miércoles, 28 de diciembre de 2016

Monólogos dolorosos.


He asistido estupefacto a uno de los últimos programas de monólogos El Club de la Comedia, en el que su presentadora Ana Morgade, se encarga de dar una versión muy particular sobre la gracia que se le puede encontrar hoy en día a todo. 
En éste le ha tocado el turno a la adopción y la presentadora lo perpetra con todas las de la ley. Sí es cierto que estamos en un país de Romerales, que diría el maestro Forges y que España está preparada para reírse de casi todo, pero dedicarse a diseccionar una institución como ésta desde un foro como ese, no tiene ni pies ni cabeza.
Que conste que considero a Morgade una presentadora de lo más divertida, y con un desparpajo que excede de lo salado y no creo que ella pueda tener responsabilidad más allá de lo que le pasan los guionistas del programa o de la propia cadena. Ella lo hace en acto de servicio.

Evidentemente el único responsable de tal enjundia no es otro que la propia cadena de televisión que aprovechando la impunidad que le da el patrocinio de haber sido salvada por Rajoy cuando estaba en el pico del hundimiento se cree con el derecho de poder decir lo que quiera y cuando quiera y sobre lo que quiera. Vale. Pero, ni siquiera la libertad de expresión o la libertad de palabra pueden pasar líneas que supongan pasar de la risa al insulto, de la gracia a la humillación o el desprecio a las personas.  

Majaderías del estilo de que ha pedido un niño chino porque es lo que mejor le va con el sofá o preguntarse si el niño viene con garantías por ser de segunda mano, nos pueden acercar al punto de imbecilidad que ronda por la cabeza de esos guionistas. Pero, oh españoles, lo más doloroso es ver como los catetos que en ese momento asistían a la grabación ríen y aplauden unos chistes gruesos y cargados de grasumada. 
Cuando en un monólogo alguien dice que “el niño, suyo, suyo no es, que es adoptado”, interésense por una buena lectura del artículo 108.2 del Código Civil que dará luz sobre el particular.


Señores de la Sexta, los españoles no estamos preparados para todo. Si alguien se pone a hablar de un tema sensible y que conlleva tanta dignidad como es el de la adopción desde un foro como ese, limitándose sencillamente a cuadrar las palabras para que rimen o para que los espectadores suelten unas risillas al oír el chascarrillo de turno, lo lógico es que se haga pasar por un buen filtro que evite herir sensibilidades y suspicacias. 
Pero en cualquier caso, recuerden que los monólogos los carga el diablo.

jueves, 22 de diciembre de 2016

Esgrima: Fencing.


Se ha celebrado en Burgos el Campeonato del Mundo de Esgrima femenino sub 20. Sí, ese deporte en que los practicantes se denominan tiradores y el éxito consiste en tocar sin ser tocado. Fácilmente he podido reparar de la entidad e importancia deportiva y económica de un evento que han disputado casi doscientas tiradoras de veinticuatro países con toda la parafernalia que llevan consigo.
Interesado en la organización del acontecimiento, me asombro al conocer que toda la cuestión organizativa la había llevado a cabo la Sala de Esgrima de Burgos (SAESBU). Desde buscar y trasladar a los árbitros, equipos organizativos y tiradoras a sus hoteles, preparar y presentar el lugar donde se efectuarían las eliminatorias o adecuar un lugar emblemático y atrayente como es el Fórum Evolución de Burgos para presentar una final lucida que no desmereciese su  relevancia.
Pero, cuidado, aunque quiera parecer que ese club posee toda clase de medios técnicos, económicos y humanos para confeccionar la ejecución de tal evento, no es así. Los operarios han sido los alumnos que practican a diario en ese club, y sus padres, quienes voluntariamente han llevado a cabo el transporte, catering y logística de una actividad a gran escala como esta, la seguridad del evento, el montaje y ejecución de la faena y el abono de los gastos que ello ha llevado consigo. Incluyendo la buena imagen de la ciudad que, sin duda, se habrán llevado los participantes a sus países. Enhorabuena.
El Ayuntamiento de Burgos, receptor directo de esa imagen ha aportado la presencia de la Concejal de Deportes y la Diputación de Burgos no se ha dado por enterada. Así, sin minusvalorar las autoridades que allí concurrían se ha echado de menos al alcalde y al presidente de la Diputación. Se ha echado de menos a la televisión local, la de Castilla León y a Televisión Española. Y sí, se ha echado de menos a los anunciantes locales que hubieran podido aprovechar el tirón de una actividad en la que han participado países de la talla de Brasil, Japón, USA o Canadá.
Supongo que nuestros próceres habrán valorado como escasa la entidad de este acontecimiento deportivo, para dejar lo que hayan estado haciendo un sábado por la tarde. Claro. Diferente hubiera sido un mundial de fútbol, la final de la Champions o siquiera un partido de futbol de la selección española.
Señores, reflexionemos y estemos a lo hay que estar. Defendamos lo que tenemos y démosle toda la relevancia posible, con el bombo y boato necesario para que se conozca en la Comunidad y fuera de ella. Despertemos y seamos realistas, ¿Cuánto tiempo habrá que esperar para que una ciudad como Burgos organice un evento de esas categorías? En pocas palabras: crones.


Políticos y funcionarios.


Me dice un amigo que los militares qué una vez en la reserva, entran en el baremo de 63 a 65 años, se les sustituyen los complementos de empleo y general del complemento específico por un nuevo llamado complemento de disponibilidad. Esto no sería nada impertinente, sino fuese porque la diferencia entre lo anterior y lo nuevo pasa a ser una pérdida de 196€ mensuales contantes y sonantes que en dos años pasaría a ser de 5488€.
Dura lex, sed lex que diría el poeta, pero, ¿hacia dónde se dirigen esos dineros que se han retirado del salario y han pasado a minusvalorar el peculio de estos funcionarios, ahora en espera del retiro?
No está claro, pero a poco que nos interesemos veremos que no deja de ser una ayudita para pagar a los más de 300.000 políticos, asesores, liberados y actuarios de los más diversos pelajes que profusamente pueblan la política patria. Éstos, elegidos por los propios ciudadanos para hacerles más fácil el sobrellevar las pesadas cargas que impone la vida diaria y buscar con ahínco satisfacer sus necesidades, también deben disponer de un salario en condiciones que les dé la suficiente estabilidad y seguridad y que impida que puedan volver la cara hacia otro lado en determinadas ocasiones.

Hasta aquí, estar de acuerdo y desear que se cumpla lo previsto. La contrariedad surge cuando esos políticos elegidos por las urnas utilizan su tiempo o sus medios para hacerse partícipes de labores que nada tienen que ver con las misiones que, electoralmente se les habían conferido. Aquellas que, sin mejorar en absoluto la vida del ciudadano, únicamente sirven para dar que hablar y oír susurros de las afiladas lenguas. He sugerido a mi amigo que cualquier ingreso que reciban las menguadas arcas tributarias es bueno para ayudar. Así, por ejemplo, ayudar a que las arcas del estado abonen el pago de los gastos judiciales y costas de los imputados por los ERE a que se ha visto obligada por sentencia la Junta de Andalucía, o ayudar a juntar los euros necesarios para pagar las consultas ilegales y hojas de ruta que se permiten ciertas Comunidades –aunque a Pablo Iglesias le parezca libertad de expresión-, o apoyar a las autopistas de peaje que, por no rentables se deban nacionalizar. No se lo ha creído. No me extraña; mientras los políticos se entretienen peleando por adquirir más poder, la familia Pujol de la que no consta imposición de medida preventiva o cautelar alguna, sigue campando a sus anchas y engordando su patrimonio. Y de football leaks qué? Uf. 

viernes, 16 de diciembre de 2016

Mociones de censura en Burgos.


Sigue el soniquete de los últimos días con la amenaza de moción de censura al alcalde de la ciudad qué, consolidada sobre la base de los votos de tres tendencias políticas diferentes PSOE, Imagina Burgos y Ciudadanos, pretende levantarle el asiento al alcalde del PP.
Ciertamente la  Ley Orgánica de Régimen Electoral General establece que el alcalde puede ser destituido de su cargo mediante moción de censura, incluyendo el nombre del candidato propuesto para alcalde. De acuerdo. Se puede hacer y además es lícito. Pero, aun doliéndome las carnes por la defensa que pueda parecer del alcalde de Burgos, la moción de censura debe estar basada en algo consistente. Debe venir avalada por una indebida e incompetente gestión del regidor municipal elegido por los órganos votados por el pueblo.
Por eso, antes de plantearse siquiera tal posibilidad y mucho antes de pasar tal pretensión a los medios, deberían haber sacado luz y taquígrafos y haber explicado a los electores, cuál era el motivo que lleva a tres partidos de tan diverso pelaje a pretender tamaña osadía. En castellano: ¿A quién interesa tal moción? ¿Cuáles son sus principales motivos? ¿Todos contra el PP? Pero ninguno de sus líderes, Salinero, De la Rosa o Bañeres han revelado los beneficios que traerá consigo para los ciudadanos el cambio de alcalde y resto de medianeros.
Ante tal ostracismo, se me ocurre pensar que quizá el nuevo grupo que se postula para liderar el Ayuntamiento pretende bajar los elevados impuestos que, ahora, soportan los ciudadanos. O quizá pretenden bajar el IBI o, suprimir o siquiera ajustar el impuesto de incremento de valor de los bienes de naturaleza urbana, la injusta y temida plusvalía municipal. Quizá pretendan aflojar el nudo de la ORA, retirar de la circulación los temidos semáforos multa o siquiera recuperar los espacios municipales tapados para los ciudadanos. ¿Lo haría el nuevo alcalde? Si así fuese, pues adelante. Pero no. Me temo que no.
De los protagonistas, unos no tienen claro si será factible tal moción y los otros no creen que aquellos sean capaces de iniciarla. Dice De la Rosa que Lacalle no se cree lo de la moción, pero que se enterará. Vaya chulería. O Ciudadanos. En Castilla León apoya los presupuestos al PP, en España Rivera también los ha asegurado al PP y sin embargo en Burgos no acaban de aceptar las órdenes de su dirección central.
No terminan de enterarse que son la oposición y como tal, deben hacer oposición. Ver las necesidades del ciudadano y defenderlas, manteniendo esa posición, apartándose de juegos y tejemanejes políticos innecesarios.

Y a todo esto, ¿quién sería el próximo alcalde de la ciudad tras una hipotética moción? Quizá la Sra. Bañeres todavía sueñe con aquella fecha en la que estuvo a punto de ser investida como máxima regidora de la ciudad. 

viernes, 9 de diciembre de 2016

CRÍSIS EN NAVIDAD.


Hace años cuando España era un país sombrío que vivía de lleno un régimen de oscurantismo, sin luz ni taquígrafos que pudieran iluminarnos el camino, afortunadamente, una vez al año llegaba la Navidad. Las primeras fechas de diciembre nos adelantaban, con anuncios moñas, que presto llegaba el famosísimo sorteo. 
Con eso y poco más empezaban a iluminarse primero los locales, luego las casas y finalmente las calles. Los ayuntamientos ponían toda la carne en el asador para conseguir que aquel oscurantismo de once meses acabase en un momento y con luces de colores nos engañaban para que saliésemos a la calle y manifestásemos aquella alegría necesaria para seguir sobreviviendo.

Llegó la democracia, y la Navidad se mantuvo como baluarte de esperanza en los corazones de las personas, animando y ofreciendo los mejores deseos siempre bajo aquel conglomerado de bombillas que alumbraban las ciudades y que parecían hacer olvidar los sinsabores anteriores. Concursos de iluminación de calles, locales o establecimientos reflejaban el estado de ánimo de la población y no se veía comercio alguno que no tuviese en sus escaparates un batiburrillo de bombillas intermitentes reflejando su luz en toneladas de espumillones de colores.

De aquel hosco tiempo, hemos pasado a un consumismo sin límite. La Navidad llega prácticamente en octubre y no nos deja hasta febrero, seguramente, consecuencia de la luminosidad que reina en calles y comercios. Pero, algo ha cambiado en el sentir popular. Han desaparecido los concursos de adorno de escaparates y hemos entrado en una época de ornamento minimalista de Navidad, siendo suficiente un mínimo merry christmas para dejar acicalado cualquier escaparate. Los ayuntamientos tampoco ayudan mucho y algunos menos que otros.

En las ciudades nos hemos enterado hace un par de tardes que la Navidad se nos había echado encima por el encendido del alumbrado navideño, pero confieso que he debido pensar si  ciertamente estábamos en Navidad o con el tiempo de las fiestas en verano o lo que es peor, con el “alumbrado” de semana santa.  Las luces bombilleras de toda la vida  han dejado paso a las luces led y los motivos de este año a base de la más alta tecnología más del estilo de matrix que de una Navidad tradicional, nos han cogido por sorpresa. La crisis que tanto nos ha amenazado durante los últimos años, ha tocado también a la Navidad y la ha empobrecido, haciéndola perder aquel toque de alegría que producían los destellos de sus bombillas. Pero no todas las ciudades han salido perdiendo, sino que tendremos que observar qué grupo político o coalición gobierna en una ciudad para comprobar cuanto será el gasto o el interés que se pondrá a la hora de festejar unas fiestas que, no deben tener simbología política.

Tampoco pretenderé comparar ciudades españolas con otras del entorno ni mucho menos con ciudades de otros países más o menos cercanos, pero la realidad es que a todos nos ha afectado la crisis en mayor o menor medida y sin embargo las celebraciones de estas fechas, nada tienen que ver con aquellas que nos muestran en la televisión en las que sus efectos, aparentemente, no se han notado.
Es por eso que, aunque los ingresos recaudatorios no hayan descendido, incluso aumentado en ciertas ocasiones, el gasto en alegrarnos las fiestas se ha quedado por los suelos y como síntoma directo de la llegada de la Navidad sólo nos ha quedado el frío.

En fin, espero no haberme equivocado al rotular este artículo. De lo contrario, quizá hubiera sido más acertado Navidad en crisis.  Feliz Navidad.

jueves, 1 de diciembre de 2016

TRUEBITIS.


Parece mentira pero sin tener prácticamente conocimientos de medicina me he dado cuenta que conozco perfectamente los síntomas de una enfermedad. Esta enfermedad llamada “truebitis”, con unos síntomas que la hacen perfectamente diferenciable, se caracteriza por la negación de la españolidad, el sentimiento compungido por haber ganado la guerra de la Independencia o el deseo imperioso de ir con el equipo contrario cuando juega la selección española.
Aunque pueda parecer que estos síntomas son propios o por lo menos coincidentes con otras enfermedades raras (véase la “nacionalismitis”), ésta se caracteriza por ser avalada por las manifestaciones de uno de los actuales genios de nuestra cinematografía patria. O no.

Fernando Trueba es un director de cine, quizá de lo mejor que pueda haber hoy en día en España, a quien se le han encontrado, sobre todo últimamente, una serie de carencias que le identifican como una persona poco recomendable para tratar y que manifiesta, sin ninguna duda, un evidente desconocimiento de cómo respira el español de a pie.
Fernando, que hasta hace poco era conocido exclusivamente por sus películas o por sus producciones musicales, fue nombrado hace cosa de un año para recibir un premio de manos del ministro de Cultura y en el momento y lugar para ello, en vez de dar las gracias y poner la cara que se debe poner cuando se recibe un premio, a todas luces merecidísimo, va y se pone a decir sandeces sin ton ni son, entre otras que no se ha sentido español ni cinco minutos en toda su vida. La cara del ministro cambió de color tres o cuatro veces pero supo mantener el tipo. Sin embargo, no fue capaz de corregir in situ a aquel personaje que, con sus palabras, estaba metiendo los pies en un charco de lo más desagradable. Trueba, no habiendo recibido ninguna amonestación, continuó con su perorata diciendo que él prefería ir incluso con el equipo contrario. Bobadas que se dicen en un momento de falta de control y  que luego resulta que cuesta mucho trabajo arreglarlas.

La cosa es que poco más de un año después, Fernando Trueba va y presenta su última película La Reina de España. Esta película con un elenco de lujo con lo más granado del repertorio farandulero que podemos encontrar hoy en nuestro cine patrio y con un presupuesto que vaya usted a saber, se ha colocado a niveles de las películas americanas de serie B, en cuanto a términos de recaudación. Parece ser que la recaudación real no ha llegado ni a un tercio de la esperada. La realidad no ha dejado de chocar tanto a la gente de la calle como a la gente del cine, que han podido observar cómo una película que posiblemente pudiera ser de lo más atractiva que actualmente se exhibe en la gran pantalla, ha pasado a ser una rémora parecida a lo que sucedió con aquella castaña que le perpetraron al Capitán Trueno.

Fernando se ha preguntado por qué había pasado esto y los actores, seguramente, también. Santiago Segura, hábil y avispado, seguramente en su rol del productor, ha empezado a moverse haciendo publicidad muy a su estilo y ha dado un llamamiento a las masas para que no se olviden que están dejando de ver una película muy bonita. Lo siguiente ha sido el Sr. Evolé que se ha desprendido con lo de siempre: “los que dicen esas cosas son unos fachas”.
Y así unos y otros han echado la culpa del resultado a movimientos en su contra en internet e incluso a un torero que pasaba por allí. Si no fuese porque la película cita el nombre de España, seguramente algunos más hubieran dicho algo, pero no ha sido el caso.

Sin embargo Fernando ha tenido una oportunidad de desagraviarse y dar alguna explicación sobre su comportamiento en aquella fecha y sobre todo por aquellas declaraciones. He podido asistir con los ojos como platos a una entrevista que le perpetró mi querida Susanna Griso al mundialmente conocido director de cine. Éste nos ha venido decir que han sido unas declaraciones poco afortunadas, pero que han sido sacadas de contexto y en las cuales él quería haber explicado los españoles con ironía y con sarcasmo una verdad que el aprecia y manifiesta permanentemente como consecuencia de su liberalismo y de la libertad que debe obrar en una democracia como la nuestra. Se ha explicado pero no ha pedido disculpas, ha mirado a la cámara con cara de osito con los ojos de aquella manera y ha dicho que él no es culpable de nada más qué de manifestar un sentimiento que entiende, no es representativo de nada. No lo ha hecho mal. A ello ha ayudado bastante la labor de la madre Susana que le hacía unas preguntas tan veniales que se quedarían cortas ante el interrogatorio de la mejor de las madres a un hijo díscolo.

No parezca que Sussana se ha vuelto blanda. No. Pero por si acaso alguien se estuviese preguntando qué estaba haciendo Trueba en Antena 3 respondiendo preguntas previamente calculadas y estudiadas, quizá deba saber que la película La Reina de España está participada por Antena 3 Televisión o lo que es lo mismo por A3MEDIA.
Bien, cada uno sabrá lo que tiene que hacer y el que quiera ver esa peli, que la vaya a ver y el que no quiera qué no vaya, pero en su caso creo de recibo darle un cariñoso aviso a Fernando con el sentimiento de aprovechar estas palabras para recordarle la visión de aquella famosa película de Curtis Hanson en la que una mala, malísima Rebecca de Mornay era la mano que mece la cuna.
Con ella aprendimos que la mano que mece la cuna es la mano que domina el mundo, por lo que después de ver esa película quizá Fernando se vuelva más pulcro y piense que antes de decir algo que luego pueda ser contraproducente para sus intereses debe recordar que las subvenciones y las participaciones para sus películas no caen del aire sino del bolsillo de los ciudadanos.

MILITARES Y CONSTITUCIÓN.

  Escucho en foros políticos y mentideros de tertulianos, glosas de las virtudes de la ministra de Defensa Margarita Robles. Algunos la su...