miércoles, 20 de junio de 2018

UN HOMBRE DE ESTADO.



UN HOMBRE DE ESTADO.

Confieso que cuando Pedro Sánchez se hizo cargo por segunda vez del mando del PSOE después del desbarajuste que había montado en la calle Ferraz, me temí lo peor. Como consecuencia de su mala gestión al frente del Partido, había sido lanzado a los leones, que no cesado, por militantes y simpatizantes. El NO ES NO iba en contra de los intereses nacionales. Más bien sus manejos y su forma de actuar en aquellos momentos, eran lo que parecía. Tampoco ayudaba mucho que su actuación como jefe máximo de los socialistas le llevase a no atender las advertencias de los viejos del partido o a enfrentarse de cara contra los barones. Ni fue cosa menor que atendiese los cantos de sirena de partidos independentistas o separatistas o pactase con aquellos que no tenían muy claro cuál debería ser el modelo de España.

Sin embargo, resurgió de sus cenizas, se enfrentó con el comité federal del partido, se presentó y ganó pírricamente unas primarias a Susana Díaz en unas elecciones que pasarán a la historia por los malos modales de ambos, pero el congreso federal se puso a sus pies.

Ahora, Sánchez ha sabido cogerle el ritmo al partido, a la militancia y parece qué al Estado, para cultivando el poder que ostenta, intentar mejorar las condiciones de vida ya no sólo de sus militantes sino de todos los ciudadanos. Ha sido capaz de cambiar su discurso y decir en voz alta que la solución a los problemas de Cataluña, pasan por defender el orden constitucional, llegando a un 155 exprés en caso de que alguien se desmande. Ha señalado su dolor por la negativa de la justicia belga a cumplir el requerimiento del Tribunal Supremo español sobre la extradición de los allí fugados Ahora es favorable a una modificación del Código Penal para actualizar la rebelión y la secesión. Incluso las formas de tomar posesión. Él lo ha llamado lealtad. Ha aceptado un pacto de estado con el resto de los partidos a los efectos de mejorar el sistema de pensiones de todos los españoles. Y lo que es mejor, ha mejorado la sintonía con Rajoy a quien ha trasladado su preocupación por los grandes temas de Estado. Realmente parecen medidas tomadas directamente por el PP, pero no, él ha hecho posible que estas medidas puedan pasar de meros proyectos a ejecuciones, posiblemente en un intento de hacer adeptos en personas favorables al PP.

Ojalá lo próximo sea pactar una reforma constitucional, desarrollar la Ley de Huelga, modificar la Ley Electoral o incluso la ilegalización de TV3. Creo que es un hombre de estado que acaba de aprobar las prácticas. Sólo le falta ser una persona sabia. Lo contrario no valdrá más que para convencer a los votantes que le han subido de nuevo al poder que se han equivocado.

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