EL TIZONA DE BURGOS Y LOS 3.7 MILLONES DE EUROS.
Posiblemente cuando nació en los sesenta, no se imaginaba el Club Baloncesto Tizona las penurias y denominaciones que pasaría para conseguir poner en la cúspide del baloncesto español a un equipo de Burgos. Partiendo de falta de apoyo del tejido empresarial de la ciudad o de patrocinio municipal, tuvo el cuajo de ascender, por méritos propios, a la máxima categoría del baloncesto español durante tres años consecutivos, con bravura, pundonor y saber hacer.
Posiblemente cuando nació en los sesenta, no se imaginaba el Club Baloncesto Tizona las penurias y denominaciones que pasaría para conseguir poner en la cúspide del baloncesto español a un equipo de Burgos. Partiendo de falta de apoyo del tejido empresarial de la ciudad o de patrocinio municipal, tuvo el cuajo de ascender, por méritos propios, a la máxima categoría del baloncesto español durante tres años consecutivos, con bravura, pundonor y saber hacer.
Lamentablemente,
otros méritos que nada tenían que ver con los deportivos le hicieron, no solo
no ascender, sino qué en su momento, le hicieron desaparecer. Poco rigor
administrativo, normas equivocadas de la temible ACB y un exceso de interés
económico por parte de las altas instancias de ese deporte, amén de la falta de
financiación. Un mínimo canon de 3.7 millones de euros tuvo la culpa. Ello y el
hecho de no disponer de ellos.
Pero
el Tizona, como equipo austero, sobrio, frugal, castellano en una palabra, supo
cambiar jugadores por abogados e iniciar en la vía judicial una batalla que la Comisión
Nacional de los Mercados y la Competencia ha tenido a bien reconocerle, eliminando
la aplicación del canon de ascenso y el Fondo de Ascensos y Descensos y sancionando
a ese insidioso órgano succionador que es la ACB a poner a este club en la
élite deportiva del baloncesto de la que, nunca debió salir. La justicia deportiva
ha dado la razón a la justicia real. Esperemos que, de paso, den un repaso a
las propias normas de funcionamiento de la Asociación, pero de momento nos
vale.
Los
demás equipos afectados por aquella rémora económica deberán continuar sus
pasos y acceder a las vías necesarias para exigir la aplicación de este nuevo
criterio a todos aquellos equipos afectados por la sangría económica por la que
les quería hacer pasar la ACB.
Ahora
nos preguntamos cómo quedará la situación del baloncesto burgalés sí, como todo
el mundo espera, el San Pablo deportivamente asciende a la liga ACB desde la
LEB Oro. O, más alto, cuantos equipos deberá tener la liga después de esta
nueva situación en que ha quedado el baloncesto. Paciencia.
El
milagro ya se ha producido. Pidamos a los poderes públicos implicación en esta delicia,
con la mejora del aforo, acceso a instalaciones, embellecimiento del interior
del polideportivo…, o aportando soluciones de verdad que ayuden a favorecer o
promocionar ciertas iniciativas privadas. Al renacido Tizona, únicamente, que
vuelva a darnos satisfacciones deportivas sin olvidar qué el listón lo habían
dejado alto. Muy alto.
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