domingo, 29 de marzo de 2020
EL EQUILIBRIO DEL TREN: ACUARTELADOS.
En tiempos se decía que a los militares
los acuartelaban cuando por cuestiones puntuales, algo afectaba a los grandes
presupuestos de la nación: guerras ataques… allí los militares, aprovechaban para
recordar viejas historias, batallitas o echar partidas de cartas procurando matar
el tiempo esperando aquellas órdenes que, en la mayoría de los casos, no
acababan de llegar. Si no me falla la memoria, la última vez que se produjo un acuartelamiento
fue con ocasión del 23-F.
Hoy en día en la situación de alarma que
padecemos, por lo inédita e inusual, hace que el encierro programado no haya
dado lugar a grandes cambios en lo esencial. Quizá al principio podía ser una
novedad aquello de poder levantarse a unas horas prohibitivas, el resto del año,
compartir grandes partidas caseras de cartas a cualquier hora del día o usarlo para
repasar las capitales de África o de Asia que, seguro teníamos muy desatendidas.
Además, el tiempo pasa inconmovible y lo
de la tele ya no es novedad, así que quien más o quien menos procura pasar el
tiempo con la tablet o el móvil leyendo -incluso disfrutando- algunos de los socorridos
whatsapps, que, a salvo de otras distracciones, nos hacen pensar que un día no
se parece en todo al siguiente. No deja de extrañar que, incluso en una
situación como ésta, en la que la salida a la calle está ciertamente vetada -salvo
determinados extremos-, siga habiendo tal movimiento de archivos, ficheros,
memes…etc.
Esta aplicación ha sabido coger el punto
a la situación y ha aprovechado la gracia española para sacarle punta a todo e
irse arriba en estos momentos de rutinas desconocidas: “Tengo tanta información
del coronavirus en el móvil que, en lugar de timbrar tose”.
Pero como no sólo de chascarrillos vive
el acuartelado, esta nueva situación nos ha llevado a recuperar costumbres
ancestralmente perdidas. Nos ha llevado a acercarnos a personas con las que anteriormente
no disponíamos más que de un leve contacto o hemos aprovechado para salir a la
terraza a aplaudir a nuestros nuevos héroes o dedicarle una “cariñosa”
cacerolada al Gobierno. Incluso algo absolutamente inverosímil hasta hace bien poco
como cantar en los patios de los edificios el “Sobreviviré” del Dúo Dinámico o un
diario canto del Himno a Burgos.
Lo cierto es que, a diferencia de
aquellos acuartelamientos, los de hoy son mucho más relajados, ya que los
canales de información global nos tienen permanentemente enchufados a las
noticias más frescas e Internet nos permite mantener ese acuartelamiento sin
perder la cara de quien te habla.
Quedémonos en casa porque eso nos llevará
a ganar o como cantan los italianos con el Aria Nessun Dorma del Turandot de
Puccini “VINCERO”.
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