Llegó
la primera contienda electoral para elegir a Rajoy como presidente el gobierno
y dejar, por fin, esa rémora que supone un gobierno en funciones. Lo cierto es
que pocas comedias de situación o sitcoms han podido hacerse más esperadas a lo
largo del año y pico que llevamos en esta situación. Salvo el hiriente caso de
Antonio Hernando, a la sazón portavoz del PSOE, Los actores llegaban a la cita
relajaditos, esperando únicamente dar con las palabras exactas para cubrir el
trámite. Y así nos lo representaron. Cuando todo está decidido no hace falta
traer mala cara de casa o cabrearse por lo que dicen unos u otros. Todo es de
broma. Yo te lanzó este petardo con la idea de que luego tú me lo contestes con
otro parecido que, para eso están los turnos de réplica o los de alusiones.
En
un tiempo en que la televisión nos ha acostumbrado a los culebrones y a los
reality, era necesario algo de savia fresca que hiciera a los telespectadores
volver a la realidad del día a día y dado que El caso es que es uno de los
espectáculos más apetecibles que nos ofrece ahora la parrilla televisiva.
Desfile de modelos (que no modelitos) rastas, mochilas, camisetas
reivindicativas e incluso bolsas del Mercadona para el transporte de los
objetos más personales. Luego risitas y complicidades e incluso a alusiones a
grandes actores (Julius Marx) o a grandes títulos de la filmografía cinéfila. El grupo entero de Podemos sale del
hemiciclo enfadado y con cara de haber
recibido una fuerte amonestación pero con risillas. Me recordó, sin grandes
sobresaltos, a aquella película de Bud Spencer y Terence Hill en la que solicitan
a un padrino que les sea devuelto un bólido idéntico al que han perdido y éste
les pregunta: "¿Y si no,
qué?". A lo que Hill, tras
dudar un momento, responde: "Y si no, nos enfadamos". Aquí es
igual. Los de Podemos pueden romper las reglas del juego y llamar a quien se
les ocurra, cualquier cosa que se les ocurra, pero ellos no están en
disposición de aceptar ninguna amonestación pues, en ese caso, se enfadan y se
van. Y así han hecho. Han abandonado en masa el hemiciclo –Que bien, que nos
vamos antes para casa.
El caso es que después de
divertirnos con sus cosas, se da la coincidencia que ya está todo pactado y que
en la siguiente votación, (espero), con toda seguridad Rajoy será investido
nuevamente como presidente del gobierno. Las formas en que se realizará esta
nueva investidura no son nuevas, sino las viejas que debían haberse utilizado
hace un año. Si es así, nos ha sobrado todo este tiempo. Y por lo visto en el
primer debate, también ha sobrado. Nuestros próceres deberán pensar que los
españoles no podemos estar a estas bobadas y si se nos pueden evitar estas
dilaciones y pérdidas de tiempo, así debería ser.
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