Se presenta una semana y un fin de semana
movidito, con un llamamiento al voto, nada menos que para tres elecciones. Municipales,
autonómicas y al Parlamento europeo.
Cada uno verá la trama dependiendo del cristal
con que lo mire y como siempre cada uno deberá ver que determinado movimiento o
estrategia le favorece más. Cada uno escogerá a su mejor alcalde o verá qué presidente
de Comunidad Autónoma prefiere. Igualmente, deberá distinguir cuál de los
candidatos presentados a las elecciones para diputados europeos puede interesarle
más.
En Burgos se presentan un mínimo de seis candidatos
a la alcaldía. Uno de ellos, senador electo, aparentemente no durará demasiado
en el puesto. Otro, lastrado por el inconveniente de un jefe de partido y a la
vez presidente de gobierno cuya única inquietud es como ayudarse a sí mismo. El
siguiente, después de unos años de segundo en la oposición municipal, ahora va
de primero porque a la primera la han quitado de un plumazo desde Madrid. Otra encabeza
un partido-coalición prácticamente desaparecido. El siguiente probará suerte en
una nueva coalición, después de haber sido despedido de la anterior. Del
siguiente, sólo sabemos que encabeza una opción de partido que todavía no ha
demostrado nada que no sea señalar propuestas y que, de antemano, aparece marcado
por su propia conformación de organismo político no afín al resto de las
conformaciones políticas. Del resto, poco más.
En la Comunidad se presentarán otros tantos
candidatos que nos prometerán que todo va bien o que todo va a ir mejor con
ellos; que todo iba peor hasta ahora mismo o que los años que ha estado el
gobierno el anterior han sido años sólo válidos para escamotear, falsear, defraudar…
etc. Técnicas rancias y añejas, conocidas por no decir lo bueno que se hará, sino
lo malo que harán los demás. Finalmente, la cuestión europea. Es sabido que los
españoles tenemos la misma conciencia de europeos que la que podamos tener de
terráqueos y de ahí que en unas elecciones de este estilo, el votante, en
general, prefiera quedarse en casa pensando en una falta de afectación. Pero, atención.
Esta elección de diputados europeos, aunque pueda no parecerlo, afecta tanto al
país como a la región como a la propia ciudad. Es decir, los candidatos
europeos acaban siendo los dan las ayudas a los municipios, a las regiones o al
propio país. No olvidemos la PAC, las ayudas para carreteras o los fondos
europeos para mejoras en ciudades…
En fin, es lo que tenemos. Lo único que podemos
hacer es ejercer el derecho al voto con inspiración y que Dios nos coja
confesados.
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