Empezamos la quinta semana de
acuartelamiento y creo que es un buen momento para hacer un pequeño repaso
sobre quien se merece un homenaje. Seguro que necesitaría más espacio del que
tengo para citar todos los cargos, empleos y actividades que se han considerado
esenciales por parte del gobierno, pero que en esencia no dejan de ser los de siempre.
Hasta hace poco a los agricultores se
les consideraba peleones porque pedían más dinero por sus productos. Igual que
a los tractoristas por pedir abaratamiento de sus gastos. A las cajeras del
supermercado se las citaba cuando había que hacer alguna comparación tonta, o al
farmacéutico no se le daba la importancia debida. A las limpiadoras, personas
invisibles donde las haya, los gasolineros, los camioneros y sus problemas con
el gasoil, el personal de recogida de basuras, los funcionarios de prisiones, la
policía, la guardia civil, los militares… y por supuesto el personal sanitario,
personas a las que ahora aplaudimos desde la ventana y que siempre les
reconocemos como esenciales. Y como no. A los fallecidos. Sin más palabras.
Pretendo un homenaje directo a todos
y cada uno de esos héroes que aun en las peores condiciones han sabido mantener
el tipo estando ahí y, echándole cojones, se han jugado el pellejo para que
nosotros pudiéramos continuar con nuestra fácil vida. Para todos ellos nada más
que mis parabienes y mis mejores deseos de pronta satisfacción de sus mejores
intereses. He leído en alguna parte que el gobierno de Bélgica va a dar una
prima de casi 1500 € a todo su personal sanitario o que el presidente de
Mercadona pagará un plus a sus trabajadores por el exceso de horas y de
peligrosidad que están soportando. O mejoras en sus impuestos. Es un detalle
que cualquier gobierno debería tener en cuenta y hacerlo extensible a los suyos.???.
Agradecer y homenajear también a los ciudadanos. Están dando la talla, ya organizando
la Semana Santa entre balcones o cantando el Himno a Burgos en los patios. Aplausos
para todos. Que no decaiga.
Quedan, finalmente, aquellos que no
necesitan un homenaje. Quienes no han entendido que quedar en casa es algo bueno
para todos, que marcharse a sus casas de vacaciones, pasear en bicicleta o
correr por el monte no es de recibo que tengan en cuenta que el Estado emitirá
la oportuna notificación por la conocida fórmula del frotamiento duro.
También aquellos
que se niegan a reincorporarse al trabajo por están liberados o quienes se
niegan a devolver las dietas que no han necesitado utilizar. O, en fin, aquellos
que aprovechan para subvencionar a los medios de comunicación televisivos para
evitar preguntas improcedentes en ruedas de prensa o procurar que la información
que sale de sus barrigas no esté en contra del quien les ha subvencionado
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