acaba convirtiéndose en una verdad”

Algunos presidentes socialistas de Comunidades Autónomas, anonadados, se quejaron amargamente, incluso en directo, de la gravedad de la situación otorgando el marchamo de pactos antidemocráticos a esos acuerdos de gobierno. Incluso el presidente de Extremadura dijo aquello de que “le entraban ganas de vomitar al ver esos pactos que había hecho su PSOE”, pero…, igual que el resto acabó envainándosela y dando prioridad a conservar el culo al asiento. En fin. Si sirve de consuelo, decir que, en eso del vómito ha tenido mucha gente a su lado.

domingo, 15 de noviembre de 2020

EL EQUILIBRIO DEL TREN. ALGUNOS PEQUEÑOS PROBLEMAS.

 

Pues si señores, pues sí. Esto es un sin vivir. Entre tantos problemas existentes con la forma de gestión del virus, con el apuro que tienen las Comunidades Autónomas para saber si cierran o no sus fronteras o si los Ayuntamientos pueden pasarse del máximo de gasto permitido y poder poner alguna que otra rotonda más, uno ya no sabe sobre qué escribir.
Quizá podría divagar sobre el nuevo órgano de censura creado por el Gobierno, que dirá qué es verdad y qué es mentira, controlará la libertad de expresión y a los medios de comunicación. O escribir sobre lo poco que éstos se quejan.
También sobre la mentira y el “trumpismo” que habita en la Carrera de San Jerónimo que se traspasa sin más a Comunidades y Ayuntamientos. Quizá sobre Ciudadanos aprobando los PGE con ERC. O sobre el ligero asuntillo de poner como idioma vehicular el catalán en Cataluña, distinguiendo al presidente postrado de hinojos ante Podemos y toda la cuerda en que se apoya en el Congreso.
Podríamos discernir sobre el avance de la pandemia, el cierre de la hostelería o el nuevo presidente USA. Del rechazo en el Congreso de los Diputados a elevar las penas contra los ocupas. Del CIS, del CNI, del control de Hacienda o del nuevo jefe de la Benemérita. Pero no. Quizá sólo sean pequeños problemas que afectan a unos pocos.
Ha surgido entre los usuarios de Facebook una duda respecto a la forma en que esta empresa controla los amigos que cada uno puede tener y sobre todo a quien le envía las cosas y cuantas veces se pueden reenviar. Mark Zuckerberg, esa especie de visionario que ha conseguido unir a más de 2.700 millones de usuarios activos mensuales en su red, ha logrado cabrear a tirios y troyanos al pretender manejar a las personas o por lo menos intentarlo.
Para ilustrar al lector, decir que en el “face”, uno hace amigos y les puede mandar “cositas” y si al receptor le gustan, puede poner un comentario o un “me gusta: like”. Parecido al WhatsApp. 
Así, la aplicación ha conseguido ser responsable de infinidad de inquinas y antipatías al limitar las capacidades de sus usuarios consiguiendo que los “likes” y comentarios sean siempre de las mismas personas. ¿Dónde estarán mis ocho mil amigos? Se preguntan los usuarios. Es triste alcanzar un montón de amigos y solo unos pocos, alrededor de 25, estén autorizados a ver las publicaciones. Esto no deja de ser más que otro miserable control sobre los usuarios. Alguno dirá que no le importa este asunto, pues no tiene “face”. Cuidadín, Zuckerberg también es el dueño de Instagram y de WhatsApp .

sábado, 7 de noviembre de 2020

TÍTULO DE COLUMNA: EL EQUILIBRIO DEL TREN APLAUSOS Y TRAGADERAS


Aplaudíamos a quienes considerábamos responsables de habernos puesto cura y mantenimiento a los graves problemas que había dado el dichoso COVID. Al principio sólo ellos: los sanitarios. Pero al fin, vimos que había más. Acabamos aplaudiendo a los comerciantes, a los hosteleros, a las limpiadoras, a las cajeras de supermercados, a los vigilantes jurados, a los soldados, policías, funcionarios de prisiones etc. etc. etc. Parecían estar todos. Pero no amigos. No. Quedaba un colectivo olvidado y también merecedor de aplauso.

No son otros que los políticos de segunda, los regionales, provinciales, locales… Aquellos que deben agradecimiento a los vecinos que les han votado, pero también al partido que les mantiene con el culo al calor. El mismo partido que espera de ellos cualquier tarea gorda.

Presidentes de CCAA que no reclaman al gobierno cuando saben que los PGE van a ser menores o incluso perjudiciales para su Comunidad o que antes de hablar miran de soslayo a Madrid solicitando la venia, evitando criticar a su dios.

Aquellos políticos de partido, de pequeños pueblos y ciudades, correveidiles, jesuseros, gente que alaba la postura de cualquiera que viene de Madrid. Gente que, a poco, defiende posturas insostenibles sobre la nueva igualdad o aplaude la gestión triunfalista del presidente del gobierno por el negligente tratamiento en la gestión de la pandemia dando su perdón tácito por las malas críticas recibidas.

Aquellos que sin discutir en ningún momento los pactos de gobierno que haya podido hacer su partido a la hora de afincarse en el poder, no ponen el grito en el cielo exigiendo que sus prebendas pasen por ser las suficientes para regir a unos ciudadanos necesitados de gobierno y mando. Incluso los que aplaudiendo la irresponsabilidad que supone en tiempos de crisis el planteamiento de subidas de sueldo, llegan a obviar la necesidad de sostener, para ciertos políticos, el mantenimiento de fuerzas de orden público para evitar que le salgan caceroladas en la calle.

Quienes no discuten hacia qué lado debe ir la tendencia de una moción de censura ni comentan con quien se ha llegado a las mayorías necesarias para ganarla, aplaudiendo que su propio partido pacte con aquellos otros que han pretendido romper el resto del país.

Churchill, dijo aquello de que “la política hace extraños compañeros de cama”. Sí, pero no va de esto. Se trata de tragar, no sea que desde el propio partido se entienda que no eres persona suficientemente afecta y de una patada en el trasero te pongan en la calle. Como diría el gran Chicho, no son más que pequeños sufridores merecedores de aplauso que se han ganado con creces, mantener el culo al asiento.


MILITARES Y CONSTITUCIÓN.

  Escucho en foros políticos y mentideros de tertulianos, glosas de las virtudes de la ministra de Defensa Margarita Robles. Algunos la su...