CUADRADOS
Hay que tenerlos cuadrados, pero bien cuadrados.
Eso es lo que parece observando al común de partidos políticos españoles echando
todo lo que tienen, en contra del nuevo partido. No es nuevo. Ya ha pasado
antes. Más que discutir las condiciones de idoneidad para su alojo en la
política española, parece que ven venir a alguien que les ha quitado algo del
poder efectivo que tenían anteriormente y además provocando paritariamente tanto
signos de rechazo como abrazos de simpatía.
Los partidos no deben olvidar que los votos que ha
recibido este nuevo partido son realmente votos antiguos en su mayoría lanzados
a la urna por votantes que antes lo habían hecho a otros partidos, aceptando ahora
propuestas que los otros no ofrecían.
Se les acusa de “anti-esto” o “anti-lo otro”, sin
parar a pensar que en muchos casos no han hecho ni la más mínima referencia
hacia otros partidos del arco parlamentario que, en su momento, han colado sus
propuestas y que no pasarían la prueba del algodón de la Ley de Partidos
Políticos o mucho menos la Ley de Financiación de Partidos.
Aunque pueda parecer discutible, la realidad es
que los partidos políticos deben estar en un permanente estado de alerta. En
permanente estado de campaña electoral, viendo y tomando buena nota de lo que
piden los posteriores votantes. Deben tomar nota en “tiempo de paz”, sobre los
intereses de los votantes, viendo que mejoras sociales piden y mostrarles el
costo que ello puede llevar. Viendo si el funcionamiento del país se debe sostener
en subidas masivas de impuestos o llegar a pactos imposibles para mantener el
poder. Conociendo, en fin, el interés público
que pueda tener el mantenimiento de gastos en expensas privadas o sangrías en subvenciones
para asociaciones poco merecedoras de tal prebenda. Tal vez sería interesante
que se planteasen la urgente necesidad de concluir que la sanidad debe ser
igual (no equitativa, sino igual) en todo el territorio nacional. O que la
educación no puede pasar por obtener disfunciones según la Comunidad en que se
habite. En los posteriores mítines expondrían a su parroquia (no se olvide el
voto cautivo no asiste a los mítines contrarios) sus soflamas y programas de
gobierno y esos méritos quedarían manifestados en la presumible asistencia.
A la misma hora, PSOE y VOX han dado sendos
mítines en Burgos y según los medios de comunicación aproximadamente han
asistido más de 1000 personas al primero y casi 1000 al segundo. No tener en
cuenta y estudiar profundamente este dato demuestra que, es evidente que los
tienen cuadrados, pero que muy cuadrados.
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