Ya conocíamos el resultado, así que sólo cabía la duda sobre los apoyos que conseguiría Abascal. Dudábamos sobre sí el PP apoyaría esa moción. No estaba claro. Pero ya es sabido que las mociones de censura las carga el diablo y así lo hemos visto.
La moción de censura
“constructiva” de Abascal solicitada con todas las garantías,
no tenía viso alguno de prosperar, ni más recorrido que
dar a conocer a su gente, coger cuota de pantalla
y “share”, y explicar al público en general que Vox no es la derechona terrible
que viene a quitar la piruleta a los niños o a inaugurar pantanos.
Eso sí. Recordarles que el Gobierno
actual es lo peor o que su presidente había mentido a Europa, a España, a los
españoles, a los votantes del PSOE…
Todos en el hemiciclo se veían dispuestos a arremeter contra
aquel “ultra”, pero Abascal estaba tranquilo. Sabía que perdería la moción,
pero, esperaba un apoyo de PP y Ciudadanos, que le haría salir airoso. Abascal calculó mal. No contó con
que Iván aconsejaría al presidente:
“hay que achuchar al PP para que voten en contra”.
Así ha sido y Casado representando al
moroso del ático del edificio de Rue del Percebe 13, llevado por la
centralización que le viene acosando durante los últimos tiempos, dio el
discurso que marcará el resto de su caminar político: “Hasta aquí hemos llegado.
Nosotros somos el centro y ustedes la “derechona” más recalcitrante y con
ustedes no vamos a ninguna parte”. Nadie dude que hasta Abascal tiene su
corazoncito. Quizá no tenía claros los apoyos, pero seguro que no esperaba esas
palabras de desprecio.
Con esa maniobra marcando la diferencia
con Vox, Casado no ha perdido nada y, sin embargo, Vox no ha ganado siquiera el
pataleo de romper los apoyos otorgados al PP en Andalucía,
Murcia o Madrid, pues pasarían al PSOE y su propia parroquia no se lo perdonaría.
Ahora bien: ¿Qué dirá la parroquia del PP sobre semejante
jugada? Cambiar un apoyo de 52 votos por el centro político. O las preguntas
que se estarán haciendo los inquilinos de Génova 13: ¿Pensamos igual que el
gobierno? ¿Estamos en la misma línea que los partidos que votaron la destitución
de Rajoy? ¿Hemos roto con Abascal, pero nos hemos abrazado al PSOE y resto de
concurrencia? ¿Debemos preocuparnos?
Ver a Sánchez con sonrisa del tendero Don
Senén de Rue del Percebe
13 vendiendo a Casado la reparación del Consejo General
del Poder Judicial, que ya le venía obligado por Europa o ver a Iglesias con
cara del sastre del segundo derecha aplaudiendo el buen hacer de Casado, más
que alivio les habrá dejado bastante preocupados.
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