domingo, 9 de diciembre de 2018

EL EQUILIBRIO DEL TREN: Payasos.


PAYASOS

Me ha costado mucho no comenzar con un comentario explosivo sobre la repugnante acción de ese, que se dice payaso, y que sale en “el intermedio” de “la sexta” haciendo que la faena de lo qué un cómico debe ser, se convierta en objeto de vergüenza.
En un alarde imaginativo, Daniel Mateo se ha sonado los mocos con la enseña nacional. Supongo que, para llegar a eso, se habrá estrujado las meninges buscando de donde rascar para lograr una mueca de felicidad en la cara de sus oyentes o videntes.
El caso es que a la puerta de los juzgados ha dicho: “estamos llevando a un payaso ante la justicia por hacer su trabajo”. Vamos, Vamos. ¿Cómo se atreve a compararse con un payaso? Acaso puede compararse con Charlie Rivel, los Hermanos Tonetti o Pompoff y Thedy ¿Cómo se atreve a compararse con los Payasos de la Tele: Gaby, Fofó, Miliki y Fofito? Todos ellos insultados por este personaje al pretender comparar con ellos su infecta actuación.
Mucho se ha hablado a lo largo de la historia sobre aquellos que, por su oficio de hacer reír a los demás, debían pintarse la cara de ciertos colores o ridiculizarse a ellos mismos. Aquellos sí eran payasos. Emig, el padre de los grandes Payasos de la Tele sentiría vergüenza por tal comparación.
Pero no ha estado solo en su actuación. Para su sustento y apoyo ha salido el “actor” Guillermo Toledo que en un alarde de derecho a la libertad de expresión ha tachado de demencial que el “payaso” Mateo tenga que declarar ante los Juzgados por tal nimiedad. Toledo, personaje con pasado como actor poco notable, ahora procesado y a la espera de juicio por haberse cagado en dios y en la virgen María, ha dicho que detener a actores en el ejercicio de su oficio es demencial. Vaya dos. Tal para cual.
Lo que es demencial es que ese “payaso” a falta de mejores cosas que hacer en la farándula o sabiendo que no es capaz de hacer reír a su poco abundante público, se tenga que tirar al surco de hacer esa solemne gilipollez, para hacerle el caldo gordo a cuatro que, en la cuerda del “gualloming” pretenden mantener una guerra contra los símbolos que sostienen a todo un país. Jardiel Poncela definió como “hablar a gritos” a los hombres que no tienen nada que decir.
Cierto que la libertad de expresión es un legítimo derecho que nos ampara a todos pero, cuidadín,  no vale para todo y como seguramente observaréis, los límites de ésta, los pone la Ley.

Defensa y Salones de Enseñanza.



Cualquier cambio de gobierno produce una modificación de los términos en que se gestionaba el anterior, pero sobre todo en la forma de entender la Defensa y su ministerio. Éste, mezcla de máquina de guerra y ONG se articula como uno de los más grandes soportes en que se sostiene cualquier ejecutivo. Las nuevas tecnologías, las nuevas técnicas de guerra, los nuevos modelos de defensa interior y exterior o los cambios en las estructuras de poder en los países, con nuevas dependencias basadas en uniones militares que surgen en el teatro de operaciones, han supuesto un vuelco en la forma de diseñar el modelo de prepararse para la guerra.
Los grandes países con increíble poderío militar, manifestaban el poder por medio de grandes desfiles mientras, avisando a navegantes, exhibían sus últimos modelos de armamento.  Pero, hoy en día, no sólo se trata de exhibir músculo en un desfile, sino mostrar lo que realmente pueden aportar los ejércitos al conjunto de la sociedad.
Por eso, ha sido importante la aportación de fuerzas a misiones internacionales como apoyos humanitarios o en prevención de conflictos. España no ha quedado atrás y ha hecho un gran esfuerzo en la aportación de efectivos y material en apoyo y ayuda humanitaria en el marco de grandes contiendas militares. Bosnia, Kosovo, Congo, Afganistán, El Salvador… en pocos lugares de conflicto se ha dejado de servir. Aunque ciertamente, se ha pretendido por los gobiernos de turno que las fuerzas enviadas fuesen únicamente entendidas como de apoyo o no disuasorias, esta nueva forma de entender la Defensa ha llevado a este Ministerio a ser uno de los más valorados dentro de la estructura orgánica nacional y, de paso, a elevar el prestigio de la Institución y el interés por la misma.
Quizá por el aumento de las vocaciones o por el crudo paro, los españoles, ellos y ellas, se han vuelto a interesar por su participación en las FAS, por lo que el Ministerio también se ha apresurado a exponer su información de la mejor manera posible. Y allá se ha presentado en el Salón de la Enseñanza de Barcelona. Pero ay. Aunque la ministra ha dicho sí, la alcaldesa ha dicho no “hay que separar espacios", dixit.
Los militares, obedientes, y los españoles en general, esperamos pacientemente el designio final, estimando que la Defensa debería estar por encima de valoraciones personales. Esa ministra debería poner todo su empeño en acreditar la importancia del Ejército en ese o cualquier otro salón y el gobierno debería prestarse a defender, ante cualquier ataque, a una de sus más significativas instituciones. 

MILITARES Y CONSTITUCIÓN.

  Escucho en foros políticos y mentideros de tertulianos, glosas de las virtudes de la ministra de Defensa Margarita Robles. Algunos la su...