lunes, 8 de agosto de 2016

Volando voy…

A los aeropuertos de Castilla y León se les ha quedado el cuerpo en modo avión: apagados y sin cobertura. En Castilla y León solamente un aeropuerto vende entradas para salir de la comunidad por aire. Visto así, parece que algo no debe ir muy bien en la gestión de estas infraestructuras. A todos nos gustaría pero, lamentablemente en España, no se puede pretender tener un aeropuerto (ni otras muchas cosas) en cada provincia. Quizá necesitaríamos la gestión de los americanos (e.g.), siempre con uno cercano a su disposición. Por eso las opciones barajadas hasta ahora, han hecho inviables el funcionamiento y amortización de cuatro aeropuertos en esta Comunidad. Lamentablemente, no nos parecemos en nada a ellos.

Dado el tránsito de pasajeros que existe en la Comunidad, es imposible viajar de Burgos a… sin que cueste una pequeña fortuna. O ir de León a… sin que cueste otra pequeña fortuna. O lo que es lo mismo, es imposible ir desde cualquiera de los aeropuertos de Castilla León a prácticamente cualquier otra parte sin que sea una auténtica ruina, además una aventura, ya que no deja de tener importancia que varias de las operadoras que han contratado con estos aeropuertos hayan salido rana. Por unos medios u otros han intentado aprovecharse de la coyuntura o incluso intentar colar que sin financiación comunitaria o municipal, no habría nada que hacer. Lo cierto es que disponer de una infraestructura en permanente carta de ajuste, no tiene mucho sentido empresarial. 

Si de soluciones se trata, la primera sería dar de baja aquellas infraestructuras deficitarias o insostenibles, a aquellas que necesitan la permanente subvención económica para demostrar la captación de clientela y por supuesto a aquellas que, no demostrada su necesidad, se empecinen en mantenerse para mejor gloria del gobernante de turno. 

Por supuesto existen otras soluciones. Mancomunar los aeropuertos. Buscar soluciones de compromiso que obliguen a utilizar todos los aeropuertos compensadamente entre ellos. No tengo claro que localmente fuese aceptable, pero comunitariamente sería muy bueno. Recordemos, además, que los aeropuertos tienen en las infraestructuras de carreteras y medios de transporte actuales, una feroz competencia que hacen poco atractivos los vuelos para distancias cortas, por lo que, deberían aprovechar la posibilidad que les brinda disponer de estas instalaciones para ofrecer algo con lo que ninguno de esos medios pueda competir. No olvidemos que Castilla y León tiene casi tres millones de habitantes que, para sí desearían muchas Comunidades con aeropuertos de lo más boyante. Habrá otras, no cerremos las opciones. 

Y que nadie piense que la situación viene por falta de interés. Lo ocurrido con Vueling, que ha debido contratar diez aviones y treinta pilotos para cubrir sus necesidades de vuelo, motivado por un exceso de demanda, nos concluye que no es otra cosa que ganas de viajar. Por eso mientras volamos, cantemos con Kiko Veneno, …por el camino, yo me entretengo. 



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