Hasta
la llegada del refulgente Coliseum de Burgos -infraestructura surgida donde
antes había una plaza de toros- en el Plantío vivían en amor y compañía dos de
las infraestructuras más importantes de Burgos: la plaza de toros y el campo de
futbol, ambas de la misma edad, apariencia y lamentable estado general. Alguien pensó que por no ser viable un
multiusos, sería atrayente dar un nuevo aspecto a la plaza. Muy bien y además ha
quedado bonito. Pero ¿y el pobre campo de futbol?
El
Plantío, ladrillo caravista de los 60, ha acusado tanto el paso del tiempo que cualquier
comparación entre ambos nos produce pena. Sin embargo, se utiliza casi todas
las semanas, a diferencia del Coliseum qué, ha sido utilizado cuatro veces.
Por
cuestiones deportivas, Burgos ha devenido en un equipo de Segunda B y otros dos
de Tercera división, todos con ínfulas de querer hacernos pasar grandes tardes
de gloria en el muy deteriorado césped del Plantío. Hasta ahora no había inconvenientes
ya que el único que se planteaba cumplir sus partidos en el campo municipal era
el equipo de más graduación. Honor del qué, después de varias reconversiones,
ha estado siendo depositario el Burgos C.F. Ahora ha venido el Real Burgos y ha
dicho que también quiere jugar en el Plantío. ¿Tiene derecho a ello? Pues sí.
Como
tal equipo de la ciudad estará en disposición de poder utilizar, con los
permisos pertinentes, el campo municipal. Pero, por la misma razón, también tendría
derecho a utilizar el Plantío el Bupolsa C.F., igualmente en Tercera.
Aun
con una buena solución para este último, compartir sería precario, pues los
técnicos han advertido que el césped del Plantío no aguantaría la tralla que le
podían dar dos equipos, aunque jugasen fines de semana alternativos.
Queda, por
tanto, que utilice el Plantío el equipo con mayor categoría, que es lo qué,
tácitamente, se ha venido haciendo hasta ahora, por lo qué a falta de maestro armero, las
soluciones al Ayuntamiento.
Sea cual sea, lo cierto es que el Plantío está necesitado
de cariño mereciendo, como mínimo, un arreglo de chapa y pintura como el acusado
por su hermano. El Ayuntamiento ha tomado nota y ha comenzado a desalojar y no
renovar los contratos de los negocios que subsistían en los bajos del Plantío ya
que las obras para comenzar los arreglos son inminentes. Parece que van en
serio. Ojalá.
Hace unos años, con ocasión del derribo del edificio que había en
la esquina de la calle Madrid con la calle Valladolid, el Ayuntamiento desalojó
a los inquilinos y estos pasaron a vivir una temporada en los bajos del puente
Santa María, a orillas del Arlanzón. También era inminente. Todavía estamos esperando
alguna actuación municipal.
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