miércoles, 28 de diciembre de 2016

Monólogos dolorosos.


He asistido estupefacto a uno de los últimos programas de monólogos El Club de la Comedia, en el que su presentadora Ana Morgade, se encarga de dar una versión muy particular sobre la gracia que se le puede encontrar hoy en día a todo. 
En éste le ha tocado el turno a la adopción y la presentadora lo perpetra con todas las de la ley. Sí es cierto que estamos en un país de Romerales, que diría el maestro Forges y que España está preparada para reírse de casi todo, pero dedicarse a diseccionar una institución como ésta desde un foro como ese, no tiene ni pies ni cabeza.
Que conste que considero a Morgade una presentadora de lo más divertida, y con un desparpajo que excede de lo salado y no creo que ella pueda tener responsabilidad más allá de lo que le pasan los guionistas del programa o de la propia cadena. Ella lo hace en acto de servicio.

Evidentemente el único responsable de tal enjundia no es otro que la propia cadena de televisión que aprovechando la impunidad que le da el patrocinio de haber sido salvada por Rajoy cuando estaba en el pico del hundimiento se cree con el derecho de poder decir lo que quiera y cuando quiera y sobre lo que quiera. Vale. Pero, ni siquiera la libertad de expresión o la libertad de palabra pueden pasar líneas que supongan pasar de la risa al insulto, de la gracia a la humillación o el desprecio a las personas.  

Majaderías del estilo de que ha pedido un niño chino porque es lo que mejor le va con el sofá o preguntarse si el niño viene con garantías por ser de segunda mano, nos pueden acercar al punto de imbecilidad que ronda por la cabeza de esos guionistas. Pero, oh españoles, lo más doloroso es ver como los catetos que en ese momento asistían a la grabación ríen y aplauden unos chistes gruesos y cargados de grasumada. 
Cuando en un monólogo alguien dice que “el niño, suyo, suyo no es, que es adoptado”, interésense por una buena lectura del artículo 108.2 del Código Civil que dará luz sobre el particular.


Señores de la Sexta, los españoles no estamos preparados para todo. Si alguien se pone a hablar de un tema sensible y que conlleva tanta dignidad como es el de la adopción desde un foro como ese, limitándose sencillamente a cuadrar las palabras para que rimen o para que los espectadores suelten unas risillas al oír el chascarrillo de turno, lo lógico es que se haga pasar por un buen filtro que evite herir sensibilidades y suspicacias. 
Pero en cualquier caso, recuerden que los monólogos los carga el diablo.

jueves, 22 de diciembre de 2016

Esgrima: Fencing.


Se ha celebrado en Burgos el Campeonato del Mundo de Esgrima femenino sub 20. Sí, ese deporte en que los practicantes se denominan tiradores y el éxito consiste en tocar sin ser tocado. Fácilmente he podido reparar de la entidad e importancia deportiva y económica de un evento que han disputado casi doscientas tiradoras de veinticuatro países con toda la parafernalia que llevan consigo.
Interesado en la organización del acontecimiento, me asombro al conocer que toda la cuestión organizativa la había llevado a cabo la Sala de Esgrima de Burgos (SAESBU). Desde buscar y trasladar a los árbitros, equipos organizativos y tiradoras a sus hoteles, preparar y presentar el lugar donde se efectuarían las eliminatorias o adecuar un lugar emblemático y atrayente como es el Fórum Evolución de Burgos para presentar una final lucida que no desmereciese su  relevancia.
Pero, cuidado, aunque quiera parecer que ese club posee toda clase de medios técnicos, económicos y humanos para confeccionar la ejecución de tal evento, no es así. Los operarios han sido los alumnos que practican a diario en ese club, y sus padres, quienes voluntariamente han llevado a cabo el transporte, catering y logística de una actividad a gran escala como esta, la seguridad del evento, el montaje y ejecución de la faena y el abono de los gastos que ello ha llevado consigo. Incluyendo la buena imagen de la ciudad que, sin duda, se habrán llevado los participantes a sus países. Enhorabuena.
El Ayuntamiento de Burgos, receptor directo de esa imagen ha aportado la presencia de la Concejal de Deportes y la Diputación de Burgos no se ha dado por enterada. Así, sin minusvalorar las autoridades que allí concurrían se ha echado de menos al alcalde y al presidente de la Diputación. Se ha echado de menos a la televisión local, la de Castilla León y a Televisión Española. Y sí, se ha echado de menos a los anunciantes locales que hubieran podido aprovechar el tirón de una actividad en la que han participado países de la talla de Brasil, Japón, USA o Canadá.
Supongo que nuestros próceres habrán valorado como escasa la entidad de este acontecimiento deportivo, para dejar lo que hayan estado haciendo un sábado por la tarde. Claro. Diferente hubiera sido un mundial de fútbol, la final de la Champions o siquiera un partido de futbol de la selección española.
Señores, reflexionemos y estemos a lo hay que estar. Defendamos lo que tenemos y démosle toda la relevancia posible, con el bombo y boato necesario para que se conozca en la Comunidad y fuera de ella. Despertemos y seamos realistas, ¿Cuánto tiempo habrá que esperar para que una ciudad como Burgos organice un evento de esas categorías? En pocas palabras: crones.


Políticos y funcionarios.


Me dice un amigo que los militares qué una vez en la reserva, entran en el baremo de 63 a 65 años, se les sustituyen los complementos de empleo y general del complemento específico por un nuevo llamado complemento de disponibilidad. Esto no sería nada impertinente, sino fuese porque la diferencia entre lo anterior y lo nuevo pasa a ser una pérdida de 196€ mensuales contantes y sonantes que en dos años pasaría a ser de 5488€.
Dura lex, sed lex que diría el poeta, pero, ¿hacia dónde se dirigen esos dineros que se han retirado del salario y han pasado a minusvalorar el peculio de estos funcionarios, ahora en espera del retiro?
No está claro, pero a poco que nos interesemos veremos que no deja de ser una ayudita para pagar a los más de 300.000 políticos, asesores, liberados y actuarios de los más diversos pelajes que profusamente pueblan la política patria. Éstos, elegidos por los propios ciudadanos para hacerles más fácil el sobrellevar las pesadas cargas que impone la vida diaria y buscar con ahínco satisfacer sus necesidades, también deben disponer de un salario en condiciones que les dé la suficiente estabilidad y seguridad y que impida que puedan volver la cara hacia otro lado en determinadas ocasiones.

Hasta aquí, estar de acuerdo y desear que se cumpla lo previsto. La contrariedad surge cuando esos políticos elegidos por las urnas utilizan su tiempo o sus medios para hacerse partícipes de labores que nada tienen que ver con las misiones que, electoralmente se les habían conferido. Aquellas que, sin mejorar en absoluto la vida del ciudadano, únicamente sirven para dar que hablar y oír susurros de las afiladas lenguas. He sugerido a mi amigo que cualquier ingreso que reciban las menguadas arcas tributarias es bueno para ayudar. Así, por ejemplo, ayudar a que las arcas del estado abonen el pago de los gastos judiciales y costas de los imputados por los ERE a que se ha visto obligada por sentencia la Junta de Andalucía, o ayudar a juntar los euros necesarios para pagar las consultas ilegales y hojas de ruta que se permiten ciertas Comunidades –aunque a Pablo Iglesias le parezca libertad de expresión-, o apoyar a las autopistas de peaje que, por no rentables se deban nacionalizar. No se lo ha creído. No me extraña; mientras los políticos se entretienen peleando por adquirir más poder, la familia Pujol de la que no consta imposición de medida preventiva o cautelar alguna, sigue campando a sus anchas y engordando su patrimonio. Y de football leaks qué? Uf. 

viernes, 16 de diciembre de 2016

Mociones de censura en Burgos.


Sigue el soniquete de los últimos días con la amenaza de moción de censura al alcalde de la ciudad qué, consolidada sobre la base de los votos de tres tendencias políticas diferentes PSOE, Imagina Burgos y Ciudadanos, pretende levantarle el asiento al alcalde del PP.
Ciertamente la  Ley Orgánica de Régimen Electoral General establece que el alcalde puede ser destituido de su cargo mediante moción de censura, incluyendo el nombre del candidato propuesto para alcalde. De acuerdo. Se puede hacer y además es lícito. Pero, aun doliéndome las carnes por la defensa que pueda parecer del alcalde de Burgos, la moción de censura debe estar basada en algo consistente. Debe venir avalada por una indebida e incompetente gestión del regidor municipal elegido por los órganos votados por el pueblo.
Por eso, antes de plantearse siquiera tal posibilidad y mucho antes de pasar tal pretensión a los medios, deberían haber sacado luz y taquígrafos y haber explicado a los electores, cuál era el motivo que lleva a tres partidos de tan diverso pelaje a pretender tamaña osadía. En castellano: ¿A quién interesa tal moción? ¿Cuáles son sus principales motivos? ¿Todos contra el PP? Pero ninguno de sus líderes, Salinero, De la Rosa o Bañeres han revelado los beneficios que traerá consigo para los ciudadanos el cambio de alcalde y resto de medianeros.
Ante tal ostracismo, se me ocurre pensar que quizá el nuevo grupo que se postula para liderar el Ayuntamiento pretende bajar los elevados impuestos que, ahora, soportan los ciudadanos. O quizá pretenden bajar el IBI o, suprimir o siquiera ajustar el impuesto de incremento de valor de los bienes de naturaleza urbana, la injusta y temida plusvalía municipal. Quizá pretendan aflojar el nudo de la ORA, retirar de la circulación los temidos semáforos multa o siquiera recuperar los espacios municipales tapados para los ciudadanos. ¿Lo haría el nuevo alcalde? Si así fuese, pues adelante. Pero no. Me temo que no.
De los protagonistas, unos no tienen claro si será factible tal moción y los otros no creen que aquellos sean capaces de iniciarla. Dice De la Rosa que Lacalle no se cree lo de la moción, pero que se enterará. Vaya chulería. O Ciudadanos. En Castilla León apoya los presupuestos al PP, en España Rivera también los ha asegurado al PP y sin embargo en Burgos no acaban de aceptar las órdenes de su dirección central.
No terminan de enterarse que son la oposición y como tal, deben hacer oposición. Ver las necesidades del ciudadano y defenderlas, manteniendo esa posición, apartándose de juegos y tejemanejes políticos innecesarios.

Y a todo esto, ¿quién sería el próximo alcalde de la ciudad tras una hipotética moción? Quizá la Sra. Bañeres todavía sueñe con aquella fecha en la que estuvo a punto de ser investida como máxima regidora de la ciudad. 

viernes, 9 de diciembre de 2016

CRÍSIS EN NAVIDAD.


Hace años cuando España era un país sombrío que vivía de lleno un régimen de oscurantismo, sin luz ni taquígrafos que pudieran iluminarnos el camino, afortunadamente, una vez al año llegaba la Navidad. Las primeras fechas de diciembre nos adelantaban, con anuncios moñas, que presto llegaba el famosísimo sorteo. 
Con eso y poco más empezaban a iluminarse primero los locales, luego las casas y finalmente las calles. Los ayuntamientos ponían toda la carne en el asador para conseguir que aquel oscurantismo de once meses acabase en un momento y con luces de colores nos engañaban para que saliésemos a la calle y manifestásemos aquella alegría necesaria para seguir sobreviviendo.

Llegó la democracia, y la Navidad se mantuvo como baluarte de esperanza en los corazones de las personas, animando y ofreciendo los mejores deseos siempre bajo aquel conglomerado de bombillas que alumbraban las ciudades y que parecían hacer olvidar los sinsabores anteriores. Concursos de iluminación de calles, locales o establecimientos reflejaban el estado de ánimo de la población y no se veía comercio alguno que no tuviese en sus escaparates un batiburrillo de bombillas intermitentes reflejando su luz en toneladas de espumillones de colores.

De aquel hosco tiempo, hemos pasado a un consumismo sin límite. La Navidad llega prácticamente en octubre y no nos deja hasta febrero, seguramente, consecuencia de la luminosidad que reina en calles y comercios. Pero, algo ha cambiado en el sentir popular. Han desaparecido los concursos de adorno de escaparates y hemos entrado en una época de ornamento minimalista de Navidad, siendo suficiente un mínimo merry christmas para dejar acicalado cualquier escaparate. Los ayuntamientos tampoco ayudan mucho y algunos menos que otros.

En las ciudades nos hemos enterado hace un par de tardes que la Navidad se nos había echado encima por el encendido del alumbrado navideño, pero confieso que he debido pensar si  ciertamente estábamos en Navidad o con el tiempo de las fiestas en verano o lo que es peor, con el “alumbrado” de semana santa.  Las luces bombilleras de toda la vida  han dejado paso a las luces led y los motivos de este año a base de la más alta tecnología más del estilo de matrix que de una Navidad tradicional, nos han cogido por sorpresa. La crisis que tanto nos ha amenazado durante los últimos años, ha tocado también a la Navidad y la ha empobrecido, haciéndola perder aquel toque de alegría que producían los destellos de sus bombillas. Pero no todas las ciudades han salido perdiendo, sino que tendremos que observar qué grupo político o coalición gobierna en una ciudad para comprobar cuanto será el gasto o el interés que se pondrá a la hora de festejar unas fiestas que, no deben tener simbología política.

Tampoco pretenderé comparar ciudades españolas con otras del entorno ni mucho menos con ciudades de otros países más o menos cercanos, pero la realidad es que a todos nos ha afectado la crisis en mayor o menor medida y sin embargo las celebraciones de estas fechas, nada tienen que ver con aquellas que nos muestran en la televisión en las que sus efectos, aparentemente, no se han notado.
Es por eso que, aunque los ingresos recaudatorios no hayan descendido, incluso aumentado en ciertas ocasiones, el gasto en alegrarnos las fiestas se ha quedado por los suelos y como síntoma directo de la llegada de la Navidad sólo nos ha quedado el frío.

En fin, espero no haberme equivocado al rotular este artículo. De lo contrario, quizá hubiera sido más acertado Navidad en crisis.  Feliz Navidad.

jueves, 1 de diciembre de 2016

TRUEBITIS.


Parece mentira pero sin tener prácticamente conocimientos de medicina me he dado cuenta que conozco perfectamente los síntomas de una enfermedad. Esta enfermedad llamada “truebitis”, con unos síntomas que la hacen perfectamente diferenciable, se caracteriza por la negación de la españolidad, el sentimiento compungido por haber ganado la guerra de la Independencia o el deseo imperioso de ir con el equipo contrario cuando juega la selección española.
Aunque pueda parecer que estos síntomas son propios o por lo menos coincidentes con otras enfermedades raras (véase la “nacionalismitis”), ésta se caracteriza por ser avalada por las manifestaciones de uno de los actuales genios de nuestra cinematografía patria. O no.

Fernando Trueba es un director de cine, quizá de lo mejor que pueda haber hoy en día en España, a quien se le han encontrado, sobre todo últimamente, una serie de carencias que le identifican como una persona poco recomendable para tratar y que manifiesta, sin ninguna duda, un evidente desconocimiento de cómo respira el español de a pie.
Fernando, que hasta hace poco era conocido exclusivamente por sus películas o por sus producciones musicales, fue nombrado hace cosa de un año para recibir un premio de manos del ministro de Cultura y en el momento y lugar para ello, en vez de dar las gracias y poner la cara que se debe poner cuando se recibe un premio, a todas luces merecidísimo, va y se pone a decir sandeces sin ton ni son, entre otras que no se ha sentido español ni cinco minutos en toda su vida. La cara del ministro cambió de color tres o cuatro veces pero supo mantener el tipo. Sin embargo, no fue capaz de corregir in situ a aquel personaje que, con sus palabras, estaba metiendo los pies en un charco de lo más desagradable. Trueba, no habiendo recibido ninguna amonestación, continuó con su perorata diciendo que él prefería ir incluso con el equipo contrario. Bobadas que se dicen en un momento de falta de control y  que luego resulta que cuesta mucho trabajo arreglarlas.

La cosa es que poco más de un año después, Fernando Trueba va y presenta su última película La Reina de España. Esta película con un elenco de lujo con lo más granado del repertorio farandulero que podemos encontrar hoy en nuestro cine patrio y con un presupuesto que vaya usted a saber, se ha colocado a niveles de las películas americanas de serie B, en cuanto a términos de recaudación. Parece ser que la recaudación real no ha llegado ni a un tercio de la esperada. La realidad no ha dejado de chocar tanto a la gente de la calle como a la gente del cine, que han podido observar cómo una película que posiblemente pudiera ser de lo más atractiva que actualmente se exhibe en la gran pantalla, ha pasado a ser una rémora parecida a lo que sucedió con aquella castaña que le perpetraron al Capitán Trueno.

Fernando se ha preguntado por qué había pasado esto y los actores, seguramente, también. Santiago Segura, hábil y avispado, seguramente en su rol del productor, ha empezado a moverse haciendo publicidad muy a su estilo y ha dado un llamamiento a las masas para que no se olviden que están dejando de ver una película muy bonita. Lo siguiente ha sido el Sr. Evolé que se ha desprendido con lo de siempre: “los que dicen esas cosas son unos fachas”.
Y así unos y otros han echado la culpa del resultado a movimientos en su contra en internet e incluso a un torero que pasaba por allí. Si no fuese porque la película cita el nombre de España, seguramente algunos más hubieran dicho algo, pero no ha sido el caso.

Sin embargo Fernando ha tenido una oportunidad de desagraviarse y dar alguna explicación sobre su comportamiento en aquella fecha y sobre todo por aquellas declaraciones. He podido asistir con los ojos como platos a una entrevista que le perpetró mi querida Susanna Griso al mundialmente conocido director de cine. Éste nos ha venido decir que han sido unas declaraciones poco afortunadas, pero que han sido sacadas de contexto y en las cuales él quería haber explicado los españoles con ironía y con sarcasmo una verdad que el aprecia y manifiesta permanentemente como consecuencia de su liberalismo y de la libertad que debe obrar en una democracia como la nuestra. Se ha explicado pero no ha pedido disculpas, ha mirado a la cámara con cara de osito con los ojos de aquella manera y ha dicho que él no es culpable de nada más qué de manifestar un sentimiento que entiende, no es representativo de nada. No lo ha hecho mal. A ello ha ayudado bastante la labor de la madre Susana que le hacía unas preguntas tan veniales que se quedarían cortas ante el interrogatorio de la mejor de las madres a un hijo díscolo.

No parezca que Sussana se ha vuelto blanda. No. Pero por si acaso alguien se estuviese preguntando qué estaba haciendo Trueba en Antena 3 respondiendo preguntas previamente calculadas y estudiadas, quizá deba saber que la película La Reina de España está participada por Antena 3 Televisión o lo que es lo mismo por A3MEDIA.
Bien, cada uno sabrá lo que tiene que hacer y el que quiera ver esa peli, que la vaya a ver y el que no quiera qué no vaya, pero en su caso creo de recibo darle un cariñoso aviso a Fernando con el sentimiento de aprovechar estas palabras para recordarle la visión de aquella famosa película de Curtis Hanson en la que una mala, malísima Rebecca de Mornay era la mano que mece la cuna.
Con ella aprendimos que la mano que mece la cuna es la mano que domina el mundo, por lo que después de ver esa película quizá Fernando se vuelva más pulcro y piense que antes de decir algo que luego pueda ser contraproducente para sus intereses debe recordar que las subvenciones y las participaciones para sus películas no caen del aire sino del bolsillo de los ciudadanos.

miércoles, 30 de noviembre de 2016

RITA.


Me dice mi buen amigo Moreno, valenciano de postín, que nada tiene que ver la Valencia actual con aquella que conoció hace apenas veinte años. Aquella ciudad sin mínimas instalaciones, infraestructuras de todo a  cien y de la que fuera de la Comunidad Valenciana apenas se había oído hablar, tuvo durante veinticuatro años el honor de haber elegido como alcaldesa de aquella localidad a Rita Barberá. Durante ese tiempo esta mujer extrovertida e hiperactiva dio a conocer a aquella ciudad pequeña y oscura al resto del mundo. El tiempo o sus propios cronistas loarán algo que es más que evidente.

Pero, aquélla alcaldesa que se daba baños de masas y que no había día que pasase sin que la aplaudiesen por la calle, posiblemente pecó. No lo sé. Si me remito exclusivamente a las pruebas lo único que podemos decir es que ha sido señalada con el dedo de la intransigencia ya que no ha habido un procedimiento judicial que haya podido sostenerse sobre la base de alguna acusación, imputación o ahora investigación. O que hasta ahora mismo haya habido organismo judicial alguno que haya podido demostrar las calificaciones que se le imputaban.

Esta mujer que hasta hace nada campeaba a sus anchas por la ciudad que la había elegido, tuvo que marcharse de allí perseguida y hostigada por los partidarios de la cerrazón, aquellos que no han esperado a que una sentencia judicial demostrase con luz y taquígrafos que efectivamente era culpable de aquello que se le imputaba.
Esta misma mujer, posiblemente poco preparada para sufrir en sus carnes las persecuciones a que estaba siendo sometida, no ha sido capaz de aguantar tal presión mediática y ambiental y su órgano vital se ha parado. Con este acto se eliminan de un plumazo todas las imputaciones investigaciones y juicios que se le pudieran plantear o tener pendientes. Ahora somos los que quedamos aquí quienes debemos hacer memoria de los logros que hubiera podido alcanzar y hacer balance de pros y contras. 

Somos un país muy poco acostumbrado a la renuncia a los cargos, a las dimisiones o siquiera a los abandonos. Somos un país que enseguida olvidamos lo bueno que haya podido hacer alguien y nos fijamos exclusivamente en lo malo. Nuestro sistema judicial nos dice que nadie es culpable hasta que una sentencia avale esa culpabilidad. Por ese mismo criterio, esta mujer ahora fallecida no era culpable de nada. No se merecía el trato que ciertos partidos le han dado en vida y posiblemente en muerte. 

Casos como éste los ha habido y los seguirá habiendo, pero recordemos que la próxima vez que le pongamos una calle a alguien, debe estar limpio e impoluto, con blancura nuclear y cuando guardemos un minuto de silencio no se considere un homenaje, sino una cortesía a los muertos.

jueves, 24 de noviembre de 2016

Líos municipales burgaleses.


Leo que el portavoz de los socialistas de Burgos, el Sr. De la Rosa, ve posible negociar los próximos presupuestos de la ciudad con el PP y al mismo tiempo hacerle una moción de censura al alcalde. Uf. Aun así, no sería noticia si no fuese porque el convenio vendría de la mano de un posible acuerdo con Imagina Burgos y la connivencia de Ciudadanos. Parece muy poco consistente.
Aunque seguramente sea cierto que con la frescura de Imagina, el PP mejoraría mucho en sí mismo y en la situación actual del Ayuntamiento de Burgos, no debemos olvidar que Imagina es uno de los muchos tentáculos que tiene PODEMOS, por eso espanta pensar que los socialistas intenten llegar a cualquier acuerdo, que no sea tomar unas cañas, con un partido del que su cabecera y madre no se levanta a las palabras del Rey, traen banderas no autorizadas a la Casa de todos o llevan camisetas de carácter ofensivo con sandeces impropias de un partido que pretende ser en algún momento quien dirija el gobierno. ¿Qué lleva al PSOE a llegar a estos acuerdos? Evidentemente, una mera cuestión de poder. Actualmente el PSOE de Burgos, al igual que el PSOE regional y asimismo el nacional, es un partido desnortado, sin un rumbo claro y con evidentes carencias. Ciertamente nuestra Constitución permite que, a quien ocupa el poder, se le pueda preparar una moción de censura de carácter constructivo. Hasta ahí podíamos llegar, pero pactar por una parte el cielo y por otra el infierno no parece cosa seria. Burgos necesita un PSOE a la izquierda del PP, crítico con populismos y ofreciendo un diálogo que pueda beneficiar a los ciudadanos. Igualmente, haciendo una oposición responsable que evite los desmanes que concurren en el gobierno de la ciudad y de paso soslayar que las grandes decisiones que se puedan tomar en ese seno, se vengan haciendo por la puerta falsa.
Sobre la tercera pata, no me imagino que motivo podrá tener Ciudadanos para apoyar un pacto de semejante pelaje. Quizá pudiera ser que la líder de Ciudadanos todavía rememore tiempos pretéritos. Si es así, quizá haya que recordar al Sr. Rivera que si Ciudadanos apoya a Imagina, por más que diga que su proyecto es serio y estable, no impedirá estar apoyando a un partido que está en contra de la mayoría de las medidas que se han postulado en ese partido para alcanzar la imagen que se pretende de España. De lo contrario, posiblemente llegaríamos a la misma conclusión que alcanzaban en los setenta algunas actrices que salían desnudas en ciertas películas: “solo me desnudaré si así lo exige el guion”.


miércoles, 16 de noviembre de 2016

WASP


Donald Trump ha ganado las elecciones presidenciales americanas y se convertirá en el nuevo presidente de los USA. Hasta aquí todo sería correcto de no ser porqué su elección ha hecho sonar las alarmas mundiales en cuanto a economía, riqueza energética, defensa, inmigración… 

Habría que preguntarse si efectivamente los americanos querían un cambio y si realmente querían este cambio. Según las encuestas los americanos que han votado a Trump han sido mayoritariamente los WASP. Acrónimo de blancos anglosajones y protestantes, describe a estadounidenses blancos de elevada posición social, descendientes de británicos y de religión protestante que, supuestamente, ostentan gran poder social y económico en los Estados Unidos, defendiendo los valores tradicionales y rechazando influencias de cualquier etnia, nacionalidad o cultura ajena a la suya. 
Aceptando esto, lo contrario vendría a decir que los negros, latinos, chinos… no han ido a votar. Y ha ganado Trump. Son los peligros que florecen en los países democráticamente avanzados. 

A Trump no se le quería en EEUU. Le habían llamado “ousider”, forastero, anti-candidato, segundón… también protofascista y otras lindezas por el estilo. Pero aunque su contrincante Hillary Clinton –magnífica oportunidad perdida para que una mujer hubiera alcanzado ese cargo- ganó el voto popular, el complicado (para nosotros) sistema electoral americano le dio la llave de la mayoría de los votos electorales a Trump. 

Si Norte América se precia por algo es por su elevado dogma de libertad y su democracia llevada, prácticamente, al límite. Por eso espanta un poco pensar que si los americanos le han votado masivamente, todavía haya gente planteándose si es esto o aquello. Pero no solo gente, sino los propios países y sus dirigentes que, no respetando el sentido mayoritario del voto americano se cuestionan la legalidad del próximo presidente. 
Solo hace falta hacer un poco de memoria para observar que algunas de las promesas más floridas que apuntaba el presidente Reagan en los ochenta o en los noventa el presidente Bush padre, o en los dos mil el presidente Bush hijo, se parecen mucho a lo que ahora dice este político sin formación y sin formas. 

Le han dado el mando y ahora él debe dirigirlos de la manera que merecen los americanos, cumpliendo en lo que pueda sus promesas electorales y evitando aquellas que -supongo que él mismo se acabará dando cuenta- son auténticas sandeces impropias de un país como éste, y esperando que en los próximos ocho años no sea necesario relevarle, como viene siendo la tónica habitual en los presidentes USA. Desde nuestra perspectiva y salvando las distancias, los españoles religiosos y ateos, estándar o peculiares no deberíamos lamentarnos ya que también votamos a quien nos parece y aunque suene raro, también votamos a partidos políticos con propuestas similares. 

Posiblemente cualquier decisión que tome en el desempeño de su cargo nos podrá afectar de alguna manera, pero, tranquilos, PODEMOS ha dicho que le vigilará estrechamente.

jueves, 10 de noviembre de 2016

A todas las Yolandas

NO me gustan las estadísticas, pero reconozco que te dan una muestra de cómo están las cosas. En lo que llevamos de año ha habido en España más de 400.000 casos de violencia de género, la mayoría avaladas por la oportuna denuncia policial o por el procedimiento judicial correspondiente. 

Hemos salido a la calle cada vez que se ha producido una muerte. Hemos pedido al gobierno que regule contra esta lacra, a la justicia que actúe con rigor, a las fuerzas de seguridad rapidez en su ejecución y todos han cumplido en la parte que les tocaba; se ha legislado en consecuencia, la justicia ha actuado con contundencia y las penas se han endurecido. 
Se han impuesto medidas de alejamiento extraordinarias e incluso coactivas. Pero aun así y aunque parezca una barbaridad ha vuelto a pasar. Esta vez le ha pasado a Yolanda. 

Otra vez hemos gritado nuestra impotencia en la calle y hemos repetido nuestras muestras de dolor y asco ante lo que le ha pasado. Hemos vuelto a proclamar que no se debe repetir y que se debe hacer todo lo posible ante un problema que tiene más de lacra social que de cuestión legislativa o punitiva. Incluso hemos responsabilizado a la Administración por culpa in vigilando. Al conocer noticias como esta, exigimos que se le aplique todo el peso de la Ley a quien ha cometido tal fechoría. Bien. Pero tarde. 

Parece una postura tremendista pero, ciertamente, ya nada se puede hacer. A ese animal se le aplicará la ley a posteriori y ella será una más en cualquier estadística. ¿Cómo hacer para eliminar esta lacra de nuestro acervo? ¿Cómo hacer para evitar que algunos hombres se legitimen como tales maltratando o asesinando mujeres? 
Ninguna medida ha alcanzado resultados mínimamente prometedores. Las órdenes de alejamiento no son efectivas. Endurecer las penas, publicar las listas de los maltratadores antes de convertirse en asesinos o aprovechar las nuevas tecnologías como medidas coercitivas, tampoco se han probado positivas. Promulgar una Ley de Educación en condiciones y eliminar los prejuicios de género en la escuela robusteciendo la igualdad entre chicos y chicas quizá paliasen resultados a posteriori. 

He recordado un libro escrito por Philip K. Dick en 1956 ‘El informe de la minoría’ llevado al cine como Minority Report. Allí la policía pre-crimen podía ir hacia atrás un escaso plazo de tiempo para poder pillar a algún delincuente que fuese a cometer un delito antes de perpetrarlo. En pocas palabras, poder cambiar el futuro por medio de un cambio en el pasado. Si se pudiese hacer, cogeríamos a los criminales en el momento anterior a cometer el crimen. 

Imposible, desde luego. Aun así, la contradicción sería que, el futuro asesino detenido antes de cometer el crimen, sería en realidad, inocente.

jueves, 3 de noviembre de 2016

PERDER EL TIEMPO


Llegó la primera contienda electoral para elegir a Rajoy como presidente el gobierno y dejar, por fin, esa rémora que supone un gobierno en funciones. Lo cierto es que pocas comedias de situación o sitcoms han podido hacerse más esperadas a lo largo del año y pico que llevamos en esta situación. Salvo el hiriente caso de Antonio Hernando, a la sazón portavoz del PSOE, Los actores llegaban a la cita relajaditos, esperando únicamente dar con las palabras exactas para cubrir el trámite. Y así nos lo representaron. Cuando todo está decidido no hace falta traer mala cara de casa o cabrearse por lo que dicen unos u otros. Todo es de broma. Yo te lanzó este petardo con la idea de que luego tú me lo contestes con otro parecido que, para eso están los turnos de réplica o los de alusiones.
En un tiempo en que la televisión nos ha acostumbrado a los culebrones y a los reality, era necesario algo de savia fresca que hiciera a los telespectadores volver a la realidad del día a día y dado que El caso es que es uno de los espectáculos más apetecibles que nos ofrece ahora la parrilla televisiva. Desfile de modelos (que no modelitos) rastas, mochilas, camisetas reivindicativas e incluso bolsas del Mercadona para el transporte de los objetos más personales. Luego risitas y complicidades e incluso a alusiones a grandes actores (Julius Marx) o a grandes títulos de la filmografía cinéfila.  El grupo entero de Podemos sale del hemiciclo  enfadado y con cara de haber recibido una fuerte amonestación pero con risillas. Me recordó, sin grandes sobresaltos, a aquella película de Bud Spencer y Terence Hill en la que solicitan a un padrino que les sea devuelto un bólido idéntico al que han perdido y éste les pregunta: "¿Y si no, qué?".  A lo que Hill, tras dudar un momento, responde: "Y si no, nos enfadamos". Aquí es igual. Los de Podemos pueden romper las reglas del juego y llamar a quien se les ocurra, cualquier cosa que se les ocurra, pero ellos no están en disposición de aceptar ninguna amonestación pues, en ese caso, se enfadan y se van. Y así han hecho. Han abandonado en masa el hemiciclo –Que bien, que nos vamos antes para casa.
El caso es que después de divertirnos con sus cosas, se da la coincidencia que ya está todo pactado y que en la siguiente votación, (espero), con toda seguridad Rajoy será investido nuevamente como presidente del gobierno. Las formas en que se realizará esta nueva investidura no son nuevas, sino las viejas que debían haberse utilizado hace un año. Si es así, nos ha sobrado todo este tiempo. Y por lo visto en el primer debate, también ha sobrado. Nuestros próceres deberán pensar que los españoles no podemos estar a estas bobadas y si se nos pueden evitar estas dilaciones y pérdidas de tiempo, así debería ser. 

miércoles, 26 de octubre de 2016

Bigotes en noviembre.

Con noviembre a la vuelta de la esquina, vuelve otra vez el movimiento MOVEMBER. 
Éste, (contracción de moustache y november) es ese movimiento procedente de Australia, que, siguiendo los pasos de otros movimientos de solidaridad, apoyo y financiación a la investigación en ciertas enfermedades, ha propuesto que, para respaldar la lucha e investigación contra el cáncer de próstata y testículos, salud mental y prevención del suicidio, los hombres se dejen bigote durante el mes de noviembre. 

En este tiempo que vivimos, en el que el altruismo, la generosidad y la filantropía se han hecho un hueco en nuestra sociedad, han proliferado las organizaciones que proponen hacer algún tipo de esfuerzo -personal o económico- a favor de cualquier colectivo de personas con determinadas enfermedades. Un auténtico ejemplo de lo que es la solidaridad humana. 
Entre las propuestas que se nos formulan, son muy valoradas las carreras contra el cáncer o de mujeres unidas contra el cáncer de mama. Por poner un ejemplo, en España, el número de carreras populares ha sido desorbitado y se han disparado aquellas que proponen alguna causa de carácter solidario. Solamente en Castilla y León se han contado en lo que va de año, más de ochenta carreras populares, de las cuales casi la mitad han sido solidarias. 

Pero a diferencia de otros movimientos, el MOVEMBER no pide correr, llevar un lazo en la solapa, o siquiera echarse un caldero de agua con hielos sobre la cabeza. Únicamente pide que los hombres se dejen bigote durante el mes de noviembre. 

Sin embargo, se preguntará el ávido lector, ¿porque el bigote? Fácil. En otro tiempo no era posible pasar de niño a hombre sin mostrar en el labio superior una concentración de pelo que, en mayor o menor medida lo tapaba, dando así una imagen de hombría, poderío y brío, adecuados a la época en que se vivía. Era el bigote. 
Con aquella exhibición de pelo queríamos emular a cualquiera de los muchos ídolos que lo llevaban. Nos íbamos a la mili, lampiños como bebés y volvíamos con un matojo peludo en el morro que nos acreditaba como hombres. 

Pocos habrá que no estén de acuerdo con este argumento. Gandalf, Chaplin, Groucho Marx, Arrocet, Dalí, Cantinflas, Santana, Axl Rose, Tom Selleck, Clark Gable, Fredie Mercury, Sazatornil, o Charles Bronson eran algunos de los orgullosos portadores de semejante adminiculo y quienes se encargaron de generalizarlo. Aquello se traía con honra y orgullo y era en muchos casos, ejemplo de generaciones y emblema familiar. También otros de más infausta memoria ayudaron a hacer de él toda una institución. 

Pero un día, silenciosamente se fue, y sólo quedaron unos pocos nostálgicos que, manteniendo una honrosa posición, no quisieron atenerse a las modas y novedades que marcaban las nuevas tendencias y quisieron conservarlo. 

MOVEMBER únicamente pretende manifestar nuestro apoyo hacia aquellos enfermos, con la muestra externa de un bigote. El asunto es comenzar el mes totalmente afeitado y lo dejaremos crecer hasta que acabe. 
El logo del mostacho peinado, encabeza la enseña del movimiento: “dejémonos bigote sin olvidar que es por una buena causa”. Eso sí, sólo ellos. Ellas bastante harán con aceptar los cambios producidos.


lunes, 24 de octubre de 2016

Ante la grave crisis del PSOE.

Ante la grave crisis del PSOE.
He leído atentamente la carta que días pasados remitió a este periódico el Sr. Secretario de Comunicación de CEM del PSOE Burgos y no puedo estar más de acuerdo con él en una única cosa. El PSOE es un partido radicalmente democrático e inequívocamente e izquierdas.  Y como decían Kiko y Mayra, hasta ahí puedo leer.
Del resto de la carta, absolutamente todo me parece discutible, pero lo que más son los términos utilizados para definir a ciertas personas o instituciones que no parecen los más adecuados para una persona de su posición. Sin muchas dificultades parecía estar oyendo a Pedro Sánchez cuando, sin atender a las formas, en el debate con Rajoy se empeñó en insultarle públicamente.
Permítaseme, por tanto, reflejar ciertos detalles que en esa epístola considero de interés. Comenzar por la expresión “golpe chusquero”, que además de ser un término absolutamente en desuso es una música que rechina, amén de no encajar, se coja por donde se coja, con lo sucedido en estos días. Considero del máximo respeto a personas como Felipe González, Alfonso Guerra, Jose Luis Corcuera o el mismo Pérez Rubalcaba, entre otros muchos, que han dado a España lo mejor de sí mismos con importantes políticas de izquierdas que han llevado a este país a estar donde se encuentra ahora mismo. Bagaje que debería ser más que suficiente para que se evitasen en sus personas epítetos del estilo de jerarcas, conspiradores o traidores.
Por su lado, independientemente que las reflexiones que el autor presenta en esa carta sobre la situación actual de su partido pudiesen estar en lo cierto e incluso aceptando que pudiese tener razón en ciertas afirmaciones de que hace gala, la forma de expresarlas no parecen encajar debidamente en una misiva de estas características.
Evidentemente, dado su cargo, el autor seguramente estará más al día en los estatutos del partido que un servidor y probablemente podrá saber de primera mano si la Gestora que está llevando ahora mismo la dirección del mismo y que debe conducirle hacia su próximo Congreso federal, es o no de dudosa legitimidad, pero permítaseme recordar que para nombrar a esa Gestora se han debido tomar todas las prevenciones contempladas en los estatutos en cuanto a formación, nombramiento, elección, mayoría y quorum.  El presidente de la Gestora ha sido nombrado con una amplia mayoría y hasta ahora ha actuado de acuerdo con la Ley y con el máximo respeto a los estatutos.
Efectivamente, esa Gestora con su presidente al frente ha debido tomar una decisión, que imagino no habrá sido fácil, pero que marca las pautas para empezar a trabajar en el futuro próximo del partido. No entraré a valorar si conviene al PSOE continuar con el NO es No o siquiera optar por la abstención. Eso es algo que deberá votar el partido, en su próximo Congreso, pero, eso sí, siempre considerando que el PSOE no debe jugar a ser Podemos, porque perderá.

Lo que sí puedo decir desde mi posición es que España necesita un PSOE a la izquierda del PP, crítico con populismos y estricto con nacionalismos y soberanismos, ofreciendo diálogo y haciendo una oposición responsable para evitar los desmanes que pudiesen concurrir en el partido del gobierno. Los militantes, los votantes y todos los españoles se lo agradecerán.

miércoles, 19 de octubre de 2016

El respeto a los símbolos.


No lo podía creer. Cuando leía aquella información que venía a decir que Eduald Carbonell, a la sazón uno de los encargados de conseguir que Atapuerca se conociera en España y por supuesto en el mundo, no se había levantado cuando sonaban los acordes del himno nacional, me parecía que estaban hablando de otra persona. 
No podía ser que alguien que había ido buena parte de su vida laboral de la mano de las instituciones burgalesas y por ende las españolas, fuese capaz de cometer tamaño despropósito. 

A este individuo -perdóneseme la expresión, pero cualquier respeto que pudiese tener por él ha pasado a la historia- en la mejor línea de Zapatero perpetrando aquella gamberrada de no levantarse al paso de la bandera americana, no se le ocurrió otra cosa que utilizar el inequívoco principio constitucional de qué, siendo España un país democrático, no tenía por qué levantarse al paso de la Bandera, dando así, con ello, apoyo implícito a la penumbra que está ensombreciendo Cataluña. Vale. 
Me uno a su dolor al verse obligado a recoger el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en un entorno como el Teatro Campoamor rodeado de banderas nacionales. Igualmente cuando se le nombró doctor Honoris Causa por la Universidad de Burgos, en un hábitat repleto de enseñas rojigualdas. 

Supongo que para evitar memeces de ese estilo, habría que modificar los estatutos de los premios que se entregan a estas grandes personalidades y explicarles que quien recoge tales condecoraciones lo hace en nombre del país y con ello se lleva todo el lote, incluyendo los símbolos patrios. Bandera, himno o Fiesta Nacional son parte de las muestras que difunden los valores de la historia de un país. 

El pasado doce de octubre, nuestros próceres se congregaron en el Paseo de la Castellana para conmemorar solemnemente una Fiesta Nacional qué, por si alguien no lo tenía claro, celebra el día de todos los españoles. Para variar, los de siempre no asistieron, y para variar otros que se llenan la boca con soflamas patrióticas de todo a cien, tampoco lo hicieron. 
La consigna esta vez era afirmar que no deben celebrarse fiestas que recuerden al franquismo o que ensalcen las virtudes militares de un país o qué, para celebrar el día nacional, lo que hay que hacer es estar con la gente y pamplinas por el estilo. Vamos, vamos. 

Confucio, entre otros autores dijo que un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla, así que con él, me temo que tales comportamientos no alcanzan al objetivo pretendido, sino que van más bien en la línea de un acto de defensa en evitación de males mayores.

jueves, 13 de octubre de 2016

Militares y presupuestos.

Hace años, cuando todo el mundo iba obligatoriamente a la mili y había incluso fiestas para que los quintos del reemplazo lo celebrasen, sin dudarlo se cogía el saco petate y directamente a la estación donde, después de haber pasado por 200 o 300 paradas te apeaban en el lugar donde pasarías unos meses. Nadie dudaba que barrería, fregaría, etc. 
En la milicia se aprendería a defender el país de aquel enemigo que siempre estaba avizor esperando para caer sobre nosotros, pero mientras llegaba ese momento se empatenaba el cuartel.

Llegó Aznar con las rebajas y montando un ejército de profesionales que sólo deberían prepararse por y para la guerra, llevó la mili al olvido. En poco tiempo, ya nadie recordaba lo que había sido aquello o lo que se hacía allí. Únicamente las batallitas de los más mayores recordaban aquellos días de cocinas interminables u odiosas limpiezas de letrinas.

Ahora el “vampiro” Montoro sirviéndose de una frase nada castrense “cerrojazo presupuestario” ha hecho que aquellos soldados profesionales que se habían preparado para defendernos de las amenazas externas, se hayan encontrado de repente con que deben volver a usos no precisamente de carácter militar. El general de turno ha dicho que hay que arrimar el hombro y con la misma ha dispuesto que los soldados profesionales vuelvan a fregar platos, limpiar baños o auxiliar en el manejo de las perolas.

Ciertamente, hoy la situación permite y admite que las asociaciones en defensa del soldado hayan echado las manos a la cabeza y hayan previsto, incluso, llegar a los tribunales para evitar tamaño despropósito. Creo un poco exageradas tamañas contiendas. Más bien habría que ir directamente a quien ha decidido acerrojar cerrando el grifo a las contratas de personal externo que se ocupaba de estas tareas.
Si hay que hacerlo se hace y, precisamente ese colectivo, los más disciplinados y obedientes a la hora de satisfacer esas necesidades, seguro que no se quejarán, pero el hombro tiene que arrimarlo todo el mundo. Si los soldados deben estar a instruirse y prepararse para lo que pueda pasar, los diputados también deberían estar a lo suyo y si no lo están lo lógico es que también se les pueda recortar el haber. Cada uno tiene que estar a lo que tiene que estar. No me hago un suponer de ver a nuestros queridos próceres, escoba en mano, mientras pronuncian alguna dilatada soflama, si un buen día el cerrojazo fuese para el personal que se encarga de mantener en condiciones las instalaciones parlamentarias. 

Posiblemente pueda tener razón. La falta de gobierno o el frívolo gasto en elecciones inútiles nos han llevado a ello, pero quizá Montoro debería ir pensando que no siempre se debe apretar por el lado más débil y dar paso a que haya más gente que arrime el hombro.

miércoles, 5 de octubre de 2016

Pedro Sánchez y El Cid.

 Recibo un whatsapp en el que con la figura y los gestos de Arias Navarro, se ve la leyenda “españoles, el PSOE ha muerto”, en referencia a la defenestración del, hasta ahora, secretario general del PSOE. No, que va. Quien ha muerto es la socialdemocracia del No es No. Del no hablar ni negociar. De mantener el puesto ante todo. De imponer las decisiones personales a las de los intereses generales. De pretender escudarse en los militantes. De traer a la sede de Ferraz a obtusos que, armados de pancartas y algunos con porras, hagan requiebros a sus representantes legítimamente elegidos. 

Mientras eso sucedía, tuve ocasión de disfrutar las actividades que se incorporaban como parte de un fin de semana cidiano. Entre ellas pudimos asistir a un desfile, cabalgata donde se representaban las andanzas de Don Rodrigo incluyendo, como no, la Jura de Santa Gadea y el posterior destierro. 

Allí unos actores perfectamente pertrechados, cómo si en esa época viviesen, nos mostraban como Rodrigo obliga al rey Alfonso VI de León a prestar juramento en la Iglesia de Santa Gadea. Y posteriormente como tras ser acusado falsamente de haberse quedado con las parias que fue a recaudar a Sevilla, el Cid es desterrado de Castilla por el mismo rey. Aquel actor, remedando al héroe, rodeado de sus leales que le animaban, repetía: volveré, volveré. Una revisión de la leyenda siempre viene bien pero, aunque no deje de ser más que una coincidencia, en poco tiempo Pedro Sánchez ha jurado a Felipe González y posteriormente ha sido desterrado de la fortaleza de Ferraz a purgar sus culpas. 

Nos cuenta el Cantar del Mío Cid que, Rodrigo volvió del destierro y posteriormente fue capaz de recuperar su estatus social y el puesto que anteriormente tenía. El Cid ganó. Sánchez ha perdido. Pero su destierro no es más que parte de una muerte política anunciada. Ahora, como responsable de esta situación, debería estar planteándose si las decisiones que ha tomado han sido las correctas. Pero parece que, su única decisión ha sido pasar a la cuarta fila. Su lugar lo ha tomado una gestora que será la encargada de revisar sus disposiciones y encargarse de los trámites para nombrar a su sucesor. Si esa gestora entiende que su postura era la correcta y que la solución para los problemas de sin gobierno deberían pasar por unos nuevos comicios, pues venga. A por los terceros. Pero eso sí, negociados y con espíritu constructivo. 

De todas formas, no tengo la menor duda que Sánchez está pensando que el mejor relevo para él, será él mismo y me lo imagino, como Terminator, repitiéndole a Luena y compañía, la muletilla “I will come back”. Pero eso será otra historia.

jueves, 22 de septiembre de 2016

Buena gente.


No todo iban a ser malas noticias. Aunque parezca que las galopadas que vemos exteriormente no van a acabar nunca, siempre debemos anhelar un chorro de esperanza, siempre debemos confiar en que alguien nos diga que todo va bien, que todo está arreglándose o que por lo menos se están dando los pasos para que las cosas mejoren. 

En unos tiempos como éstos en que todo parece dar a entender que nadie se lleva bien con nadie o que nadie está dispuesto a dar nada a cambio de nada, nos encontramos con gente qué de una manera hoy en día absolutamente prodigiosa, nos sorprenden con una entrega hacia los demás qué, sino fuese porque lo vemos con nuestros propios ojos, costaría creerlo. 

Burgos siempre ha sido una ciudad amable que, enseguida, se apunta a cualquier evento que se le presente, pero la ventura de este fin de semana ha sido de las de recordar. 
Comenzó el sábado por la mañana con unas casetillas tipo carpa que el Ayuntamiento había colocado en el paseo de Atapuerca. Un paseo por allí nos dio margen a conocer de cerca una serie de asociaciones que sin pedir nada, sencillamente se dedicaban a informarnos sobre las actividades que puede hacer una buena organización a favor del resto de los humanos. 
Desde asociaciones de acogimiento hasta asociaciones para la erradicación de la pobreza, todo ello pasando por una exhibición de esgrima o una magnífica actuación de una asociación de baile lamentablemente truncada por el volátil clima de Burgos, nos enseñaron que se puede pasar toda una mañana, tanto al sol como al frío, prestándose a los demás. El público agradeció esa labor abarrotando las casetas.

La mañana del domingo no se ha quedado atrás y así, esta mañana muchísimos corredores, entre los que me incluyo, corrimos para favorecer en lo posible a la Asociación Española contra el cáncer. Esta asociación ha sabido llamar la atención de todo el pueblo para que estuvieran allí, ya corriendo ya andando, o lo que es mejor ya aplaudiendo. Ole por ellos.

Pero no ha sido sólo eso, aquellos afortunados que pudieron acercarse a San Adrián de Juarros montados en una moto han podido disfrutar de un magnífico evento, marcha, paella y fiesta campera al mismo tiempo que con su participación ayudaban a la Asociación Síndrome de Down. Ésta, con una magnífica organización ha dedicado muchas horas de esfuerzo para dar a conocer un problema, que al igual que los anteriores, es de todos. 

Valgan estas líneas para aplaudir desde esta atalaya a todas las personas que han hecho posible que recordemos que compartir es vivir y también, como no, a la excelente participación popular que acompañó a todos ellos. Aquel añorado y tempranamente desaparecido Manuel Summers ya nos lo adelantó cuando decía que “todo er mundo e güeno”.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

La mujer del César.


No tiene suerte Mariano. Veíamos hace pocos días como el pacto de las más de cien medidas firmado con Ciudadanos, obligaba al Partido Popular a una especie de purga de aquellos políticos que, habiendo estado tocados por el marchamo de la corrupción, pudieran estar incluidos dentro del partido o incluso de la propia política. 

Tanto el presidente como el resto de los gerifaltes del partido aceptaron de buen grado el planteamiento de todas aquellas reformas procedentes de tal acuerdo, comenzando por retirar aquellos que no eran trigo limpio. También, celebrando la actuación de aquellos que por sus propios méritos, habían conseguido ser un ejemplo para la ciudadanía y, por supuesto, para el propio partido. La consigna era limpiar y dar esplendor. 

De todas partes del partido aparecieron voces aplaudiendo ese nuevo rumbo y, también, por todas partes los portavoces y personas de bien, cercanas al partido, comenzaron a dar su propia opinión sobre la política personal que estaba llevando el partido en cuanto a mantener a ciertas personas en puestos de cargo únicamente por la deuda contraída durante su plazo de prestación en el servicio a la ciudadanía.

El fiasco del Sr. Soria ha sido el penúltimo en llegar a la opinión pública y lo han aprovechado los mentideros políticos para dar lo suyo al PP, sin tener en cuenta que posiblemente el Sr. Soria tuviese razón y derecho a participar en ese concurso que ha nublado la expresión a muchos mandamases del partido.

Desde aquí, parece más un problema de sin razón que un problema de corrupción. Más que un problema de prevaricación parece un problema de falta de ejemplaridad por exceso de ímpetu. Posiblemente el Sr. Soria habría entrado exactamente igual en esa plaza dentro de unos pocos meses y fácil que a nadie se le hubiera ocurrido pensar si podía presentarse a ella o si tenía derecho a ella. El PP, para variar, ha pretendido colar a uno de los suyos en un puesto importante, pero con prisas, y eso ha supuesto que, de nuevo, ha salido dañado. 
Efectivamente Mariano y los suyos, ahora afectados por esas prácticas anticorrupción que se habían dejado pactadas, se ha tambaleado y muchos de sus partidarios han elevado la voz contra las decisiones del partido en ese sentido. 

Una de las más críticas había sido la vicepresidenta de la Junta de Castilla y León, Rosa Valdeón. Ésta había salido en medios de comunicación dando la imagen de limpieza y pulcritud que exigía la nueva política, diciendo que no había derecho a que el partido obrase de esa manera y exigiendo la inmediata dimisión del extinto Soria, amén del órgano que le había nombrado a dedo. Ole tus pelotas Rosa. 
Esa presión, y otras por el estilo, han obligado a Soria a renunciar a tal nombramiento. 

Lamentablemente, muy pocos días después, a ella la han pillado también con el carrito de los helados y se ha visto obligada a dimitir. Ahora, no debe aprovechar sus prebendas de aforada o mantenerse de procuradora. Además de serlo, debe parecerlo.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Panderetas y notoriedades.

Visto el desbarajuste nacional en que se ha convertido nuestra política patria, me he planteado si los políticos pudieran tener algo de razón en sus cerrazones y no llegando a conclusión alguna, me he dedicado a preguntar a los votantes socialistas que conozco, que no son pocos, por su propia opinión de la situación. Cuestión ardua ésta, pero alcanza de lleno a proclamar, que el votante sabe perfectamente lo que quiere.

Evidentemente, los hay para todos los gustos. Aquellos que piensan qué, bien por Sánchez -ole tus cojones y quítanos de ahí a ese tío-. Los que creen que ya está bien de votaciones, de urnas, de listas y de gastar una pasta (que no es de ellos) y prefieren un gobierno ya, del color que sea, siempre que la oposición liderada por Sánchez le tenga cogido al gobierno del PP por las partes pudendas y no lo deje respirar hasta que hagan bien las cosas o se den en el piro. O por último una rara especie de votantes que piensa que esto no es su culpa, ni del sistema electoral, ni siquiera de Rajoy o de Sánchez, sino que han tenido la desgracia de caer en un país de pandereta, en el que lo único que se pretende es medrar y engordar el ego (ya de por sí hinchado) de cualquiera que, ganador de unos pocos votos, se sienta en la obligación moral de poner su palmito al servicio del contribuyente. Luego llevado por sus pensamientos cojonudos, les obligará a pasar por sus indecisiones mientras el conjunto de la población se mantiene en volandas. 
Poco podemos hacer los votantes. Cada uno elegimos a quien nos parece. Solo faltaría. Pero las matemáticas electorales han quedado como han quedado. 

Ahora bien si hay que doblar, ceder, largarse con viento fresco o relevar con el siguiente…, eso ya es cosa del político jefe y hasta ahora por diferentes motivos no se ha dado. Si la solución es montar un paripé de unas terceras elecciones, pongámonos la capucha y respiremos hondo. Nada más podemos hacer. Es lo que tiene estar en manos de políticos sin altura de miras, que hacen poco más que decir ¡no! a todo, como los niños chicos, o colocar a sus amigos en un buen sitio, o como el otro, diciendo que, como hemos perdido ya no juego contigo.

Oscar Wilde lo adelantó: «seré poeta o escritor o dramaturgo… seré famoso, o si no soy famoso seré notorio». Premonitoria frase que alcanza plenamente a lo que ha sucedido estos días en los debates electorales para constitución de gobierno. Estos no van a ser famosos, pero seguro que notoriedad si alcanzarán a poco que se empeñen.

domingo, 4 de septiembre de 2016

La institución del Gorrilla.


Hace ya muchos años, cuando la, ahora vibrante, plaza de la Catedral burgalesa era navegable y se montaban en su superficie unos pollos del siete, la única figura que salía airosa de cualquier lance era el “gorrilla”. Era un personaje particular y con mala cara que, como imbuido por un ojo divino se afanaba en hacer una ordenación del tráfico en aquella zona que para sí quisieran los mejores ordenadores actuales. La cosa era qué, después de buscarte un sitio, normalmente imposible, ponía descaradamente la mano abierta para que le echases unas monedas qué, de aquella, ya se valoraba en los cinco duros. Pero, oh, el ser humano no es agradecido por lo que mirando a aquel hombre con cara de pocos amigos, acabábamos echándole una moneda, no por agradecimiento, sino por miedo a que la situación pudiese empeorar. Tranquilamente le decíamos: échamele un ojo, que vuelvo enseguida”. 

El progreso hizo desaparecer a aquellos “gorrillas” como a muchas de aquellas antiguas ocupaciones que, al albur de los sesenta habían proliferado en toda España. También ha traído grandes aparcamientos y grandes centros comerciales con sinfín de plazas que nos dan una tranquilidad sempiterna a la hora de aparcar sabiendo que, casi siempre, tendremos donde estacionar. A cambio, hemos debido modificar nuestras pautas de comportamiento y aparcar puede ser muy complicado. Ahora tenemos aparcamientos exprés con una duración máxima ínfima para cualquier gestión, aparcamientos disuasorios, máquinas incomprensibles o unos controladores estrictos que nos amenazan a golpe de sanción con los males del infierno si no has renovado tu ticket. 

Pero, ¿este nuevo sistema ha regulado realmente el aparcamiento? ¿Ha mejorado el aparcamiento en las diferentes zonas todo este nuevo sistema basado en el pago por aparcar y en la renovación de los tiempos por teléfono móvil? Lo cierto es que con regulación o sin ella, aparcar es toda una aventura. En el Casco Histórico, porque la mayor parte es peatonal o zona azul, amén del precio de los aparcamientos. En Gamonal, Capiscol, el G3, Villimar…, con zonas de aparcamiento infrautilizadas, sencillamente porque subsiste un sistema propio de aparcamiento que el Ayuntamiento se resiste a suprimir. En La Castellana, sin líneas rojas ni azules, con los coches invadiendo completamente el espacio destinado a los peatones, o por no hablar de la compartida área de estacionamiento de caravanas, en el aparcamiento exterior del Centro Comercial Camino de la Plata. 

Toda esta experiencia exige que se tribute inmediatamente un sistema de acción contra las malas prácticas aparcatorias o la solución será que tendremos que resucitar a los ”gorrillas” para que desatasquen el follón. Tranquilos, todavía surgen gorrillas por muchos lugares de la geografía regional, por no hablar del obligado en los escasos aparcamientos de las playas. Eso sí, luego a aflojar el bolsillo, pero eso, ya lo estamos haciendo. 




MILITARES Y CONSTITUCIÓN.

  Escucho en foros políticos y mentideros de tertulianos, glosas de las virtudes de la ministra de Defensa Margarita Robles. Algunos la su...