viernes, 22 de enero de 2021

MILITARES Y CONSTITUCIÓN.

 


Escucho en foros políticos y mentideros de tertulianos, glosas de las virtudes de la ministra de Defensa Margarita Robles. Algunos la suponen un verso suelto dentro del partido, por llevarse a matar con otros miembros del partido del gobierno y otros la dan como preparada para no sé qué relevo. Yo creo que no. Margarita es una persona leal al partido y además absolutamente leal al presidente del Gobierno que es, quien graciosamente, la ha puesto ahí y la está manteniendo en el puesto. Cierto es, que Margarita ha sabido llevar una política de no agresión con los militares, dándoles, de vez en cuando, un poco de cera y coba a fin de parecer provista de una cercanía en la línea de los gestionados. Véase aquella foto con chaleco antibalas y un casco qué… Ahora bien, cuando las cosas se han revuelto, Margarita se ha mostrado ella misma y ha sacado las uñas, por ejemplo, contra aquellos militares retirados que entendían, que lo aprendido en su época de militares en activo no se correspondía con la tibieza con que se gestionan actualmente los supuestos que apuntalan la unidad de España. Insignificante minoría, les llamó. Según ella, esas actitudes no se pueden consentir, así que, para enderezar este tinglado, autorizó a su subsecretaria de Defensa para emitir una Instrucción en la que quedasen reflejadas las normas básicas para fomentar los principios y valores constitucionales en los centros docentes militares. Es decir, comenzar en la base: los cadetes y alumnos de las Academias Militares. Ahí ordena que las actividades realizadas en esos Centros estén en consonancia con los principios establecidos en la Constitución, especialmente en lo relacionado con la convivencia en democracia y el respeto a los valores que la inspiran, evitando así efemérides antidemocráticas o ceses fulminantes. Esta Instrucción refuerza el respeto al principio de neutralidad política de los militares en los Centros Docentes militares, evitando usos o exhibiciones de simbología que vulnere principios y valores constitucionales, además de repetir una amplia panoplia de derechos y libertades fundamentales, todas ellas incluidas en el texto constitucional, como si los militares no lo conocieran. Visto objetivamente, aunque estemos leyendo una Instrucción del Ministerio de Defensa, perfectamente podían parecer las bases para cualquier ONG que se precie. Esos valores, fundamentales y ciertamente, obligados en el acervo de todos los españoles y por supuesto de los militares, no deberían hacer olvidar a la ministra y su subsecretaría que la Constitución dice más cosas. Únicamente recordarle los artículos 8 o 30. Ninguno de ellos citado ni en una sola ocasión en tal Instrucción.

sábado, 16 de enero de 2021

MIEDO.

Los humanos siempre hemos tenido miedo, hemos sido seres temerosos que siempre hemos estado expectantes a la hora de validar nuestros auténticos intereses. Pero un pueblo no sólo puede vivir de sus intereses. Véase, por ejemplo, a los españoles. Hemos tenido miedo a los romanos, a la peste, a los moros, al cambio político que se produjo en 1982. A todo aquello que lleve consigo un trastorno de placida vida que, se supone, debe llevarse en un país mediterráneo como éste. Sin embargo, hasta los miedos han cambiado y ahora se teme a cosas más mundanas: la hipoteca, el paro, la política… cosas que hasta hace bien poco tiempo no les dábamos la suficiente importancia. Pero la pandemia nos ha traído los últimos miedos, que posiblemente no sean los últimos, sino que sean los primeros de una nueva especie:  no poder ir a los bares, no poder charlar con los amigos, evitar los abrazos y roces… y quizá el peor de todos: aquel que además de tenernos acongojados, puede obligarnos a pensar. No es otro que el miedo a vacunarse. Vacuna sí o vacuna no.

Efectivamente la pandemia se ha llevado consigo mucha gente, ha contagiado a millones de personas en todo el mundo, pero a cambio, en un plazo mínimo se ha podido sacar una solución, por lo menos medianamente práctica, para evitar que esto siga corriendo. Con ella surgen los qué desluciendo tanto a la propia pandemia como a su propia solución, se enredan en decir que no están de acuerdo con la vacunación o cosas mucho más peregrinas como puede ser que lo harán cuando se hayan vacunado los políticos o cuando se conozcan los resultados de otros países. ¿Será miedo a posibles efectos secundarios? Cierto es que no ayuda lo que se ve en los WhatsApp, benditos WhatsApp que nos ponen encendidos ¡ojalá fuesen falsos! La vacunación de determinados políticos con jeringuillas sin aguja o carga, o sin apretar el gatillo. Personajes superfamosos que obligan a los enfermeros a hacer auténticas virguerías para que no se noten sus añagazas al esconder la jeringuilla con la tapa puesta. Bueno, era de esperar dentro de las expectativas normales de esta humanidad. Ya ha pasado con la gripe y su vacuna, que todavía no está mayoritariamente aceptada y donde todavía mucha gente toma como un orgullo decir que no la utiliza.

En fin, con esta realidad social no alcanzamos las garantías mínimas a perder nuestros miedos, pero debemos pensar que el resultado siempre puede ser peor: mantener confinamientos, bares cerrados, economía por los suelos o la más complicada que se me ocurre: ¿hasta dónde podrá llegar un patrono que exija a sus empleados una prueba de estar vacunados?


CARTA A LOS REYES MAGOS.


Este año me he puesto a hacer la carta a los Reyes Magos y posiblemente me habré pasado, posiblemente siete pueblos, pero mira, si hay alguien que pueda arreglar ciertos desbarajustes y traernos algo, seguro que son ellos.

Si luego las observan algo precipitadas, los Reyes aplicarán aquello de “Contra el vicio de pedir…” Pero, aun así, siempre espero que caiga algo.  

A Melchor le diría que, aunque me han parecido muy emotivas las imágenes de la gente que había enviado sus fotos familiares para salir como público en el Concierto de Año Nuevo, le pediría que el año que viene podamos ver el concierto de Año Nuevo con público y escuchar el Danubio Azul y la Marcha Radetzky con la gente dándose buenas palmadas en las piernas o las sonrisas de los japoneses al entrar en el Musikverein de Viena.

A Gaspar le pediría que, por fin, pudiera haber en España un Poder Judicial independiente y que el Ejecutivo y el Legislativo les dejaran en paz. Me gustaría pedirle que los políticos en coalición pudieran ponerse de acuerdo en aceptar algo que la gente ha votado en 1978. O que los que no la llegaron a votar, por no haber estado allí, olviden ese rollo de que “aquellos eran el pasado y nosotros somos el futuro”. También le pediría que la justicia persiga a cualquiera que se haya marchado de España por, presuntamente, haber admitido prebendas, pero que lo haga con todos. Con igualdad. Con todos aquellos que hayan pecado o vulnerado la Ley. Independientemente que sean políticos en activo, en pasivo o mediopensionistas.

Y a Baltasar, lo más difícil. La primera, me gustaría pedir que la Guardia Civil pudiera por fin disfrutar de un sindicato o lo más parecido posible a uno de ellos. No creo que fuese muy difícil, ya que, si el gobierno ha encontrado la manera de acceder a la posibilidad de dar indultos a personas que han pretendido romper el país, no veo muy complicado encontrar la manera legal de hacer que la Guardia Civil pueda tener un organismo que les defienda. La segunda y aun reconociendo su complejidad, pediría que por fin el AVE llegue a Burgos. Pero claro, entendiendo qué si no es posible, no se lo tendremos en cuenta.

En fin, mañana vienen los Reyes y ojalá hayan tenido tiempo de leer mi carta y sobre todo complacerme, pero por si acaso, recuerdo que los Magos han enviado un Paje adelantado que, con la forma de Riccardo Muti en el Concierto de Año Nuevo, dio un speech, del qué recomiendo, sobre todo a los políticos, su repaso, ya que les aclarará mucho las ideas.


miércoles, 30 de diciembre de 2020

¿UN AÑO PERDIDO?

 

Por fin, pasado mañana será el último día de 2020 que, si nada cambia, celebraremos con restricciones, limitaciones, prohibiciones… es decir de pena. Las noticias del año deberían ser sobre lo que hemos conseguido o logrado, pero si echamos la vista atrás lo único que recordamos es lo que hemos perdido. Reuniones familiares, deporte, olimpiadas…, así que es difícil encontrar las grandes noticias que nos haya aportado este año que nos deja. Sólo encontramos COVID 19.

A quienquiera que le preguntes te dirá que este año debe acabarse cuanto antes, que ha sido un annus horribilis o que ha sido un año perdido. No tengo dudas sobre lo primero o sobre lo segundo, pero sí sobre lo tercero.

Comenzamos el año con la esperanza de que el 2020 fuera algo diferente por aquello de que el numero era bonito y que, interiormente, siempre buscamos la relación de algún número con la realidad. Como cuando la Guerra del Golfo en 1991 con la implicación de España o el temido año del “Efecto 2000”. Aunque, luego, como en la Lotería del Gordo o la del Niño, nada tienen que ver los números bonitos con los que luego tocan.

Pero no todo pueden ser malas noticias. La humanidad, que ha sido capaz de crear un virus letal que ha puesto en peligro su propia subsistencia, ha sido capaz, también, de crear en tiempo récord una vacuna para su curación. Esto nos llama a la esperanza de que cualquier enfermedad que podamos padecer, solamente necesita un ingrediente básico para poder focalizar su curación y no es otro que el dinero. Parece mentira, pero aun cuando las grandes multinacionales farmacéuticas estén deseosas de poder vender sus productos y además de poder tener un éxito sobresaliente en cualquiera de sus investigaciones, no está claro si invierten lo suficiente en ciertas medicinas para que el mundo pueda vivir un poco mejor. El cáncer, el ELA, el párkinson…etc.

Estos deben ser los sucesivos retos para el año 2021 y siguientes, y ese debería ser nuestra imagen y guía para los próximos años.

De esa experiencia debería nacer una sociedad nueva que nos hiciese más solidarios y responsables, pensando que las pérdidas materiales volverán y aceptando que todos aquellos que no han podido aguantar su tirón o su fuerza y se han ido como consecuencia de este maldito virus, son los héroes que debemos llorar y recordar.

Somos conscientes de que este año 2020 ha sido muy raro y que nos ha dado gran cantidad de problemas, así que, a falta de otros argumentos, miremos adelante y pasemos por el filtro de las vacunas.  Mahatma Gandhi nos lo adelantó: “El futuro depende de lo que hacemos en el presente”. Feliz año 2021.

DIECISIETE NAVIDADES DIFERENTES.


Pues si amigos, sí. Aunque pensábamos que 2020 no tendría nada bueno, que casi así ha sido, su liquidación traerá consigo algo que necesitamos: una Navidad más y de regalo de Reyes, la deseada vacuna.  

2020 va a tener Navidad, luces, en algunos lugares mejores y en otros un poco más flojas, cenas y lotería e incluso podremos, casi seguro, reunirnos con algunos contados familiares y pasado mañana cantar villancicos con mascarilla y a distancia. Todo casi normal, pero con precauciones para que la temida “tercera ola” de la pandemia nos dé un margen de apertura que nos permita ver a nuestros familiares y poder salir a la calle a tomarnos un pincho o unas bravas con la consabida caña en estas fiestas tan emotivas.

Pero, estando en España, país diferente donde los haya, estaremos permanentemente amenazados por la incertidumbre ya que, a cada cierto kilómetro de distancia, de una Comunidad a otra, es decir, cada vez que salgamos de la propia y nos metamos en la ajena, podemos estar teniendo determinados derechos que en la nuestra no había o contraviniendo ciertas normas.

Y, se preguntará el lector, ¿cómo es esto? Pues, fácil. Todo depende de su presidente o de lo que esa Comunidad Autónoma haya decidido, ya que el Ministerio de Sanidad y el gobierno, han dejado vendidas a las Comunidades dándoles autorización, por medio del consabido Real Decreto, para decidir lo que es o no es pecado. O sea, poner sus propias normas en su Comunidad, sin observar que los españoles, tal y como dice la Constitución, somos iguales ante la ley y por lo tanto debería ser el propio Ministerio quien hubiera dado las normas más o menos rigurosas para que todos hubiéramos tenido una Navidad similar. Las diferencias en horarios, grupos de personas y allegados, diferentes posibilidades de cantar villancicos o forma de brindar hacen que podamos estar en una Comunidad haciendo algo tan ricamente y pasar a la de al lado y estar contraviniendo absolutamente las normas más elementales.

Eso sí. Explicaciones, las justas. Es lo que tiene el salto de mata. Incluso el presidente del Gobierno aquejado de un oportuno contagio, ha decidido confinarse y desaparecer unos días para no tener que salir a la palestra y explicar porque Aragón tiene unas normas y Galicia otras.

En fin, como no todo deben ser quejas o protestas, seamos positivos y aceptemos como una gracia que la pandemia nos haya dejado este leve margen para disfrutar de estas Navidades. Hagámoslo y esperemos que el próximo año las podamos celebrar en mejor situación y sobre todo con mucha más confianza. Suerte con la lotería y feliz Navidad a todos.


CARMEN DE ESPAÑA.

 

España siempre ha dado de sí grandes mujeres que han sabido llevar el nombre del país por allá donde quiera que han ido. Literatura, política, música, investigación, variedades, televisión… Por unas u otras razones, han acabado recibiendo el apelativo de “de España” dejando una estela de esplendor y lucimiento, envidia de naciones y culturas. Muchos ejemplos, lamentablemente no todos, puedo aportar, representativos del anterior apelativo: Carmen Laforet, Sevilla, Machi, Campoamor, Amaya, Martín Gaite, Maura… hasta Carmen de Mairena. Todas ellas orgullo de España.

Pero como hasta en la mejor cesta podemos encontrar impurezas, ahí nos hemos encontrado a Carmen “la de Cabra”. Vicepresidente del Gobierno y anteriormente ministro de Cultura y de Igualdad y personaje que habiendo podido ser alguien, no es más que un exiguo y bamboleante muñeco tentempié a favor de su solemnemente pomposo jefe.

Ella, que lleva con orgullo ser una persona subordinada a otra de la que parece inseparable, confirma el término adlátere, al que José María García dio vida, ratificando que cualquiera sirve para “jesusera”, abraza farolas u ocupar la posición de vicepresidente del gobierno, con la única misión específica de tapar los agujeros que va dejando su jefe, por donde pasa.

Comenzó como Ministra de Cultura, con aquello de “Deseo que la Unesco legisle para todos los planetas” o “El cine ha perdido espectadores por culpa de la política hostil del PP”. Luego como feminista Ministra de Igualdad fue castigo y martillo para la RAE, creando términos gramaticales propios como la “expertitud”, o frases para el peor circunloquio: “Yo he sido cocinera antes que fraila”. Como vicepresidente ha hecho grandes favores a la causa de su jefe por medio de ferviente apoyo a cualquiera de sus ocurrencias. Aquello de que el presidente ha tenido otra vida anterior en la que no era presidente y que lo dicho anteriormente no tiene que ver con lo que haga ahora, pretendiendo, además, convencer a los administrados de tal obtusa explicación, será objeto de estudio en las Universidades durante los próximos siglos.

Ella que hasta afiliarse en el PSOE Era independiente, no independentista, ahora celebra las palabras de Rufián sobre el tal paraíso fiscal de Madrid o aplaude los pactos que su jefe ha hecho con Bildu o con ERC. En fin.

Pero cuidado, ella que nunca llegará a ser Carmen de España, podría ser la próxima ministro de Interior o de Defensa. Así que, cantémosle aquellos versos de la famosa coplilla de Quintero, León y Quiroga “Yo soy la Carmen de España y no la de Merimé y no la de Merimé. Me han cantado en el teatro, lo mismo que a la Traviata, más le aviso a más de cuatro que voy a meter la pata…

 

EMÉRITO.

 

Cuentan qué en una celebración de carácter militar, el entonces Rey Juan Carlos acabó el acto y saltándose el protocolo, paseó por el recinto saludando a unos y otros. Dos de los presentes, uno militar y el otro un “melenas” de cultura supermoderna, esperaron su llegada con la mano extendida. Aquel Rey se dirigió directamente al “melenas” dejando al militar con un palmo de narices. Aquel primer Rey cercano, no distante y sí separado de la lejanía que supone ser súbdito, acabó llamándose “Campechano primero”.

Hace 45 años cogió un país cojo, tuerto y sin cerebro y por sus méritos consiguió que los padres y abuelos de todos estos que ahora protestan contra él y piden explicaciones, pudiesen vivir en un país de derechos y garantías, entre ellas la del derecho a la presunción de inocencia o la de que nadie, sin ser imputado o investigado, pueda hacérsele objeto de persecución.  

Pero él, que consiguió los mejores logros, estabilidad y honores para España, ha debido irse. Parece ser que consintió prebendas económicas por las gestiones realizadas. Puede ser. Los contrarios a su sistema de estado, incluso involucrando a su hijo en este lío, dicen que se ha marchado huido y que por ello la Casa Real deberá dar explicaciones. Un mérito si tenemos en cuenta su inviolabilidad o su falta de imputación o investigación.

Lo cierto es que, errores sí ha cometido. Algunos de alcance, otros de concepto, otros de bulto. Pero ¿quién no?  Le han pedido explicaciones y él ha pedido perdón, algo que no ha hecho ni el más progresista de los sobrados presidentes o vicepresidentes del gobierno que han gobernado España por más que hayan organizado pirulas de las gordas. Los más voraces vocingleros, exigentes de aquellas explicaciones, sin pensar que muchos de los que braman están incursos en la misma problemática, en un amago de democracia exigen su cabeza, empeñados en que pague por sus actos, ya con su ruina la política o poniéndonos soviéticos con su apaleamiento público. Todo vale, sobre todo teniendo en cuenta que la coalición de gobierno, por poner un ejemplo, ha mentido, engañado, estafado, burlado la ley... y aquí no ha pasado nada. De esos vaivenes casi nada ha trascendido. Más bien, pudiera ser que tal persecución tenga algo escondido y oculto que pretenda dirigir la mirada del público hacia esta parte evitando la atención en otros circos de mayor calado.

En fin, no sé dónde estará, pero he recibido un WhatsApp con cuatro Reyes Magos camino de Belén. El cuarto aparece como si se hubiera colado ahí de rondón. Los otros tres lo miran como diciendo “vamos, no te quedes atrás”.

LA REINA EN EL PALACIO DE LAS CORRIENTES DE AIRE.

 

La trilogía Millennium, del malogrado Stieg Larsson, describió las azarosas peripecias de Lisbeth Salander, extraña heroína que sufría los reveses de la famosa saga.

La primera novela, “Los hombres que no amaban a las mujeres” tenía un título significativo. La segunda se tituló “La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina”, título también revelador y la tercera “La reina en el palacio de las corrientes de aire” presenta a la protagonista siendo, finalmente, ella misma.

Según entraba en el meollo de la intensa trama, me sonaba cercana la situación actual de nuestra política patria con el proceder del presidente de Podemos y vicepresidente del gobierno. La similitud entre éste y las novelas de Larsson, no deja de ser cuando menos, llamativa.

Comenzó su andadura como macho alfa, fantaseando con dar latigazos a Mariló Montero. Su entrada en política cubrió de pequeños incendios aquel ámbito en que se desenvolvía: el Parlamento Europeo, relaciones con Venezuela, idilio con sus peculiares “amigos” etc. Se diría que las similitudes acababan en ese segundo libro, pero no. Es el tercero el que marcó la pura y dura realidad.  

Después de conseguir contra todo pronóstico un maridaje con Sánchez, que se presume eterno, y que ha servido para continuar su propia revolución permitiéndole hacer lo que le surja de las gónadas, al igual que en “La reina…”, se comporta como si fuese, efectivamente, lo máximo dentro de palacio, dentro de la convulsa política sin que puedan perturbarle las corrientes de aire que intente poner a su lado, cualquier soporífero presidente.

Se pretendían aprobar los PGE, así qué adecuando la situación a sus mejores intereses, ha pactado con quien le ha parecido mas afín a sus predicamentos: ERC, Bildu…etc. Eso sí, eliminando de ese pacto al molesto Ciudadanos.

Hubo de acompañar al Rey en un viaje a Bolivia y más parecía que era el Rey quien iba de acompañante. El presidente “olvidó” invitarlo a la reunión que gestionaría los miles de millones del fondo europeo y enseguida le recriminó airado, consiguiendo que aquel reculara. Está en todo.

Desde aquellas tiendas de campaña en las plazas mayores de pueblos y ciudades hasta el “casoplón”. Desde la vida en Vallecas hasta poner contra las cuerdas al gobierno estatal. Desde pactar, en plena pandemia, con sus “amigos” una Ley de Educación disgregadora, la penúltima subida de impuestos o la pretensión de modificar la política fiscal de toda España para esquivar Madrid, siempre ha llevado la lata de gasolina en mano, incendiando aquí y allá cualquier objetivo en contra de sus propios intereses. Si Larsson hubiera necesitado inspiración para el personaje de Alexander Zalachenko, no creo que pudiera encontrar mejor ejemplo.

sábado, 28 de noviembre de 2020

EL EQUILIBRIO DEL TREN 24-11-20 DEFINIENDO OPOSICIÓN.

 


Mi querido D. José me ha vuelto a ilustrar con sus reflexiones que, como siempre, no tienen desperdicio posible, así que paso a reproducirlas:

“Últimamente rumio acerca de la conducta suicida, torticera e incluso inmoral de la gente que compone las instituciones que, suponemos, dirigen los designios del país. Me refiero a ese empecinamiento de los que ocupan un escaño ajeno al partido gobernante por dinamitar cualquier iniciativa de quien, en ese momento gobierna. No sé, quizá pudiera deberse a un matiz o una cuestión semántica. Me explico. Quien no está en el gobierno está en la oposición, así que moralmente está obligado (risas… por lo de moral) a actuar como tal; es decir: oponerse por sistema a todo lo que disponga quien gobierna, sin importar si actuará igualmente cuando pase al otro lado. No pasa nada. Lo importante es honrar la etiqueta de “oposición” y poner todo el empeño posible en destrozar cualquier propuesta del gobernante, independientemente de su sensatez, procedencia o, todo lo contrario.

El NO a las ocurrencias del gobierno de turno, debe procurarse con saña y de manera contumaz. Que se note el cumplimiento de su sacrosanto designio. No importa que haya cosas y ocurrencias a las que decir “sí”, que también habrá. Pero, esa es otra historia.

¿Y el color político? Ahí todos están de acuerdo (lo único en que muestran acuerdo). Da igual quién esté ahora en el gobierno o quién estuvo antes. Quien no gobierna se opone. ¡Porque sí! No es más que una etiqueta o coletilla propiamente dicha, sin afectarle cuestiones de idiosincrasia nacional, de temperamento meridional o carpetovetonismo. El paripé debe continuar.

Pero, ¿y sí los opositores fuesen simplemente Diputados, Equipo B, Segundo de a bordo, Alternativa, Congresista…, o incluso “Supervisión y Control”, como las estaciones de ITV (¡Oh, qué casualidad… estos también cobran por hacer un paripé!) No sé…, pero deberíamos molernos un poco los sesos para encontrar un término menos belicoso y pensar que estando en el mismo barco, necesitaríamos remar en una misma dirección y acompasadamente. Hacerlo en diferentes sentidos solo sirve para ir a ningún lado… o para estrellar la nave contra las rocas. Para eso casi es mejor la deriva directamente: saldría más barato y nos ahorraríamos bochornosos espectáculos.

Es evidente que no podemos estar de acuerdo en todo. Pero la actitud inicial debería ser buscar el consenso y el bien común. En el fondo todos sabemos qué está bien y qué mal, sólo se trata de ver la manera de enfocar lo mejor para todos y dirigir hacia ahí los esfuerzos. No hacia el escupitajo y la cara de perro.”

Como siempre D. José, una excelente teoría para una complicada puesta en escena.

sábado, 21 de noviembre de 2020

EL EQULIBRIO DEL TREN: 27/10/2020 MOCIÓN EN RUE DEL PERCEBE, 13.

 

Ya conocíamos el resultado, así que sólo cabía la duda sobre los apoyos que conseguiría Abascal. Dudábamos sobre sí el PP apoyaría esa moción. No estaba claro. Pero ya es sabido que las mociones de censura las carga el diablo y así lo hemos visto.

La moción de censura “constructiva” de Abascal solicitada con todas las garantías, no tenía viso alguno de prosperar, ni más recorrido que dar a conocer a su gente, coger cuota de pantalla y “share”, y explicar al público en general que Vox no es la derechona terrible que viene a quitar la piruleta a los niños o a inaugurar pantanos.

Eso sí. Recordarles que el Gobierno actual es lo peor o que su presidente había mentido a Europa, a España, a los españoles, a los votantes del PSOE…

Todos en el hemiciclo se veían dispuestos a arremeter contra aquel “ultra”, pero Abascal estaba tranquilo. Sabía que perdería la moción, pero, esperaba un apoyo de PP y Ciudadanos, que le haría salir airoso. Abascal calculó mal. No contó con que Iván aconsejaría al presidente: “hay que achuchar al PP para que voten en contra”.

Así ha sido y Casado representando al moroso del ático del edificio de Rue del Percebe 13, llevado por la centralización que le viene acosando durante los últimos tiempos, dio el discurso que marcará el resto de su caminar político: “Hasta aquí hemos llegado. Nosotros somos el centro y ustedes la “derechona” más recalcitrante y con ustedes no vamos a ninguna parte”. Nadie dude que hasta Abascal tiene su corazoncito. Quizá no tenía claros los apoyos, pero seguro que no esperaba esas palabras de desprecio.

Con esa maniobra marcando la diferencia con Vox, Casado no ha perdido nada y, sin embargo, Vox no ha ganado siquiera el pataleo de romper los apoyos otorgados al PP en Andalucía, Murcia o Madrid, pues pasarían al PSOE y su propia parroquia no se lo perdonaría.

Ahora bien: ¿Qué dirá la parroquia del PP sobre semejante jugada? Cambiar un apoyo de 52 votos por el centro político. O las preguntas que se estarán haciendo los inquilinos de Génova 13: ¿Pensamos igual que el gobierno? ¿Estamos en la misma línea que los partidos que votaron la destitución de Rajoy? ¿Hemos roto con Abascal, pero nos hemos abrazado al PSOE y resto de concurrencia? ¿Debemos preocuparnos?

Ver a Sánchez con sonrisa del tendero Don Senén de Rue del Percebe 13 vendiendo a Casado la reparación del Consejo General del Poder Judicial, que ya le venía obligado por Europa o ver a Iglesias con cara del sastre del segundo derecha aplaudiendo el buen hacer de Casado, más que alivio les habrá dejado bastante preocupados.

EL EQUILIBRIO DEL TREN. ¿EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS?

 

Por fin parece que vamos a tener presupuestos. Un gobierno que se 

precie no puede, perdón no debe, estar gobernando con unos presupuestos procedentes de la más rancia derecha y mucho menos durante más de tres años.

Necesitaba aprobar unos presupuestos progresistas que aumentasen el condumio del Ministerio de Igualdad o porque los Montoro´s eran unos presupuestos facha. Daba igual. Cualquiera sería motivo más que suficiente para manipular las acciones vislumbradas en el panorama democrático y aprobar los PGE de una vez por todas. Y eso es lo que se ha hecho. Ha habido que pactar hasta con el diablo para que saliesen adelante, pero saldrán. No importa que los apoyos hayan sido de grupos minoritarios o casi sin representación. Ya adelantó el reconocido autor Pedro S. en uno de los capítulos más interesantes de su reputada obra “Manual de resistencia”, que el fin justifica los medios. Máxima atribuida, por igual, a Maquiavelo y a Napoleón Bonaparte en “El príncipe”. Y ahora él. Fíjate tú. ¿De qué se trata? ¿De aprobar los Presupuestos Generales de un estado en el que no creen? No importa. Tira y apruébense.

Pero, ¿Y el coste real para el españolito de “a pie” por esos apoyos? Piden acercamiento de presos de cualquier colorido, presentar ante las Cortes una nueva Ley Educativa que consiga que el español deje de ser la lengua vehicular en Cataluña, la derogación de la educación concertada o la eliminación de las escuelas de Educación Especial… Piden olvidarse de rebeliones y recortar las sediciones, exteriorizar dolor de corazón por fallecimientos equivocados… Tranquilos. No es más que un intercambio de cromos. Ha conseguido los votos necesarios para pasar la criba del Hemiciclo, aun cuando haya soslayado a España y a los españoles.

Esos votos favorables, necesitados urgentemente de blanqueamiento, precisaban apoyos inmediatos así que, los ministros del ramo han pasado por taquilla y por las televisiones “progresistas” y mientras aprovechaban para tildar de fachas a la “derechona” por estar en contra de tales pactos, juraban y perjuraban sobre sus bondades democráticas, sin decir una palabra sobre su coste o montante político y económico. Como dijo Göbbels, “una mentira repetida mil veces acaba convirtiéndose en una verdad”

Algunos presidentes socialistas de Comunidades Autónomas, anonadados, se quejaron amargamente, incluso en directo, de la gravedad de la situación otorgando el marchamo de pactos antidemocráticos a esos acuerdos de gobierno. Incluso el presidente de Extremadura dijo aquello de que “le entraban ganas de vomitar al ver esos pactos que había hecho su PSOE”, pero…, igual que el resto acabó envainándosela y dando prioridad a conservar el culo al asiento. En fin. Si sirve de consuelo, decir que, en eso del vómito ha tenido mucha gente a su lado.

MILITARES Y CONSTITUCIÓN.

  Escucho en foros políticos y mentideros de tertulianos, glosas de las virtudes de la ministra de Defensa Margarita Robles. Algunos la su...