martes, 6 de febrero de 2018

AMIGOS PARA SIEMPRE.


Vemos a diario que el momento más complicado de las relaciones personales es cuando las dos personas que, hasta ese momento, se quieren pretenden institucionalizar su relación sellándola como una imagen de convivencia y complicidad que asegure de cara al exterior que son una pareja biunívoca.

En el aspecto civil e incluso en el religioso a esta imagen se le suele llamar matrimonio entendiendo por tal una institución que contribuye a definir la estructura de la sociedad al crear un lazo de parentesco entre personas.  El paso del tiempo hace que aparezca el clásico nexo entre ambas y se les venga llamar parejas que funcionan bien. Vamos, igual de avenidos que el matrimonio Arnolfini de Van Eick. Casi parientes. Para toda la vida. La procreación y socialización de los hijos, la regulación del nexo entre los individuos, su rol social y estatus en primera instancia se daría por hecho sin otros factores que los meramente biológicos.

Pero claro somos humanos y las condiciones no siempre se mantienen y en esto del amor, los factores que afectan a la relación personal no siempre son conocidos. Y no sólo el amor sino también la amistad, el contubernio, la relación social, la connivencia o las componendas. Así sabemos de grandes parejas qué, habiendo sido convivientes, ante duros reveses personales o sociales han pasado en línea recta del amor al odio más fulgurante. Afortunadamente el odio es algo que tiene muchas tonalidades: desde la mínima tirria hasta el aborrecimiento más absoluto. El nivel irá en función de que la ruptura haya sido de mutuo acuerdo o contenciosa y de los términos del convenio regulador.

Desde famosetes que lidiaban por salir en las revistas vendiendo sus debilidades hasta grandes ejemplos de parejas celebres en que el protagonismo más recalcitrante apoyado en el interés económico dejaba de lado las más perdurables amistades. Axel Rose y Slash, Josema y Millán o Cruz y Raya no son más que unos pocos ejemplos. Luego los políticos: Guerra y Felipe, Zapatero y Caldera, Aznar y Rajoy, Iglesias y Tania, Iglesias y Bescansa, Iglesias y Errejón…Uf.

Aquí, en casa, de repente sabemos que la relación y buen rollito existente entre el alcalde y su segunda se ha quedado reducida a lo imprescindible. De lo que era una amistad a prueba de balas ha pasado a una gélida relación que evidentemente se manifiesta en la actitud de ambos políticos, aunque el alcalde se empeñe en decir que esto no afecta a la política diaria. Cierto. Por lo menos de momento, mientras se cuece quien va a ser el sustituto del alcalde en estas próximas elecciones municipales. Ya lo dijo Don Quijote: matrimonio entre parientes tiene mil inconvenientes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

MILITARES Y CONSTITUCIÓN.

  Escucho en foros políticos y mentideros de tertulianos, glosas de las virtudes de la ministra de Defensa Margarita Robles. Algunos la su...